WOULD YOU KISS ME

12

La noche había transcurrido con una sensación de melancolía que parecía haberse apoderado del campus. 

Seoyun había estado buscando a Eunmin para saber cómo estaba después de la escena con Jay.

La vio salir del aula con una expresión apagada, los hombros encorvados como si llevara el peso del mundo sobre ellos. Seoyun, preocupada, se apresuró a alcanzarla.

-Eunmin, espera-dijo Seoyun mientras caminaba a su lado-¿Estás bien?

Eunmin levantó la vista, forzando una sonrisa débil que no logró ocultar el dolor en sus ojos.

-Sí, todo bien-respondió Eunmin, tratando de mantener la calma.

Seoyun la miró con escepticismo, pero decidió no insistir. En lugar de eso, ofreció un gesto de apoyo y afecto.

-Si necesitas hablar o cualquier cosa, estoy aquí para ti-dijo Seoyun con sinceridad.

Eunmin asintió lentamente, agradecida pero claramente abrumada. 

Seoyun le dio un suave apretón en el brazo antes de separarse, decidida a hacer algo para animarla. 

Recordó que Luna había hecho unos pasteles en forma de corazón, y pensó que un pequeño gesto como ese podría alegrar el día de Eunmin.

Al dirigirse hacia la cocina, Seoyun pasaba por un pasillo tranquilo cuando escuchó el sonido rítmico de la música mezclado con el eco de pasos fuertes y controlados. Curiosa, se desvió hacia una de las salas de baile, que estaba parcialmente abierta.

Dentro, Sunghoon estaba en medio de una rutina de ejercicio, moviéndose con una fluidez y una gracia que capturaron la atención de Seoyun. Sus movimientos eran enérgicos pero elegantes, y su presencia, con la camiseta ajustada y el cabello ligeramente despeinado, era indudablemente atractiva. Cada movimiento suyo parecía estar perfectamente calculado, y la forma en que se movía era casi hipnótica.

Seoyun se detuvo en la entrada, sin darse cuenta de que estaba observando con una mezcla de fascinación y sorpresa. Sunghoon, al percatarse de su presencia, dejó de moverse y se giró hacia ella. Sus ojos se encontraron y una sonrisa coqueto se dibujó en sus labios.

-¿No sabes que es de mala educación espiar a la gente?-dijo Sunghoon, con un tono juguetón y una ceja arqueada. 

Su mirada era intensamente perspicaz, como si estuviera evaluando cada reacción de Seoyun.

Seoyun se sonrojó al ser descubierta y rápidamente intentó aclarar su voz.

-Lo siento, no quería interrumpir. Solo... estaba buscando la cocina-murmuró, sintiéndose incómoda bajo la mirada penetrante de Sunghoon.

Sunghoon se acercó un paso hacia ella, su expresión había cambiado a una mezcla de interés y desafío.

-La cocina está al final del pasillo, pero ahora que estás aquí, ¿por qué no te quedas un momento?-sugirió, con una sonrisa que dejaba claro que no estaba dispuesto a dejar que la oportunidad pasara tan fácilmente-No todos los días alguien se detiene a ver cómo hago ejercicio.

Seoyun intentó mantener la compostura, aunque su corazón latía más rápido por la cercanía de Sunghoon y el tono seductor en su voz.

-No quería ser una molestia, de verdad. Solo... me sorprendió verte. No esperaba ver a alguien entrenando así en la universidad.

Sunghoon se encogió de hombros, aún con esa sonrisa encantadora.

-Y dime... ¿sabes bailar?

Seoyun lo miró con una mezcla de sorpresa y desconcierto, intentando descifrar si Sunghoon estaba en serio o simplemente bromeando.