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Desde la cómoda butaca de su habitación, Seoyun repasaba las letras de la canción que había decidido interpretar para las audiciones de JYP. Con cada acorde, su corazón palpitaba con la emoción y la ansiedad de lo que significaba para ella ese momento. Era más que una simple audición; era una oportunidad para demostrar que tenía el talento necesario para brillar en el mundo de la música, un sueño que había alimentado durante años.

Sin embargo, su concentración se vio interrumpida de repente por un golpe sordo que resonó contra la persiana de su balcón. Frunció el ceño, sintiéndose un tanto desconcertada. Jake, su hermanastro, había salido a casa de un amigo esa tarde, así que no podía ser él. Se acercó con cautela, sus pasos apenas haciendo ruido en el suelo de madera, y asomó la cabeza por la ventana.

Su corazón dio un vuelco. Allí estaba Sunghoon, apoyado despreocupadamente en la barandilla, con las manos en los bolsillos de su chaqueta.

 La luz tenue de la luna lo iluminaba, resaltando sus rasgos masculinos y la sonrisa juguetona que lucía en su rostro. Seoyun sintió que sus mejillas se sonrojaban involuntariamente.

-Bonito camisón blanco... Seoyun-dijo Sunghoon, lanzándole una mueca coqueta que la hizo estremecerse.

Se sintió atrapada entre el impulso de reir y el deseo de ocultarse. Sin pensarlo, corrió al baño y se puso un albornoz para cubrirse. El frío azulejo del suelo le recordó que tenía que mantener la compostura. Al regresar, se encontró con él todavía ahí, con esa mirada desinhibida que la ponía nerviosa.

-¿Qué quieres, Sunghoon?-preguntó, tratando de sonar indiferente, aunque su voz traicionó un ligero temblor.

-¿Quieres dar un paseo nocturno por la playa?-propuso, su voz llena de un tono juguetón.

Seoyun dudó. La idea de caminar por la playa bajo la luna era tentadora, pero también significaba estar más cerca de Sunghoon, y eso era un doble filo. 

Había una conexión extraña entre ellos, pero al mismo tiempo, la incomodidad que sentía a veces era aplastante. No sabía si lo que había entre ellos era solo una chispa pasajera o algo más profundo.

-No sé...-respondió finalmente, tratando de contener su nerviosismo-Es tarde, y tengo que estudiar.

-Vamos, solo será un par de horas. Prometo que no te robaré demasiado tiempo-dijo Sunghoon, sus ojos brillando con la luz de la luna.

Su mirada era convincente. Seoyun sintió una batalla interna en su pecho. Parte de ella quería dejarse llevar por la espontaneidad, mientras que la otra parte le advertía que debía ser cautelosa. 

Pero había algo en la forma en que Sunghoon la miraba que la hizo sentir especial, como si fueran los únicos en el mundo.

-Está bien-cedió al final, su corazón latiendo más rápido de lo normal-Pero solo por un rato.

Sunghoon sonrió, su expresión iluminándose. Ella sintió que un nudo de ansiedad en su estómago se deshacía un poco. A veces, solo a veces, dejarse llevar podía ser lo que necesitaba.

Mientras Seoyun se cambiaba, eligió un atuendo ligero y cómodo, un vestido de verano que le llegaba hasta las rodillas. Quería sentirse bien, pero no demasiado elaborada. Cuando finalmente salió de su habitación, encontró a Sunghoon esperando en el balcón, su silueta recortada contra la luz de la luna.

-Estás hermosa-comentó, con sinceridad.

Seoyun sintió que se ruborizaba de nuevo. Agradeció la oscuridad, que ocultaba el color en sus mejillas. Ambos bajaron las escaleras en silencio, y cuando llegaron a la playa, el sonido de las olas rompiendo en la orilla llenó el aire. Era relajante, casi mágico.

WOULD YOU KISS MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora