Siento todo mi cuerpo adolorido y dañado debido a las largas horas que nos hemos pasado sentados en un minúsculo asiento de un autobus.
-¡Yes! Finally here.- dice Chiara, entusiasmada y dando pequeños saltos de alegría.- Seguidme, vamos a por las habitaciones.
-Joder, necesito una siesta.- Susurra Ruslana, arrastrando su maleta extenuantemente.
-¿Cómo puedes tener sueño si te has pasado todo el viaje dormida.
-Bueno, es que yo no tenía un novio que me diera caricias para que me durmiera, Juanjito.
Ambos nos miramos rojos como tomates, antes de que Juanjo intente arreglar eso. Cada vez sueltan más comentarios de ese estilo, que a ver, a mí no me molestan, pero se que a Juanjo quizás sí, así que me preocupa un poco.
-Anda, anda- comienza a andar rápidamente.- Deja de inventarte tonterías. Que no somos novios.
-Todavía- suelta Álvaro está vez.
-Bueno, tú cáyate que llevas con el Paul ese de "lío" como tres meses. Y ni siquiera nos lo presentas, Álvarito.
Tanto yo como los demás nos damos cuenta de la forma rápida y eficaz en la que Juanjo ha cambiado de tema, dejando "lo nuestro" atrás. Como si no quisiera tener nada que ver conmigo y eso, quiera que no, me rompe un poquito el corazón. De todos modos, lo dejo pasar, pensando en que solo son rayadas de cabeza mías.
-¡Tío!- grita Kiki, mientras se acerca a un hombre de esad algo avanzada- I've missed you so much.
-Oh, darling- el canoso hombre la envuelve entre sus brazos, dándole la bienvenida, para segundos después separse de su sobrina.- Cuanto has crecido.
Rápidamente puedo analizar al hombre rápidamente y enseguida me doy cuenta de él parecido que tiene a mi amiga en cuanto a las facciones, por no hablar de que nos hablan un inglés con acento británico. Se nota que son familia.
-Estos son mis amigos- comenta la pelinegra mientras se acercan a nosotros. El hombre tiene una sonrisa en la cara mientras nos saluda uno por uno.
-Encantado chicos. Tenéis todas las instalaciones del hotel a vuestra disposición. Tanto las pistas de ski como el restaurante, el bar, la piscina climatizada o las fiestas. Cualquier cosa que necesitéis no dudéis en consultármelo, ¿de acuerdo?
Todos asentimos entusiasmados por comenzar nuestras pequeñas y precipitadas vacaciones. Así que no nos hacen falta ni dos segundos para salís pitando en busca de nuestras habitaciones cuando nos hacen entrega de las llaves de estas.
-¿Cuales son?- pregunto, cuando veo un cartel indicando en donde está cada habitación.
El hotel no es pequeño para nada. La recepción tiene un estilo moderno pero cálido, que le da una sensación de familiaridad al lugar. Además está decorado por pequeñas estufas que te puedes encontrar en casa esquina paraantener el calor interno de aquel lugar. También hay alguna que otra planta y cristales gigantes que hacen que el lugar pareza más grande y espaciosos de lo que ya es de por si.
-Eh, la 234 y 235- dice Kiki, mirando el número que marca cada tarjeta, con la cual podremos abrir las estancias.
Nos separamos para ir en dos amplios ascensores para caber todos junto a nuestras pertenencias. El pequeño lugar sube lentamente acompañándose por una dulce música ambiental.
Una vez llegamos a la segunda planta, indicado por un corto pitido y las puertas del ascensor que se abren lentamente, llegamos a un pasillo de paredes blancas, al igual que las de la recepción, y muchas puertas a ambos lados. Todos giramos a la izquierda cuando vemos que un pequeño cartel nos indica que nuestras habitaciones se encuentran ahí. No nos hace falta andar mucho para llegar a ambas habitaciones, una junto a la otra.
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Entrevistándote a besos - Juantin
RomanceMartin comienza su segundo año de periodismo con la misma ilusión que el anterior. A eso se le suma que sus padres, finalmente, le han dejado ir a la escuela de baile de sus sueños. Lo que no se espera es reencontrarse con su amor platónico de la in...