62: Regresar Al Estudio

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A la mañana siguiente, el sol de Bangkok brillaba intensamente a través de las ventanas del apartamento de Faye. Después de una noche difícil, Yoko despertó un poco más tranquila, pero la realidad seguía pesando sobre sus hombros. El incendio en su estudio había sido devastador, y las implicaciones aún flotaban en el aire como una nube oscura.

Faye, quien había estado despierta antes que Yoko, estaba en la cocina preparando un desayuno ligero. Sabía que Yoko necesitaba fuerzas para lo que les esperaba ese día, y más aún, necesitaba todo el apoyo emocional que pudiera darle. Cuando Yoko entró en la cocina, Faye la recibió con una sonrisa suave y un plato de frutas frescas.

—Buenos días, mi amor —dijo Faye mientras le tendía una taza de té—. Hoy será un día difícil, pero estaremos juntas.

Yoko tomó la taza, agradecida, aunque su mirada seguía algo perdida.

—Lo sé —susurró—. Aún no puedo creerlo, todo mi esfuerzo... en cenizas.

Faye se acercó y la abrazó con fuerza.

—Reconstruiremos lo que haga falta, Yoko. Tienes a mucha gente a tu alrededor que te apoya. No estás sola en esto.

Después de un desayuno en silencio, las dos se alistaron para salir. Faye se aseguró de contactar con su equipo legal y de seguridad antes de dirigirse al estudio, mientras Yoko trataba de mantener la calma, aunque sus emociones eran evidentes. Estaba nerviosa, su mente inundada de pensamientos sobre el futuro de su podcast, su carrera y todo el trabajo que había invertido.

El trayecto hacia el estudio fue silencioso. Faye sostenía la mano de Yoko mientras conducían por las calles bulliciosas de la ciudad. Cuando llegaron al lugar del desastre, Yoko vio a varios de sus compañeros de trabajo reunidos afuera. Los abrazos fueron y palabras de aliento fueron de  inmediato.

—Estamos contigo, Yoko —dijo uno de los miembros de su equipo, su voz quebrada por la tristeza—. No podemos creer lo que ha pasado, pero haremos lo que sea necesario para reconstruirlo todo.

Yoko asintió, emocionada por el apoyo incondicional de su equipo. Sabía que, aunque la situación era difícil, no estaba sola.

Faye observaba a Yoko con orgullo desde un poco más lejos, dándole el espacio que necesitaba para conectarse con su equipo. Sabía que este era un momento importante para ella. Sin embargo, su teléfono vibró con una notificación. Era un mensaje de su equipo de seguridad, confirmando que habían dejado ingresado al influencer en la estación de policía con éxito. Faye envió una respuesta rápida, agradeciéndoles por su eficiencia, y guardó el teléfono. Por ahora, su prioridad era estar al lado de Yoko.

Tras un tiempo fuera del estudio, decidieron entrar y ver el daño de cerca. Lo que encontraron fue desgarrador: las paredes chamuscadas, equipos destruidos, micrófonos derretidos por el calor, y el olor a humo impregnando todo el lugar. Yoko caminaba entre los escombros, su mente viajando a todos esos momentos en los que había creado algo especial en ese espacio.

—No puedo creer que esto haya pasado —dijo Yoko, su voz temblando—. Todo lo que construimos...

Faye la rodeó con sus brazos, sosteniéndola firmemente mientras Yoko luchaba por no derrumbarse.

—Vamos a salir de esto, Yoko. No importa cuánto tiempo nos tome, volverás a tener un estudio aún mejor que este.

Yoko se giró hacia Faye, sus ojos brillando con lágrimas pero también con determinación.

—Gracias por estar aquí. No sé qué haría sin ti.

Faye sonrió, acariciando suavemente el rostro de Yoko.

—Siempre estaré aquí, amor. Vamos a superar esto juntas.

Después de una inspección rápida, decidieron que era mejor retirarse por el momento y dejar que los expertos evaluaran los daños. Faye ya había contactado a una compañía de restauración, y el equipo de Yoko estaba dispuesto a ayudar con todo lo que fuera necesario. A pesar de la tragedia, la esperanza comenzaba a renacer.

Ya en el coche de regreso a casa, Faye no podía dejar de pensar en los próximos pasos. Tenía que planear cómo ayudar a Yoko a recuperarse, no solo emocionalmente sino también profesionalmente. Y también, tenía algo más en mente: proponerle matrimonio a la mujer que amaba, algo que parecía cada vez más importante mientras enfrentaban estos desafíos juntos.

AMOR EN EL JUEGO Y EN EL AIREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora