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La noche era oscura, pero el rugido de los motores llenaba el ambiente con una tensión palpable. 

Las luces de los faros iluminaban el asfalto, y el viento nocturno llevaba consigo la energía de la competencia que estaba a punto de comenzar. Eunmin estaba de pie junto a su moto, intentando concentrarse, pero su mente era un torbellino de pensamientos, atrapada entre la ansiedad por la carrera y los recuerdos de lo que había pasado con Jay.

Los gritos y risas de los demás competidores resonaban a su alrededor, pero todo parecía lejano, como si estuviera atrapada en una burbuja. Su mirada, inquieta, buscaba algo o alguien en la multitud. 

Y entonces, lo vio. Jay estaba allí, apoyado casualmente contra su moto, con esa maldita camisa blanca remangada que dejaba ver sus antebrazos fuertes, y un pantalón oscuro que se ajustaba perfectamente a su figura.

 Su cabello negro brillaba bajo las luces, y lo peor de todo es que no le quitaba los ojos de encima.

Cada vez que su mirada se cruzaba con la de Jay, sentía una oleada de nervios recorrer su cuerpo. 

"¿Por qué tiene que estar aquí?", se preguntaba Eunmin mientras su estómago se revolvía. 

Los recuerdos de su última conversación con él seguían persiguiéndola, creando una presión en su pecho que no podía ignorar.

 Y peor aún, tenía que enfrentarse a Yunjin, su ex, una mujer conocida por su velocidad y su destreza en las carreras, pero también por su carácter tramposo

Las chicas, no paraban de animarla, sus voces llenas de entusiasmo y confianza en ella, pero sus palabras apenas la alcanzaban.

 Estaba demasiado concentrada en lo que tenía por delante. Intentaba convencer a su cuerpo de que no temblara, pero era difícil. Y más difícil aún era ignorar el hecho de que Jay seguía observándola, como si estuviera esperando algo, como si pudiera leer los pensamientos que revoloteaban en su cabeza.

Justo cuando pensaba que la tensión la iba a vencer, una figura familiar se acercó. 

Sunghoon, su hermanastro, con su característico aire despreocupado y atractivo, caminaba hacia ella. La primera reacción de Eunmin fue esperar algún comentario sarcástico o una burla, como era habitual en él. Sunghoon siempre encontraba una forma de molestarla, de hacerle sentir más pequeña. 

Pero esta vez, algo era diferente.

-¿Lista para destrozarlos a todos?-dijo Sunghoon, con una sonrisa suave en sus labios.

Eunmin lo miró, sorprendida por el tono de su voz. No había sarcasmo, ni burla. Solo una genuina preocupación. Su corazón se aceleró, pero esta vez no por los nervios de la carrera, sino por la inesperada gentileza de Sunghoon.

-No pensé que vinieras a desearme suerte...-murmuró, aún esperando que llegara algún comentario mordaz.

Sunghoon metió las manos en los bolsillos y la miró fijamente.

-Eres mi hermanastra, y aunque no lo parezca, quiero que ganes-dijo con una sinceridad que la dejó sin palabras-No dejes que Yunjin te intimide. Sabes que eres mejor que ella.

Eunmin tragó saliva, incapaz de responder. 

Sunghoon la había dejado desconcertada, pero al mismo tiempo, sus palabras le dieron una inyección de confianza. Quizás, después de todo, no estaba sola en esto.

-Gracias-logró decir finalmente, esbozando una pequeña sonrisa que Sunghoon le devolvió antes de alejarse.

Cuando Sunghoon se fue, sus amigas se acercaron de nuevo, abrazándola y dándole palabras de ánimo. 

WOULD YOU KISS MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora