Estamos tranquilamente hablando mientras los últimos rayos de sol nos acompañan cuando ambos móviles empiezan a ser bombardeados a base de mensajes.
Cojo el mío perezosamente, mientras que Juanjo sigue acariciándome la cabeza distraídamente. Ambos estamos prácticamente dormidos, pero todo ese sueño se me va en un microsegundo cuando veo de quienes son los mensajes, levantándome tan repentinamente que Juanjo suelta un pequeño grito del susto.
-Mierda Juanjo, la fiesta.
Se levanta prácticamente de un salto mientras me agarra de la mano, echando a correr junto a mí a la parada de metro.
Nos echamos a reir en cuanto entramos al vagón del metro, mirándonos a los ojos y ganándonos algunas miradas molestas que bien poco nos importan..
-Somos lo peor...- suelta Juanjo, aún medio riendo con la respiración agitada.
-Jo... Con lo agusto que yo estaba- digo, soltando la mano de Juanjo para meter amabas en los bolsillos de mi chaqueta, pues se que no le gusta mostrar afecto en público.
-Pues mira que me gustan las fiestas, pero es que hoy... Me quedaría tan agusto viendo una peli contigo.
-Bueno, ya lo haremos otro día.- digo ilusionado ya que estamos haciendo planes a futuro, y eso me emociona más de lo que debería, al fin y al cabo no somos nada más que amigos, amigos que se dan besos de vez en cuando.- Que a mí eso de las fiestas no me van, soy más de peli y manta.
-Este chico me está cambiando...- susurra de repente, negando con la cabeza, más para si mismo que para mí.
-¿Qué?- le pregunto, con una sonrisa tontorrona en la cara.
-No, nada- responde enseguida, al darse cuenta de que le he oído.- Que vamos a disfrutar mucho de esta fiesta.
-Pues a mí me va a costar no darte besos.
-Anda... Anda- musita nervioso, dándome un suave golpe en el hombro.- Ya se que soy irresistible, pero tendrás que hacerlo.
La conversación no llega a mucho más, pues enseguida llegamos a nuestra parada y tenemos que volver a echar a correr para llegar lo más pronto posible, dentro de todo lo tarde que ya lo estamos haciendo.
Subimos por las escaleras para intentar ganar algo de tiempo, pero antes de que pueda meter la llave en la cerradura, noto como alguien tira de mi brazo. Ya me puedo imaginar que es Juanjo, en cual me pega a su cuerpo, me abraza de la cintura y pega sus labios sobre los míos.
No es un beso muy largo, pero es lo suficiente como para dejarme algo mareado y desubicado al separar nuestras bocas, pero no nuestros cuerpos.
-Ale, para que resistas el impulso de darme besos está noche.
-Podría haber aguantado sin que me hu ojeras dado ningún beso ahora.
-Sabes que no podrías- responde, mirándome directamente a los ojos.
-De hecho,- prosigo- serías tú el que caería primero.
-¿Pero que dices tú? Te lo tienes muy creído.
-Ya veremos, Juanjo, ya veremos. Bueno, ya veré cómo me arrastras al baño en unas horas.
Dejándole con la palabra en la boca, me escabulló de entres sus brazos volando me en mi apartamento rápidamente, para que no me pueda volver a raptar.
-Perdón, perdón, perdón- digo, entrando rápidamente al lugar, donde tanto Bea como Violeta están esperando ya listas. Supongo que Álvaro habrá aprovechado mi tardanza para retocarse.- Diez minutos.
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Entrevistándote a besos - Juantin
RomanceMartin comienza su segundo año de periodismo con la misma ilusión que el anterior. A eso se le suma que sus padres, finalmente, le han dejado ir a la escuela de baile de sus sueños. Lo que no se espera es reencontrarse con su amor platónico de la in...