19. piques

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-Vale, a ver. Tenemos pensado que el entrevistado sea cantante, pero tiene que haber algo detrás.

Ya es de nuevo lunes, el peor día de la semana si alguien me pregunta, aunque esté se ameniza con la simple presencia de Juanjo, aunque sigamos yendo mal con el trabajo. No conmigo entender cómo llevamos casi dos meses haciéndolo y apenas tenemos algunas preguntas preparadas o el tema elegido. Si hay gente que ya lo está grabado o editando. No sé cómo lo vamos a terminar para el día que hay que entregarlo, y que encima está bien. Pero bueno, ahora prefiero disfrutar del tiempo al lado de Juanjo.

-Pues... Yo que sé- me dice este, apoyando la cabeza contra su mano. -Estoy harto del trabajo este... No sé ni porque me apunté, la verdad.

-Pues siento decirte que te queda otro mes más.

-Bueno, otro mes más a tu lado.

Siento como me pongo rojo en este mismo instante. Joder, es que, ¿cómo puede decir esas cosas y quedarse tan pancho? Cada vez que suelta algo así a mí me da un paro cardíaco.

-¿Tienes algo que hacer está tarde?- me pregunta, cambiando de tema, como si esa última frase no me hubiera sido nada.

-Iba a ir a baile, ¿por?

-Pues te recojo, y así vemos otro episodio.

De repente me acuerdo de la serie, la cual entre una cosa y otra la hemos dejado bastante abandonada, y la verdad es que no me parece un mal plan.

-¿Ya me hechas de menos? Si nos vimos ayer.

-Joder, por fin- suelta, empezado a recoger sus cosas cuando la clase acaba. -No me malinterpretes- me dice, mientras se levanta de su sitio para ir hacia la puerta.- Que me encanta pasar tiempo contigo, pero preferiría que lo pasáramos fuera de clase. Últimamente se me están haciendo más tostón que nunca.

-Solo a ti se te ocurre apuntarte voluntariamente a otra clase más.

-Me subían la nota.

-Buah, prefiero una hora de sueño a un punto más en cualquier asignatura. Cinco créditos son cinco créditos con un cinco o con un ocho, al fin y al cabo.

-Ya bueno, pero si que hay diferencia entre un cuatro y un cinco. De todos modos, no estaría mal salir una hora antes. Esto de que sea a ultima me mata. Pensar que podría estar ahora en casa... O tomándome algo... Pero no, tengo que estar aquí aguantándote.

-Oye- le digo, con una mueca de molestia aunque en el fondo estoy divertido, mientras le doy un ligero golpe en el hombro, reprochándoselo.

-¿Qué le hago si es verdad?

-Pues yo que te iba proponer venir a mí casa está tarde... Pero como soy taaaaaan pesado.- enfatizo las dos últimas palabras.

-Alaaaa. Venga, Martin. No te enfades...- me susurra, abrazándome y haciendo que me frene.

-No. A partir de ahora piensas las cosas dos veces.- le aparto suavemente, mostrándome enfadado, mientras que me acerco a Violeta y Cris, que vienen hacia nosotros en cuanto nos ven.

-Martin...- no le dejo terminar antes de empezar una nueva conversación, pero está vez con mis dos amigos.

Tampoco es que esté enfado ni nada por el estilo, pero no sé, me gusta verlo sufrir un rato. No me malinterpretéis, no lo hago a malas, y sé que él en el fondo sabe que no estoy muy enfadado, solo son pequeños piques que caracterizan la extraña relación que tenemos, si es que se puede llamar así.

-Hey, Martin, ¿cómo va todo?- me saluda Cris alegremente, mientras me da un corto abrazo.

-Bastante bien todo- respondo, mientras comenzamos a andar hacia la salida, como cada lunes.

Entrevistándote a besos - Juantin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora