Rybana no podía creer lo que acababa de ver. Me observaba como si viniera de otro mundo.
Y no entendía por qué todos se levantaron a aplaudirme, hasta que veo la repetición en la pantalla alta del estadio... Y soy yo, bailando ballet dentro de la ca...
Puedo decir, entonces, que ahora soy la encargada de Starbucks y, por tanto, mi carga horaria de trabajo es menor a seis horas por día. A veces, incluso, solo tres horas por día. Cobro un sueldo más alto del anterior que me permite darme pequeños gustos, y llevo ahorrados diez mil dólares.
Mi padre me ayuda de vez en cuando, a pagar algún electrodoméstico, a cambiar las cañerías, a contratar Wifi, entre otras cosas, pero, la mayor parte de las cosas salen de mi bolsillo y de mi sudor y me siento orgullosa de ello.
Por el otro lado, el tenis se ha convertido en algo más que mi deporte favorito, también es mi momento favorito del día cuando tomo la raqueta y comienzo a entrenar con mi hermano ―que, por cierto, Novak me declaró «socia eterna», así que no debo pagar una mensualidad en el club― y nos anotamos a distintos torneos estatales y nacionales.
Sin embargo, llegó la hora de la verdad cuando recibimos una carta de invitación a dobles mixtos en Australia Open.
―Hace mucho que no competimos en torneos importantes, y, de hecho, jamás competimos en un Grand Slam profesional. No podemos arriesgarnos ―dije.
―Yo creo que tampoco pueden, pero, tiene que haber una primera vez para ganar una segunda vez ―dijo Novak en medio de mi hermano y yo, en un restaurante vegano―. La pregunta que yo siempre me hago es ¿Por qué no? ―levantó sus hombros y arqueó sus cejas hacia arriba―. ¿Por qué no, quién dice que no?
Con Novak nuestra amistad ha avanzado en escalones enormes. De ser solo conocidos, pasamos a ser compañeros de entrenamiento, y ahora a amigos. Y amigos muy cercanos.
―Hola ―dijo un muchacho colorado de los nervios―. Novak, ¿Puedo sacarme una foto contigo?
Algo muy divertido es que Novak siempre tiene dos o tres admiradores que lo reconocen y le piden autógrafos y fotos, y luego publican sus experiencias en las redes sociales y aseguran que yo soy su novia.
―Claro ―dijo Novak sonriendo.
También me agrada su amabilidad y humildad. Al principio me sorprendía que, siendo una celebridad tan reconocida, aún así, trataba a los demás como si fueran su igual, puesto que, mi padre siempre camina con cientos de guardaespaldas a su alrededor y no permite que las personas se acerquen demasiado.
Novak es distinto.
Todo en él es distinto.
A las pocas horas, Prince y yo decidimos aprovechar la oportunidad y jugar dobles en Australia.
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No supe mucho de Novak en las semanas que Prince y yo llegamos a Australia. Él prometió ayudarnos, pero no se apareció. Parece que, según decían los rumores, estaba entrenando justo cuando se lesionó y eso lo mantuvo bastante nervioso.
