47: Deseos Compartidos

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Al regresar a casa después de la gala, el ambiente en el apartamento de Faye era tranquilo, pero la intensidad de la noche aún se mantenía en el aire. Faye, con una mezcla de sentimientos encontrados y un deseo ardiente, tomó a Yoko por la cintura en cuanto entraron en la puerta. La miró con una intensidad que hacía difícil ocultar su celos y deseo.

—Tus piernas fueron admiradas por todos en la gala —dijo Faye, su voz cargada de emoción—. Debo admitir que me sentía celosa viendo cómo la gente te comía con los ojos.

Sin esperar respuesta, Faye la empujó suavemente contra la pared. Su respiración se hizo más rápida mientras la miraba, como si intentara capturar cada detalle de su belleza. La tensión entre ellas se volvió palpable.

Faye besó a Yoko con una intensidad apasionada, sus manos recorriendo su cuerpo con un deseo palpable. Empezó a bajar el vestido de Yoko con delicadeza, sus labios tocando su cuello, clavícula, y luego explorando cada uno de sus pechos. Los besos eran tiernos y ardientes al mismo tiempo, llenos de una necesidad compartida.

—Ellos me comían con los ojos, pero eres tú quien me come aquí —susurró Yoko, jadeando suavemente, su voz casi inaudible en la intimidad del momento. Su respiración se volvía entrecortada mientras sentía cada caricia de Faye.

El jadeo de Yoko provocó una sonrisa en el rostro de Faye, quien estaba completamente inmersa en el momento. Con una fuerza suave pero decidida, Faye levantó a Yoko en sus brazos, sus movimientos llenos de una mezcla de cariño y deseo. Mientras avanzaba hacia la habitación, dejaba un rastro de ropa caída por el camino, una señal de la pasión que había invadido la noche.

En la habitación, la atmósfera era aún más íntima y cargada de emoción. Faye colocó a Yoko suavemente sobre la cama, sus ojos llenos de una mezcla de ternura y deseo. La noche prometía ser una celebración de su amor y conexión, un refugio de las complejidades del mundo exterior.

AMOR EN EL JUEGO Y EN EL AIREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora