46: Noche De Gala

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La gala benéfica se celebraba en uno de los lugares más elegantes de la ciudad, con luces brillantes y una decoración que evocaba un sentido de sofisticación y lujo. Yoko y Faye se alistaron para la ocasión, combinadas en negro, pero con estilos muy distintos.

Yoko eligió un vestido corto que acentuaba sus piernas, un toque juvenil y moderno que atraía las miradas de admiración de todos los presentes. Faye, siempre impecable, se vistió con un elegante traje negro que acentuaba su figura atlética y su presencia autoritaria. La fragancia que llevaba, una mezcla de notas sofisticadas y coquetas, era la misma que siempre le gustaba a Yoko, y esa noche parecía envolver el ambiente a su alrededor.

Cuando llegaron al evento, Faye se dedicó a presentar a Yoko a sus conocidos, entre ellos amigos del trabajo y sus novias. La noche estaba llena de conversaciones animadas y risas, y Yoko se sentía abrumada por la calidez y la amabilidad de las personas que conocía. Rápidamente empatizó con todos, sintiendo que compartían el mismo corazón puro y sin maldad que ella misma valoraba tanto.

Sin embargo, a pesar de la atmósfera alegre, Faye no podía evitar sentirse algo celosa. Las miradas admirativas que Yoko recibía, especialmente hacia sus piernas, no pasaban desapercibidas para ella. Aunque sabía que era natural que la gente se sintiera atraída por la presencia de Yoko, el sentimiento de celos era difícil de ignorar.

A medida que avanzaba la noche, Yoko seguía interactuando con las personas, mientras Faye observaba con una mezcla de orgullo y preocupación. Aunque sabía que Yoko tenía un carácter abierto y generoso, también entendía que no todos los que estaban allí eran tan sinceros como aparentaban. Su experiencia en el mundo de la alta sociedad le había enseñado a ser cautelosa.

—¿Te estás divirtiendo? —preguntó Faye, acercándose a Yoko mientras charlaban con un grupo de personas.

—Sí, ha sido una noche maravillosa. Todos parecen tan amables y auténticos —respondió Yoko, con una sonrisa—. Me alegra mucho estar aquí contigo.

Faye esbozó una sonrisa que trataba de ocultar su inquietud. Sabía que no podía interferir en la percepción idealista de Yoko, pero también quería protegerla de posibles decepciones.

—Me alegra que estés disfrutando. Recuerda que, a veces, las apariencias pueden ser engañosas —advirtió Faye suavemente.

Yoko asintió, aunque con la confianza de que, al menos por esa noche, podía disfrutar del momento sin preocuparse demasiado. La gala continuó con elegancia y diversión, y al final de la noche, Faye y Yoko se sintieron más unidas que nunca, fortaleciendo su relación en medio de las luces y el glamour.

AMOR EN EL JUEGO Y EN EL AIREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora