Con calma

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—¿Y en ocasiones no te dan ganas de transformarte aquí en el colegio? —le preguntó Diego.

—¡Diego! ¡Recuerda que es un secreto! —exclamó sintiéndose alterada, ¿y si alguien escuchaba esa conversación? —, no debes decir esa palabra, es peligroso.

—Es la emoción del momento, lo siento —se sonrojó un poco —. Es que todavía no superó lo que conversamos ayer —admitió —. Me siento genial por ser tu amigo —admitió. Marinette se sintió un poco mal ante ese comentario, ¿ahora que sabía su identidad quería ser su amigo? Eso era un poco ofensivo —. Me honra saber que soy tu amigo desde antes de esto.

Marinette sonrió, ese comentario la había calmado. Entonces, siguieron caminando juntos. Diego no podía esconder su emoción y para poder seguir conversando con la azabache, caminaba a su ritmo y la ayudaba cuando era necesario.

—¿Y no sospechas de ninguno de nuestros compañeros? ¿Ni siquiera de Chloé? Creo que podría hacer una investigación o algo parecido.

—Con calma, Diego, recuerda que es peligroso que sepas demasiado.

—Yo creo que todo marcha de maravilla... —Diego vio como Félix lo estaba fulminando con su mirada y sonrió aún más. Eso era lo que quería: provocar a Félix.

—No entiendo porque no se aparta de Marinette... —susurró Félix.

—¿Celoso, primo?

—Diego tiene novia —le recordó Félix.

—Si, por eso Diego es el más genial del grupo, ¡ya tiene novia! —exclamó Nino. Él y Adrien asintieron. Félix solo rodó los ojos y se alejó un poco, iría a la biblioteca un rato.

—Percibo que esos chicos tienen razón, estás celoso —se burló Plagg.

—No estoy celoso —negó Félix —. Solo me llama la atención que repentinamente estén tan unidos, ocurrió de un día para otro, es llamativo —se defendió Félix.

—Tómalo con calma, recuerda que puede tener otros amigos, al cabo que a mí no me interesa —Plagg estiró su manita, Félix rodó los ojos y le dio Camembert al felino.

*

Durante las clases, se sentaron juntos y charlaron, al igual que en el recreo. Algo que llamó la atención de Félix fue que Diego se despidió de Marinette con un beso en la mejilla, eso era nuevo y Marinette sonreía.

—¿Lista para ir a la piscina? —le preguntó Félix.

—Sí, lista —respondió con una sonrisa suave —. ¿Quieres que vayamos enseguida?

—Creo que es una buena idea, es temprano, entonces no creo que el lugar este tan lleno —explicó el rubio. Marinette asintió —. ¿No trajiste un traje de baño? —preguntó observándola.

—Sí, esta en mi mochila —la azabache se levantó con cuidado, Félix la observó de modo atento, por si tenía que ayudarla.

Tomaron un autobús hasta que llegaron al lugar. Ambos se separaron para ir a cambiar su ropa. 

—Es la primera vez que un amigo me invita a la piscina, Tikki —la azabache se sonrojó notablemente —. Me da vergüenza que me vea en traje de baño, no lo puedo evitar —confesó —. No me lo quiero poner. No sé porqué acepté.

—Marinette, ¡Mereces divertirte! —exclamó Tikki —, no te preocupes por detalles pequeños, intenta relajarte.

Marinette asintió, aunque apenas se puso su traje de baño, encima se colocó una polera bastante grande, era un plan B. Así no se vería demasiado.

Cuando se encontraron, Félix sonrió al verla. Jamás pensó que Marinette quisiera ocultar su cuerpo, pero la entendía, ella era bastante tímida, quizás ir a la piscina no era la mejor idea de todas.

Félix se sentó en una silla. Marinette se sentó a su lado.

—¿Estás bien? —le preguntó —, no quiero que te sientas incómoda, si prefieres podemos regresar.

—Oh, estoy bien, gracias —respondió algo rápido —. Es solo que... es la primera vez que un amigo me invita a la piscina, por eso me siento un poco... rara.

«Un amigo», esa palabra le había dolido un poco y no pudo evitar recordar a Diego, por lo que no pensó antes de hablar (algo que jamás le pasa).

—Me sorprende, sobretodo teniendo en cuenta que tienes muchos amigos.

—Gracias a ti —la azabache sonrió —. Desde que nos hicimos amigos, mi vida cambió mucho. Eres un amigo sincero, no sabes lo importante que eres para mí.

—Marinette, ¿alguna vez te ha gustado alguien?

No pudo evitar preguntar eso. Su corazón quería saberlo, quería obtener respuestas, quería arriesgarse.

—Yo... —pero al ver el rostro de incomodidad de Marinette, se arrepintió enseguida de haber preguntado. Parecía que no sabía qué responder, se veía sorprendida.

—Olvídalo, solo fue una pregunta que surgió repentinamente —intentó excusarse —. Mejor nademos —Félix la tomó del brazo y la ayudó a dejar su bastón en la silla para después comenzar a nadar. Tristemente, la incomodidad quedó en el aire. ¿Por qué no tomó las cosas con calma? ¡Lo arruinó todo!

*

—Estuve meditando un poco y... pensé en algo: en las películas o series de televisión, el villano en ocasiones es algún familiar del superhéroe —soltó la teoría de Diego. No había podido dejar de pensar en ella —. ¿No crees que pueda ser posible? Yo pensé en mis familiares, pero es difícil dudar de ellos.

—¿Mis familiares? ¡Es imposible! —exclamó el felino, se sintió algo molesto. De por sí ya estaba molesto por lo que había sucedido con Marinette, estaba enojado consigo mismo.

De pronto... ¿Y si eso tenía sentido? Después de todo, en su familia conocían la existencia de los Miraculous, por esa misma razón él y Adrien habían sido creados. ¿Y si alguien de la familia quería los Miraculous para cumplir algún deseo? Él sabía sobre los Miraculous y el deseo que concedían, a diferencia de Ladybug.

—Yo también creo que es algo imposible, pero debemos mantenernos atentos.

Chat Noir no podía creer lo que estaba pasando. ¿Y si Ladybug tenía razón? Eso podría ser lo más obvio después de todo, aunque también lo más doloroso.

Cada vez más dudas y más problemas para nuestros protagonistas. Ay, ¿Marinette se dará cuenta de sus sentimientos de una vez por todas? uwu

Intentaré actualizar de nuevo lo antes posible, porque tengo responsabilidades estudiantiles todavía. Es solo que escribir me relaja. :'c



























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