El pequeño tribunal estaba lleno de tensión. La sala, aunque modesta, parecía contener una atmósfera pesada por la gravedad de lo que estaba en juego. Faye y Yoko estaban sentadas juntas, con sus abogados cerca, mientras aguardaban el comienzo de la audiencia. Yoko, aunque nerviosa, se sentía respaldada por la presencia de Faye, quien no le había soltado la mano en ningún momento.
El juez dio inicio al proceso con una introducción formal y rápidamente cedió la palabra al abogado de Yoko.
—"Señorita Apasra, por favor tome asiento y cuéntenos qué sucedió ese día," —pidió el juez con tono neutral.
Yoko se levantó despacio y se acercó al estrado, manteniendo la calma a pesar de sentir una ligera presión en el pecho. El abogado de su equipo se colocó junto a ella y empezó a hacerle preguntas para guiar su declaración.
—"¿Qué ocurrió el día que se acordó la grabación del podcast con este Influencer?" —comenzó el abogado de Yoko, con voz firme pero calmada.
—"Teníamos un acuerdo para grabar a las 11 de la mañana," —respondió Yoko con serenidad. —"Sin embargo, ese día me desperté enferma. Aun así, decidí ir al estudio para cumplir con mi compromiso. Durante la grabación, mi temperatura subió mucho, y me desmayé. Fui llevada al hospital, donde estuve varios días internada por fiebre alta."
El abogado asintió y continuó:
—"¿Y qué provocó el altercado con el Influencer?"
Yoko respiró profundo antes de responder:
—"Cuando volví al trabajo después de recuperarme, él llegó al estudio muy enojado porque sentía que le había hecho perder el tiempo. Aunque le expliqué que había estado enferma, él insistió en que mi única obligación era estar allí, sin importar mi estado de salud. Fue entonces cuando se alteró tanto que intentó levantarme la mano."
Las palabras de Yoko resonaron en la sala. Mientras hablaba, Faye observaba atentamente, intentando mantener la compostura, pero la preocupación seguía latente en sus ojos.
El juez pidió al abogado de Yoko que tomara asiento y luego dio la palabra al defensor del Influencer. Este se levantó con una actitud relajada, como si no tomara en serio el caso, y comenzó a interrogar a su cliente.
—"¿Qué ocurrió ese día, según tu versión de los hechos?"
El influencer, con un aire arrogante, se acomodó en su asiento y respondió:
—"Tenía una grabación programada con Yoko para promocionar mi contenido, pero ella no cumplió. Yo llegué a la hora acordada, y cuando ella no apareció, me enojé. Eso es todo. No me importa si estaba enferma, no cumplió con su trabajo. Jamás intenté levantarle la mano, ni lo haría."
Sus palabras estaban cargadas de desprecio, y aunque intentaba justificarse, era evidente que no asumía ninguna responsabilidad por su comportamiento. El juez, con rostro impasible, escuchó en silencio. Después de que el Influencer terminara su declaración, el abogado de Yoko intervino nuevamente.
—"Tenemos algo más que agregar, su señoría," —dijo, mientras sacaba un dispositivo para reproducir el video.
En la pantalla, todos pudieron ver el momento en que el se abalanzaba hacia Yoko, claramente frustrado, levantando su mano en un intento de golpearla antes de que el guardaespaldas de Faye interviniera. El silencio se apoderó de la sala mientras las imágenes hablaban por sí solas.
Sorprendido, intentó disimular su incomodidad, pero era evidente que las pruebas estaban en su contra. Faye, observando el video, apretó la mandíbula, conteniendo su furia. Yoko, por su parte, mantuvo la mirada fija en la pantalla, reviviendo el momento con un nudo en el estómago.
El juez finalmente tomó la palabra:
—"Con estas pruebas, está claro que el comportamiento del acusado fue inaceptable. Ahora procederemos con la decisión final."
Ambas partes se retiraron mientras el juez deliberaba. Faye tomó la mano de Yoko una vez más y la miró a los ojos.
—"Todo va a estar bien," —le susurró, transmitiendo la tranquilidad que ella misma intentaba mantener.
Unas horas después, todos regresaron a la sala, donde el juez anunció su veredicto. El Influencer fue multado y se le impuso una orden de restricción para que no pudiera acercarse ni a Yoko ni al estudio de grabación. Aunque no fue una condena más severa, el mensaje era claro: no se tolerarían amenazas ni violencia.
Cuando todo terminó, Yoko respiró aliviada. Sabía que la batalla legal había sido necesaria, pero también agotadora. Faye la abrazó con fuerza, feliz de que todo hubiera acabado.
—"Esto ha terminado, mi amor. Nadie te volverá a molestar," —dijo Faye, besándola en la frente.
—"Gracias por todo, Faye," —respondió Yoko, recostándose en su hombro. —"No sé qué habría hecho sin ti."
—"Siempre estaré aquí para ti," —susurró Faye, envolviendo a Yoko con su calidez. Sabían que, aunque el camino no había sido fácil, juntas podían enfrentar cualquier desafío.
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AMOR EN EL JUEGO Y EN EL AIRE
FanfictionFaye Peraya, una tenista profesional de 29 años, ha dedicado toda su vida a la competición, alcanzando la cima de su carrera con determinación y disciplina. Sin embargo, su vida personal siempre ha quedado en segundo plano. Todo cambia cuando Yoko A...