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Fay:
Faltaban dos meses para el baile, y aunque la escuela seguía su curso habitual, las conversaciones sobre este eran cada vez más frecuentes. Bridget, como siempre, estaba entusiasmada por la idea de preparar postres y sorpresas para la noche. Su dulzura era contagiosa, al menos para nosotras, pero no para todos. Los villanos no compartían ese sentimiento, y aunque ella siempre intentaba ser amable, sabía que no todos la apreciaban, especialmente Uliana.

Estábamos sentadas en la biblioteca cuando, de repente, Bridget levantó la vista de su libro.

-Estaba pensando... —dijo, con una sonrisa traviesa—. Sería divertido invitar a James Hook al Castle Coming, ¿no creen?

Ella soltó una risita, y yo la miré con sorpresa.

-¿James Hook? —pregunté, alzando una ceja—. ¿En serio?
Bridget asintió con entusiasmo.

-Sí, ¿por qué no? Es cierto que tiene esa actitud de villano, pero estoy segura de que hay algo más en él. Quizás solo necesita un poco de amabilidad.

No pude evitar sonreír. Esa era Bridget, siempre viendo lo mejor en las personas, incluso en alguien como James, que definitivamente no era conocido por ser amable. Pero su optimismo era algo que admiraba en ella, incluso si a veces resultaba un poco ingenua.

-No sé si sea buena idea, —dije suavemente—. No creo que él esté interesado en ir al baile con nosotras, Bridget.

Ella se encogió de hombros, como si no fuera algo que le preocupara mucho.

-Quizás no, pero nunca se sabe. A veces las personas pueden sorprenderte.

Volví mi atención a mis libros de hechizos, aunque la idea de ver a James Hook en el baile me parecía casi imposible. Bridget siempre trataba de tender puentes entre los dos mundos de la academia: los héroes y los villanos. Pero no todos veían las cosas como ella, y yo tampoco estaba segura de que fuera buena idea. No sabía qué pensar sobre todo eso.

Morgie:
El ambiente en la sala de estudio seguía tenso. Hades y Maléfica estaban juntos, como siempre, inmersos en sus propias conversaciones, mientras Uliana daba vueltas de un lado a otro, como un león enjaulado. Sabía que estaba perdiendo la paciencia, y mi tiempo se agotaba.

-¿Y bien, Morgie? —preguntó Uliana con impaciencia, deteniéndose frente a mí—. ¿Has hecho algún progreso con Fay?

-No es tan sencillo, Uliana, —respondí, tratando de mantener la calma—. Fay no es como los demás. Es desconfiada... y no puedo acercarme demasiado rápido sin que sospeche.

Uliana frunció el ceño, claramente frustrada.

-No tenemos mucho tiempo. Bridget está demasiado tranquila. Y quiero que esa tranquilidad desaparezca, —dijo, su voz cargada de veneno—. Si Fay no toca ese libro pronto, nos arriesgamos a perder nuestra oportunidad. Y no puedo permitirlo.

Sabía que Uliana tenía razón, pero cada vez que pensaba en Fay, algo dentro de mí se resistía. No era solo un juego para mí, no como lo era para Uliana. Por alguna razón Fay me importaba, y esa realidad me complicaba más de lo que debía.

Hades, que hasta ese momento había estado callado, habló.

-Uliana tiene razón. Tienes que acelerar el plan, Morgie. No dejes que nada te distraiga, —dijo con su usual tono tranquilo pero firme.

Sabía lo que tenía que hacer, pero eso no lo hacía más fácil.

Fay:
Más tarde, esa tarde, después de estudiar con Bridget, decidí dar un paseo por los jardines para despejarme. El día había sido largo, y la brisa fresca me ayudaba a relajarme un poco. Mis pensamientos seguían rondando sobre el baile, sobre los villanos, y sobre Morgie. Algo me inquietaba, pero no podía descifrar qué.

Beyond the wand Donde viven las historias. Descúbrelo ahora