Minseo abrió la puerta de su casa, sintiendo que el peso del mundo se había acumulado en sus hombros. La tarde había sido un torbellino de emociones y ahora, al entrar, el ambiente estaba cargado de una tensión que podía cortarse con un cuchillo. Sus padres la esperaban en la sala, con expresiones que indicaban que no iba a ser una llegada tranquila.
-¡Minseo!-la voz de su padre resonó en el pasillo, haciéndola detenerse en seco-¿Dónde has estado? ¡No tienes idea de lo preocupados que nos has tenido!
Minseo sintió que un nudo se formaba en su estómago. Había estado con Heeseung, pero no iba a explicarle eso a su padre, quien ya había hecho suficiente drama por el simple hecho de que él estuviera con Soojin. Sin embargo, su madrastra no se quedó atrás.
-He estado con Soojin en una carrera, nada más, la pobre está en el hospital, ya que tuvo un accidente, Heeseung se quedó con ella hasta que vinieran los padres.
-Y encima, ¡con una amiga de esas!-exclamó, su tono de reproche haciendo eco en las paredes- ¡Como si no tuviéramos suficientes problemas ya!
Minseo se mordió el labio, tratando de mantener la calma. La voz de su madrastra era como un clavo en la madera, golpeando y doliendo con cada palabra. Sabía que lo que decían no era más que chismes, pero eso no disminuía la rabia que sentía.
-Heeeung, es mayor para decidir con quien quiera estar ¿no?No son novios ni nada, si es el temor que te recorre por tus venas, solo es un amigo para ella, al igual que ella lo es para él.
-¿De verdad estás defendiendo a Heeseung?-preguntó su padre, frunciendo el ceño-Has hecho todo lo posible para que él caiga en los encantos de esa zorra
El uso de esa palabra hizo que la ira de Minseo burbujeara. No estaba dispuesta a soportar eso. Era como si cada palabra de sus padres estuviera diseñada para humillarla, para hacerla sentir pequeña e insignificante.
Se giró, ignorando las miradas fulminantes que la seguían.
-No tengo que dar explicaciones-dijo, intentando mantener la voz firme mientras su pecho se agitaba por la frustración.
Pero su padre no se lo permitió. Con un movimiento rápido, le agarró el pelo, tirando de él con fuerza. Minseo sintió que su cabeza se inclinaba hacia atrás, el dolor surgiendo de inmediato.
-¡A dónde crees que vas, tú!-gritó su padre, enfurecido, mientras la empujaba al suelo.
Con un golpe sordo, cayó de espaldas, la respiración atrapada en su garganta. El dolor era punzante, pero lo que más le dolía era la sensación de humillación y rabia que la invadía. Con la mirada fija en el rostro de su padre, vio cómo se acercaba, el desprecio en sus ojos.
Harta de la situación, Minseo buscó a su alrededor y su mano se cerró en un jarrón de cristal que estaba sobre la mesa cercana.
Sin pensar, lo levantó y, con toda la fuerza que pudo reunir, lo estampó contra la cabeza de su padre.
El sonido del cristal rompiéndose resonó en la sala, seguido por un silencio que parecía eterno. Su padre se tambaleó hacia atrás, la sorpresa y el dolor cruzando su rostro.
Un trozo de cristal quedó en su mano, manchada de sangre, mientras Minseo respiraba pesadamente, sintiendo la adrenalina recorrer su cuerpo.
La escena era un caos: su padre, aturdido y herido, su madrastra cubierta de incredulidad, y ella, en el suelo, sintiéndose más viva que nunca, pero también más asustada. Era el momento en que las cosas habían pasado de ser simplemente palabras hirientes a un acto que cambiaría todo.
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WOULD YOU KISS ME
Genç Kurgu𝓔𝓷 𝓮𝓵 𝓫𝓾𝓵𝓵𝓲𝓬𝓲𝓸𝓼𝓸 𝓪𝓮𝓻𝓸𝓹𝓾𝓮𝓻𝓽𝓸 𝓭𝓮 𝓘𝓷𝓬𝓱𝓮𝓸𝓷, 𝓭𝓲𝓮𝔃 𝓬𝓱𝓲𝓬𝓪𝓼 𝓼𝓮 𝓬𝓻𝓾𝔃𝓪𝓷 𝓹𝓸𝓻 𝓬𝓪𝓼𝓾𝓪𝓵𝓲𝓭𝓪𝓭, 𝓾𝓷𝓲𝓭𝓪𝓼 𝓹𝓸𝓻 𝓾𝓷 𝓭𝓮𝓼𝓽𝓲𝓷𝓸 𝓺𝓾𝓮 𝓪𝓾́𝓷 𝓷𝓸 𝓬𝓸𝓶𝓹𝓻𝓮𝓷𝓭𝓮𝓷 𝓭𝓮𝓵 𝓽𝓸𝓭𝓸. 𝓒𝓪𝓭𝓪...