XX
VILLANOS
Nole y Sabry tenían razón: se trataba de dar lo mejor de mí. He entrenado tanto que de repente todas las pelotas son fáciles, todo lo que era difícil y me costaba el doble, ahora es como respirar aire. Sabry se muestra impresionada ante mis nuevos músculos y mi nuevo físico, pero Nole no, dice que es lo correcto.
Me siento lista, demasiado lista, para el siguiente paso.
Prince ha estado viniendo para entrenar, pero él no tiene interés en ser el mejor sino de poder vivir del tenis. Yo soy distinta. Porque soy millonaria en otros negocios que he hecho aparte de la herencia de mi padre, y no necesito vivir del tenis, sino ser la mejor.
Lo próximo que queda es: Roland Garros. El Grand Slam que Nole más odia, y que, yo también. Detesto la arcilla y el polvo de ladrillo. Incluso días después de haber jugado en ese tipo de cancha, sigo teniendo polvo en rincones de mi cuerpo. Es asqueroso.
―No empieces ―rodea los ojos Sabry mientras caminamos por el aeropuerto de Francia―. Te entrené con la ilusión de que serás la próxima número uno. No puedes decirme que quieres perder solo porque odias la arcilla.
―De verdad la odio.
―¿Quién te entiende? Quieres ser la mejor pero no estás dispuesta a hacer sacrificios.
―Entrené como nunca antes y...
―El tenis no se trata únicamente de entrenar, y lo sabes.
Me reencontré con Nole en la salida del aeropuerto, justo cuando con Sabry salimos de allí y lo vimos parado en la vereda junto a su equipo. Él viajó antes, para poder adaptarse a la cancha de Roland Garros, y no nos vimos durante cinco días ―demasiado para mí―.
Me lancé sobre él y lo abracé del cuello, llenándolo de besos por todo el rostro. Él me masajeó la cintura y se mostró algo tímido ―al tener a todos mirándonos―.
Sin embargo, nuestro momento fue interrumpido cuando un paparazzi se acercó hasta nosotros y comenzó a decir groserías.
El entrenador de Nole quiso quitarlo del camino, pero el tipo se acerca cada vez más y más, y me mira directamente a los ojos como si disfrutara de insultarme.
―¡Ey, Paris! ¿Eres una rompedora de familia, sí o no?
Separé mi rostro del pecho de Nole cuando noté su expresión: le molestó y demasiado ―tal vez más que a mí―. Caminó hasta el tipo como si estuviese aplastando huevos, cerró sus puños, levantó un brazo y... El paparazzi cayó al suelo del golpe.
―¿Eres un imbécil, sí o no? ―preguntó Nole levantando su tono de voz.
No quedó satisfecho con darle en el rostro, también lo pateó en el medio de su abdomen. El paparazzi se retorció de dolor, y el equipo de Nole se encargó de tranquilizarlo y de hablar con el muchacho golpeado para que no haga acusaciones legales.
―¿Estás loco? ―le preguntó Sabry cuando llegó hasta nosotras.
Pero él me sonrió, como diciéndome: «Deberías intentarlo».
Así que, le hice caso, caminé hasta el paparazzi que sigue en el suelo casi llorando y con el ojo hinchado, y lo escupí.
―Por algo son los «villanos» del tenis ―dice uno de los periodistas de ESPN―. Los tenistas varones odian a Nole, y las tenistas mujeres lentamente comienzan a odiar a Paris. Ellos no son profesionales, son...
―No estoy de acuerdo ―interrumpe otro periodista―. Él es el máximo ganador de Grand Slams, ¿No te parece que eso es ser profesional? Y ella es una gran promesa en el futuro del circuito femenino.
―Pues, el tenis es un deporte de caballeros, y definitivamente Novak Djokovic no es uno.
―Ah sí, porque los Grand Slams se ganan siendo caballeros ―responde irónicamente el periodista.
Con Nole nos retorcemos de la risa mientras vemos los canales deportivos hablando de nosotros y de lo sucedido con el paparazzi. Pero, mañana comienza Roland Garros, y sabemos que tarde o temprano tenemos que volver a la cancha y concentrarnos en el torneo.
Por suerte, la Federación de Tenis no se pronunció ante lo sucedido con este tipo, ellos alegan que «lo sucedido fuera del deporte no es de nuestra incumbencia».
―Es gracioso que dicen eso y después me sancionan por no querer vacunarme contra el Covid ―se burló Nole.
―Todo es injusto para nosotros, porque no somos Federer y Rybana ―bromeé.― ¿Te imaginas qué harían si el paparazzi atacara así a ellos?
―Jamás sucedería, porque la gente los ama y nadie piensa en insultarnos.
―Eso es injusto. ¿Por qué nosotros sí somos odiadios?
―No importa, somos Nole y Paris, y no deseo que seamos nadie más. Estoy satisfecho, incluso con todo el odio que recibimos.
―Yo también ―apoyé mi cabeza en su pecho.
Él me acarició el hombro mientras me apega todavía más a su cuerpo, y puedo oír los latidos de su corazón... Ojalá fuésemos eternos.
«Este momento lo es. Somos eternos ahora» pensé.
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La número 2 del mundo (fanfic de Novak Djokovic) #3 HEUS
FanfictionRybana no podía creer lo que acababa de ver. Me observaba como si viniera de otro mundo. Y no entendía por qué todos se levantaron a aplaudirme, hasta que veo la repetición en la pantalla alta del estadio... Y soy yo, bailando ballet dentro de la ca...