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Youngsoon bajaba la cuesta rápidamente, sus pasos resonaban en la oscuridad de la madrugada. Sus labios estaban agrietados y manchados de sangre, y sus nudillos enrojecidos por la reciente pelea aún le ardían. La lluvia caía sin piedad, empapándola por completo, pero ella seguía caminando, como si esa tormenta externa fuera un reflejo del caos que sentía dentro. Estaba furiosa, con el corazón acelerado y el cuerpo agotado por todo lo que había pasado esa noche. Todo estaba mal. Todo se sentía fuera de control.

A pocos pasos detrás de ella, Jake la seguía, con una mezcla de preocupación y urgencia. No podía dejar que se fuera así, no después de lo que había visto. La había seguido desde el momento en que comenzó la pelea, había visto cómo descargaba su rabia, su frustración, y no podía culparla. Sabía que todo lo que había ocurrido esa noche era demasiado para ella, pero lo que no podía entender era por qué se estaba alejando de todos, por qué huía.

-¡Youngsoon!-gritó, intentando que se detuviera-¡Espera!

Pero ella no se detuvo. No podía, o más bien, no quería. Estaba cansada de que todos trataran de meterse en su vida, de intentar entenderla cuando ni ella misma podía. El nudo en su garganta la asfixiaba, y la sensación de desesperanza crecía a cada paso que daba.

-¡Youngsoon, para ya!-gritó Jake de nuevo, su voz cortada por la lluvia que caía con más fuerza.

Ella se detuvo bruscamente, girándose para enfrentarlo. Sus ojos brillaban con una mezcla de rabia y dolor que Jake no había visto antes. Estaba respirando con dificultad, temblando por el frío y la tensión acumulada. Se llevó la mano a los labios ensangrentados, limpiando torpemente la sangre mientras lo miraba, su mirada cargada de emociones contradictorias.

-¿Por qué te importa lo que haga, Jake?-espetó, su voz entrecortada por la frustración y el agotamiento-¡Deberías estar jodiéndome la vida, no preocupándote por mí!

Jake se detuvo en seco, sorprendido por la intensidad de sus palabras. El corazón le latía con fuerza en el pecho, y por un momento, no supo qué decir. Estaba cansado de fingir, cansado de ocultar lo que sentía por ella. La había seguido, había intentado apoyarla, pero ella no lo veía. No veía cuánto le importaba.

Y entonces, las palabras simplemente salieron, sin control, como si las hubiera estado guardando demasiado tiempo.

-¡Porque me gustas, joder!-gritó, su voz resonando con la lluvia-¡Me gustas, Youngsoon! ¿No lo notas?-La furia y la desesperación en su tono eran inconfundibles-¡Me gustas, coño ya!-repitió, como si la confesión se le escapara del alma.

Youngsoon se quedó congelada, completamente en shock. Las gotas de lluvia resbalaban por su rostro, pero no se movió, no pestañeó. Miraba a Jake como si no lo reconociera, como si esas palabras hubieran salido de otra persona, de otro lugar. Su mente se quedó en blanco. ¿Jake? ¿Jake, el que siempre parecía disfrutar molestándola, empujándola al límite? ¿Le gustaba?

-¿Qué...?-murmuró, su voz apenas audible, apenas un susurro entre la tormenta.

Jake dio un paso hacia ella, respirando con dificultad, su pecho subiendo y bajando con rapidez. Su rostro estaba tenso, su mirada fija en la de Youngsoon.

-Sí, te lo estoy diciendo en serio-dijo, con la voz más suave pero cargada de emoción-Me gustas desde hace mucho tiempo, pero nunca supe cómo decírtelo. Siempre actué como un imbécil, haciéndote la vida imposible porque no sabía cómo lidiar con lo que sentía.

Youngsoon lo miraba, incapaz de articular una respuesta. Su corazón latía con fuerza en su pecho, y su mente estaba en caos. ¿Jake? ¿Le gustaba a Jake? No podía ser real. Lo había visto como una molestia, una espina en su vida. Y ahora... esto. El aire a su alrededor se sentía más denso, más pesado. La lluvia seguía cayendo con fuerza, pero dentro de ella, algo empezaba a cambiar.

WOULD YOU KISS MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora