Las fiestas navideñas llegaron y Faye y Yoko estaban listas para celebrarlas en compañía de sus familias. Decidieron pasar la Navidad en casa de los padres de Yoko, ya que los padres de Faye se habían mudado recientemente a otro país. La cena en casa de los padres de Yoko fue acogedora y sencilla, llena de calidez y cariño. A las doce en punto, todos brindaron, intercambiaron regalos y disfrutaron de una noche festiva.
Yoko había elegido un regalo especial para Faye: una raqueta de tenis completamente nueva y personalizada, sabiendo cuánto le gustaba el tenis a Faye. Faye, por su parte, había notado las dificultades de Yoko con su antigua laptop y decidió obsequiarle una nueva, moderna y rápida, para que su chica no tuviera más problemas con la tecnología.
Dos días antes de Año Nuevo, tomaron un vuelo hacia la casa de los padres de Faye. A su llegada al aeropuerto, fueron recibidas por los padres de Faye, quienes estaban emocionados de verlas después de la mudanza. Faye había decidido que su equipo pasara las fiestas con sus familias, dejando el trabajo de lado para disfrutar plenamente con sus seres queridos.
La fiesta de Año Nuevo en la casa de los Peraya fue un evento grandioso, con muchos invitados que no dejaban de admirar a la joven pareja paseándose por la lujosa casa, tomados de la mano. La celebración estuvo llena de risas, música y buena comida.
Al llegar la medianoche, Faye tomó a Yoko de la mano y la condujo hacia la playa que daba al fondo de la casa. Allí, bajo el cielo estrellado y el sonido de las olas, Faye miró a Yoko con ternura y le deseó un feliz Año Nuevo. "Espero pasar muchas más fiestas como esta contigo", dijo Faye, susurrando en el oído de Yoko.
Ambas se abrazaron, disfrutando del momento y del nuevo año que comenzaba con promesas de amor y felicidad compartida.
ESTÁS LEYENDO
AMOR EN EL JUEGO Y EN EL AIRE
FanfictionFaye Peraya, una tenista profesional de 29 años, ha dedicado toda su vida a la competición, alcanzando la cima de su carrera con determinación y disciplina. Sin embargo, su vida personal siempre ha quedado en segundo plano. Todo cambia cuando Yoko A...