_________ Smith, una chica de 24 años. No tiene estudios, ni padres. Sólo su hermano menor Alex, de 11 años. Todo iba normal, tenía trabajo, amigos, su hermano.... Su amor platónico que jamás aceptaría, hasta que se desato la epidemia.
Levanté a los niños y caminamos hacia el centro del campamento donde todos estaban reunidos. Yo me quedé en la distancia mientras los niños se acercaban a Lori.
—Y confío en sus instintos —hablaba Shane—. Creo que lo más importante es permanecer unidos... Para los que están de acuerdo, saldremos mañana a primera hora.
Todos se dispersaron. Había una importante decisión que hacer. Claro, yo no tenía otro remedio que ir, ya que Shane iba. Y me sentiría más segura en una estructura fuerte, no al aire libre.
- Oye - dijo Shane - Aun no has empacado?
- No he tenido tiempo.
- Ha sido un día de locos.
Nos quedamos en silencio.
- Que te sucede? Alga pasa que no me quieres contar.
- ¿Por qué tanto secretito con Lori? Se miran de forma extraña y no hablan si hay mucha gente alrededor.
Este me miró unos segundos y desvió la mirada al suelo.
- Yo... Yo te quiero a ti. No a Lori. Te amo! Lo dije ayer y no tuviste ninguna reacción.
- Por que no se si quiero esto! - grite - Me escondes informacion y yo lo se
- Ahora solo dices estupideces.
Tomo mi brazo y me arrastro hasta la tienda.
- Debo velar por todos aquí; eso significa que debo hablar con los integrantes, incluyendo a Lori.
- ¿Piensas que es mejor que yo? —dijé entre sollozos—. Es más fuerte y las personas la respetan. Yo soy solo una carga; si Rick o tú no estuvieran alrededor, ya estaría muerta.
Él puso su mano bajo mi mentón.
—¿Sabes que no tiene ella? Mi amor
Rei un poco.
—Eso es tan cursi.
- Sé que te encantan las cosas cursis. Por favor, cree en mí.
Lo abrace.
- Tienes razón, lo siento.
Él correspondió el abrazo.
- No tienes que disculparte.
El día prosiguió empacando y arreglando todo para mañana. Yo traía pocas cosas, solo mi mochila.
Llego la noche, así que entre a la tienda de acampar con Alex, pero este comenzó a recoger sus cosas.
- Adonde vas?
- Con Carl y su familia. Tendremos una pijamada.
- Con que permiso?
- Con el mio
Lo agarró de la oreja.
- No vas a ir a molestar a otros.
Sali de la tienda.
—Si no es cierto, Alex, te voy a golpear.
Llegué a la tienda de los Grimes.
- Rick, Lori - llame
Estos salieron.
—Perdonen a mi hermano, no era mi intención causar problemas.
- De que hablas? - pregunto Lori
—Iba a escabullirse a no sé donde.
—Tuvimos la idea de cuidar a Alex hoy y que se divirtiera con Carl —dijo Rick. —Además, Shane nos suplicó.
Rick y yo reimos.
- Ya es hora de entrar a la tienda —dijo Lori.
- Muchas gracias.
—No hay de qué —dijo Rick con una sonrisa.
Caminé de vuelta a la tienda de Shane; lo encontré sin camisa acostado. Me miro y se dibujo una sonrisa en su rostro.
- Hola, nena.
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Me trepe encima de él, dejando mis piernas a cada lado de su cadera.
¿Aun sigues molesta?
- Sí, pero eso puede cambiar.
- Ah, si?
Comencé a mover mi trasero encima de su ropa, sintiendo su pene. Esto lo tomó por sorpresa y soltó un gemido.
- Estas segura? - dijo con dificultad- No podre parar una vez empecemos
Comence a dar besos en su cuello y lamerlo. El cambio de posiciones, quedando arriba. Comenzó besando mi estomago y luego subiendo mi camisa con sus dientes, dejando mis senos expuestos.
— Eres tan suave.
Cada roce de sus manos contra mi piel me volvía loca. Era una sensación nueva y no quería que acabara. Interrumpió mis pensamientos al sentir mi pezón en su boca. Lo mordía y lamia. Él estaba tomando control sobre mi cuerpo; no podía hablar, ni moverme. Estaba a su merced. Tomó ambas de mis manos y las puso sobre mi cabeza, asegurándose que no las moviera.
—Eres mía.
El suave murmullo del viento nocturno ahogaba nuestros gemidos. Los minutos pasaban, pero no había prisa. La calidez de su piel bajo mis dedos hizo que mi corazón se acelerara. Ambos respirando al unísono. Mi cuerpo se estremecía con cada toque y él lo sabia. Cada vez había menos espacio entre nosotros; solo estábamos nosotros dos en el mundo.
Comenzó a desabrochar mis pantalones con desesperación, quitandolos completamente, dejandome en ropa interior. Él me miró unos segundos, guardando cada detalle de mi cuerpo. Bajó mis bragas y quedé expuesta. Comencé a sentirme avergonzada. Quería parar y desaparecer. Él notó mi expresión.
- Estas comoda?
—Avergonzada— dije tapando mi rostro con ambas manos.
—Eres hermosa, no tienes nada de que avergonzarte. ¿Quieres que deletre que te amo?
Él bajó su cabeza hasta mi zona. Me sobresalté al sentir su lengua por toda mi zona; sentía como me penetraba con ella y jugaba con mi clitoris. Era una sensación indescriptible.
—Shane, me voy a venir —dije en susurros.
Al escuchar esto, él se quitó su ropa, dejandome ver su espectacular cuerpo. Era musculoso y su pene era el más grande que había visto.
- ¿Me va a doler?
—No te lastimare.
Sentí su pene entrar en mí con delicadeza, pero no entraba.
- Estas tan estrecha, amor
En un movimiento brusco lo senti todo adentro. Senti como iba a gritar, pero Shane puso su mano en mi boca. El dolor comenzo a sentirse en mi vientre. Comence a llorar e intentar alejar a Shane.
- Tranquila, mi amor. El dolor pasara, ire mas lento.
Comenzo a moverse mas lento, me miraba a los ojos mientras gemia. Relaje mi cuerpo y sentia como su pene me llenaba completamente. Shane quito su mano de mi boca y comenzo a besarme con lujuria. Cada vez se movia mas rapido y yo solo ahogab mis gemidos en el beso.
