Mes Felinette

Hijos

Félix había decidido estudiar administración de empresas, pensaba que era una carrera que podía estudiar a su ritmo y después encontraría un empleo en París, su vida en Londres había quedado atrás.

Marinette estudiaba diseño de modas, como siempre había soñado. La carrera era grandiosa, porque podías dibujar y crear. Marinette se sentía dichosa de poder estudiar lo que siempre había soñado.

Félix se fue a vivir solo tal y como había dicho. Su madre lo visitaba con frecuencia y Marinette también. A pesar de que él tenía dinero, su madre lo ayudaba, porque él era su pequeño (aunque ya fuera mayor de edad).

Cuando Félix estaba terminando su primer año de carrera, Amelie lo invitó a una cena familiar, Marinette también estaba invitada.

—Siento que me quiere decir algo malo, me asusta un poco.

—No te preocupes, todo saldrá bien —la azabache intentaba calmarlo, aunque ella no tenía idea de qué podría suceder.

Después de la cena, Amelie habló por fin.

—Hijo, aunque tú siempre serás mi pequeño, tú ya creciste y ya no me necesitas en París —soltó Amelie —. Yo sé que amas tú vida aquí, pero yo extrañó mi vida en Londres —Félix se mantuvo callado y serio —. Adrien, tú siempre serás como un hijo para mí, pero estos años te he visto convertirte en un hombre maduro y sé que estarás bien, después de todo, está es tu casa.

—Tía, está también es tu casa.

—Me sentí bien viviendo aquí, pero dejé algunas cosas en Londres, queridos —los miraba a ambos y contenía sus ganas de llorar —. Mi trabajo, mi oficina, mis amistades... quisiera regresar a eso, sé que estarán bien. Adrien, Nathalie y Gorila se quedarán aquí contigo.

—No será lo mismo sin ti —ambos rubios se acercaron y la abrazaron. Entendían lo que sucedía, por eso la apoyaban.

—Esta casa es una Mansión y es demasiado grande para que yo viva aquí solo, no me gusta la idea —dijo Adrien —. Me gustaría vivir en un lugar más pequeño.

—Primo, tienes dinero suficiente para vivir en un departamento pequeño o en una casa, lo que tú quieras.

Y desde ese momento, sus vidas cambiaron para siempre.

*

Félix y Marinette seguían siendo pareja, se veían con frecuencia y se apoyaban cada vez que podían. Celebraban sus logros juntos, se apoyaban en sus momentos difíciles.

Los años pasaron y Marinette terminó su carrera, solo le faltaba realizar la practica y tendría su título. Félix habló con Adrien y juntos consiguieron ayudarla.

El día de su debut había llegado. Todo había sido un éxito. Después de eso tendrían una celebración, pero antes de eso, Marinette se acercó a su novio y le dijo lo que él tanto anhelaba escuchar:

—Ya tengo mi título, finalmente tendré un trabajo y dinero, estoy lista para irme de la casa de mis padres...

—¡Finalmente viviremos juntos! —Félix la hizo girar en el aire y la besó. Era la mejor noticia.

—¿Estás seguro de que quieres que vivamos juntos? Porque yo...

—Creo que ya estamos listos, Marinette, hemos avanzado mucho, maduramos...

*
Al principio se sentían un poco incómodos, porque se amaban, pero vivir con tu pareja no era algo sencillo, ellos eran adultos y aún así... no sabían bien cómo actuar.

Con el tiempo se acostumbraron y una noche sucedió lo que ninguno había experimentado hasta ese momento: tuvieron relaciones por primera vez, se habían entregado en cuerpo y alma. Ambos lo habían disfrutado y querían repetirlo, fue una experiencia única.

Después de que Félix se tituló, él le pidió matrimonio y ella no dudó en aceptar, lo amaba con todo su corazón.

Y fue el día de la boda en el que le contó la gran noticia: ¡estaba embarazada!, pronto serían padres.

—Yo siempre quise ser padre, siempre quise tener un hijo y cuidarlo como corresponde —Félix no pudo evitar llorar ante esa revelación —. Gracias, Marinette.

—Gracias a ti por cambiar mi vida.

—Gracias a ti por lo mismo, no solo cambiaste mi vida, la mejoraste.

—El sentimiento es mutuo, mi amor —y volvieron a besarse, emocionados por el futuro que los esperaba juntos. ¡Tendrían un hijo! Esperaban que fuese el primero de muchos, porque no querían tener solo un bebé.

¡Muchas gracias a todos por su apoyo! Gracias también por su paciencia.

Me costó un poco terminar este calendario porque tenía que enfocarme en mis estudios, pero ¡lo logré! Y me siento feliz por eso.

Un final muy feliz. ❤