Ya era de noche y estábamos reunidos juntos al fuego en un círculo mientras comíamos. El ambiente era agradable, todos sonreían y complementaban a Carol por sus habilidades culinarias.
—Está muy rico —dijo Shane con comida en la boca—. Extrañaba esto.
- Tengo que preguntarte, amigo. Me está volviendo loco. —dijo Morales a Dale. - Ese reloj.
- Que tiene?
—Te veo todos los días, a la misma hora, dándole cuerda a esa cosa. Como un cura que da misa.
—Yo también me lo he preguntado —dijo Jackie.
- No entiendo el punto - respondio Dale
—A menos que haya visto mal, el mundo parece haberse acabado. Al menos por un tiempo.
—Pero ahí estás tú, todos los días, dándole cuerda al reloj —continuó Morales.
- El tiempo es importante registrarlo, ¿no? Al menos los días. —Miro a Andrea —¿No lo crees? Apoyame.
Andrea se limitó a beber su cerveza. Esta vez me miro a mí:
—Te veo como una chica inteligente, vamos, apoyame.
Rei en nerviosismo.
—Supongo que es el recuerdo de que aún seguimos vivos un día más... ¿valorar el tiempo? —dijé encogiéndome de hombros.
Dale sonrió.
- Me gusta lo que un padre le dijo a su hijo cuando le dio su reloj, que pasó de generación por generación. Dijo: "Te doy el mausoleo de toda esperanza y los deseos, que se adaptará a tus necesidades individuales no mejor que a mí y a mi padre antes que a mí. Te lo doy no para que recuerdes el tiempo, sino para que puedas olvidar por un momento, y no malgastes todo tu tiempo intentando conquistarlo."
Todo quedó en silencio, pero no era uno incomodo. Al contrario, era reconfortante sentirse entre familia y amigos. Mire hacia el lado y atrape a Shane mirándome mientras sonreía. Le devolvió la sonrisa.
—Eres tan extraño —dijo Amy sacandoles una risa a todos.
—No soy yo, es Faulkner. William Faulkner
Amy se levantó, pero Andrea la detuvo.
—¿A donde vas?
- Tengo que hacer pis. Cielos, intente ser discreta.
Amy se alejó al trailer.
Shane se inclinó hacia mí y susurró:
- Esta noche no te vas a escapar.
Solté un suspiro al sentir su aliento contra mi cuello. De repente, escuchamos un grito de Amy. Observamos y un caminante había mordido su brazo.
—¡Cubranse! —nos gritó Shane mientras disparaba su escopeta— _____ y Alex no se separen de mí. ¡Lori, no sueltes a Carl!
Vi a Jim golpeandolos con un bate, al igual que Morales. Me sentía con demasiada adrenalina. Sujete a Alex con fuerza y este hizo lo mismo. Saqué mi cuchillo y solo me quedé ahí parada viendo todo el desastre. Quería correr, quería ayudar, pero no podía. No podía dejar solo a Alex.
—Vamos —dijo Shane agarrando mi brazo— ¡Estén cerca todos!
Este intentaba movernos a un lugar seguro, pero todo estaba infestado.
- ¡A la camioneta!
Shane agarró a Alex en brazos y pude ver como Lori agarraba con fuerza la camisa de Shane.
Este no es el momento para sentir celos.
Repentinamente, escuchamos más disparos; esto solo significaba una cosa: los chicos habían llegado. Los caminantes ya habían arrasado con la mitad del campamento; los cadaveres de otros integrantes yacían en el suelo, retorciendose mientras un río de sangre salió de las partes mordidas.
Todo se tranquilizó; no se escuchaba ni un solo gruñido. Solo las respiraciones agitadas y los pequeños sollozos.
—Mi amor —dijo Shane abrazándome con una mano mientras aún sostenía a Alex —¿Está bien? ¿No te paso nada?
Se separó de mí y comenzó a inspeccionar mi cara y cuerpo.
- Estoy bien - logre decir
A lo lejos vi como Andrea estaba en suelo con su hermana; tenía dos mordidas. Senti las lagrimas bajar por mi rostro sin permiso. Ese pudo haber sido mi hermano. Shane solo me abrazaba con fuerza.
—Ahora recuerdo lo que soñe y porque cave los hoyos—escuché decir a Jim.
Shane soltó a Alex y le preguntó lo mismo. Quería ir hacia Andrea y llorar junto a ella, pero no era de mi incumbencia. Ella necesitaba su espacio.
—_____ —dijo Shane agarrandome de los hombros. - Hablame, por favor.
- Soy una inútil.
—No lo eres, es normal tener miedo —me dio un beso rápido—. Te amo.
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The Walking Dead: romance ante la muerte(Shane Walsh)
Romance_________ Smith, una chica de 24 años. No tiene estudios, ni padres. Sólo su hermano menor Alex, de 11 años. Todo iba normal, tenía trabajo, amigos, su hermano.... Su amor platónico que jamás aceptaría, hasta que se desato la epidemia.