40. Cinco sets

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Cinco sets

―Dejé de tomar las pastillas anticonceptivas ―digo mientras me recuesto en la cama, todavía algo borracha, justo al lado de Novak―. Así que comenzarás a usar protección.

―¿Y por qué las dejaste?

―Ya no me sentía bien consumiéndolas, y sabes que debo cuidar mi físico porque...

No quise terminar de hablar. Hace unos días Novak me advirtió sobre no estirar después de uno de los partidos en Roland Garros, dijo que mi inflamación en el pie volvería si no me cuidaba, pero en lugar de hacerle caso, corrí al hotel de Rybana preocupada por lo que sea que le estaba sucediendo. No me siento orgullosa de no haberle hecho caso, porque ahora mismo estoy sintiendo cierta dolencia en el pie ―vaya suerte que recién ahora y no en la final de Roland Garros―.

―¿Por qué? ―pregunta él, mirando su teléfono mientras se mantiene recostado a mi lado.

―Porque necesito cuidarme.

Novak apaga la pantalla de su teléfono y me mira con cierto gesto divertido, como si supiera exactamente que hay algo más.

―Bien, tenías razón. Me duele el pie. Ya puedes decir "te lo dije".

―No lo diré.

―Pero te mueres por decirlo, ¡Vamos!

Novak rio y se levantó de la cama, se colocó en la punta de ésta y me tomó del pie para masajearlo mientras lo apoya en su pecho desnudo.

―Ahora bésame el pie ―bromeo.

Pero él baja sus labios a uno de mis dedos y lo hace. Rio a carcajadas ante las cosquillas que me genera el tacto y digo:

―¡Eres un asqueroso!

―Adoro tu pie, soy como Tarantino.

Me hace reír aun más, y su risa y la mía nos genera cierto... Hormigueo.

―¿Hacemos un primer set? ―pregunta él borrando su sonrisa, mostrándose serio.

―Muero por eso, pero no tienes preservativo.

Novak suelta mi pie y se queda mirando la pared, probablemente enfriando su mente de la excitación y el deseo. Pero yo no puedo. No puedo enfriar mi mente cuando el hormigueo comienza hacerse notar en mi intimidad.

―A la mierda el preservativo ―digo sentándome en la cama―. Hagámoslo, al mejor de cinco sets.

Dicho esto, me quito mi sostén. Novak inmediatamente observa mis senos con lujuria.

Desperté con los cabellos dispersos y enredados, y recordé la noche salvaje de gritos, pasión, y placer

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Desperté con los cabellos dispersos y enredados, y recordé la noche salvaje de gritos, pasión, y placer. Novak está a mi lado con la boca semiabierta, totalmente sediento por lo ocurrido. Le beso la punta de la nariz y me levanto directo a la ducha, y en este momento mientras permito que el agua caiga sobre mi cuerpo, recuerdo algo: ¡RYBANA!

La número 2 del mundo (fanfic de Novak Djokovic) #3 HEUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora