Nicholas decidió que era el momento perfecto para ver ensayar a Killy. Con un ramo de flores de colores rosas pastel y blancos en la mano, caminó hacia el estudio de danza con una mezcla de emoción y nerviosismo. Llevaba puestos unos pantalones anchos de estilo cargo y una camiseta de tirantes que dejaba al descubierto sus brazos tonificados, mientras su pelo rojo se movía ligeramente con la brisa.
Al acercarse al lugar, notó que muchas miradas se dirigían hacia él. Las chicas, vestidas elegantemente para la ocasión, no podían evitar susurrar entre risas y miradas curiosas. Los chicos también le lanzaban miradas de incredulidad, sorprendidos por su presencia.
Sin embargo, no tuvo tiempo para preocuparse por las miradas, ya que en el momento que pisó el estudio, un chico alto lo detuvo en seco. Su cabello negro estaba cuidadosamente peinado hacia un lado y llevaba un traje de ballet que realzaba su figura delgada y musculosa. Se acercó con un aire de egocentrismo que era difícil de ignorar.
-¿Qué quieres, perro vagabundo?-preguntó con desdén, cruzando los brazos y mirando a Nicholas como si estuviera por debajo de él.
Nicholas lo miró con seriedad, sin dejarse intimidar.
-Vengo a ver a Nishimura Killy-respondió con calma, manteniendo su postura.
El grupo de bailarines que estaba cerca estalló en risas ante su respuesta, divertidos por la interacción. El chico que lo había interrumpido, llamado Lawrence, sonrió con arrogancia, disfrutando del momento.
-¿En serio? ¿Tú?-dijo Lawrence, dejando que la burla se escapara de sus labios-Seguro que no sabes nada de danza. Te ves más como un perro perdido.
El ambiente se volvió tenso y Nicholas sintió cómo sus mejillas se encendían.
Pero antes de que pudiera responder, Killy apareció en la sala. Lucía espectacular, vestida con un elegante tutú rosa que acentuaba su figura y una blusa blanca que resaltaba su piel clara. Su cabello estaba recogido en un moño alto, dejando caer algunos mechones en su rostro, lo que le daba un aire de gracia y determinación.
-¿Nicholas?-preguntó, su voz sorprendida pero dulce, iluminando la habitación con su sonrisa.
El rostro de Nicholas se iluminó al verla, olvidando por un momento la burla de los demás.
-Killy, traje esto para ti-dijo, levantando el ramo de flores hacia ella, sintiendo que su corazón latía más rápido.
Los ojos de Killy se abrieron de par en par, una mezcla de sorpresa y alegría iluminaban su rostro.
-¡Son hermosas!-exclamó, tomando las flores y acercándolas a su pecho.
A medida que su atención se centraba en Killy, Lawrence frunció el ceño, claramente molesto por la atención que ella le estaba prestando a Nicholas.
-¿Qué? ¿Ahora eres florista?-dijo Lawrence, interrumpiendo la escena con sarcasmo. La risa de sus amigos resonó nuevamente, pero Killy no parecía inmutarse.
-No es solo un regalo-respondió Killy, sin apartar la vista de Nicholas-Es un gesto amable.
Nicholas sonrió, sintiéndose más seguro de sí mismo al ver la aprobación en los ojos de Killy.
-He venido a verte ensayar-continuó, ignorando por completo a Lawrence-Espero que no te moleste.
-Para nada-dijo Killy, su sonrisa más amplia-Me alegra que estés aquí.
Lawrence, incapaz de soportar la escena, rodó los ojos y se cruzó de brazos, claramente irritado por la atención que estaba recibiendo el chico "vagabundo".
ESTÁS LEYENDO
WOULD YOU KISS ME
Teen Fiction𝓔𝓷 𝓮𝓵 𝓫𝓾𝓵𝓵𝓲𝓬𝓲𝓸𝓼𝓸 𝓪𝓮𝓻𝓸𝓹𝓾𝓮𝓻𝓽𝓸 𝓭𝓮 𝓘𝓷𝓬𝓱𝓮𝓸𝓷, 𝓭𝓲𝓮𝔃 𝓬𝓱𝓲𝓬𝓪𝓼 𝓼𝓮 𝓬𝓻𝓾𝔃𝓪𝓷 𝓹𝓸𝓻 𝓬𝓪𝓼𝓾𝓪𝓵𝓲𝓭𝓪𝓭, 𝓾𝓷𝓲𝓭𝓪𝓼 𝓹𝓸𝓻 𝓾𝓷 𝓭𝓮𝓼𝓽𝓲𝓷𝓸 𝓺𝓾𝓮 𝓪𝓾́𝓷 𝓷𝓸 𝓬𝓸𝓶𝓹𝓻𝓮𝓷𝓭𝓮𝓷 𝓭𝓮𝓵 𝓽𝓸𝓭𝓸. 𝓒𝓪𝓭𝓪...