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Narrador omnisciente:
La mañana después del baile, el castillo aún parecía vibrar con los ecos de la noche anterior. A pesar de la victoria sobre Uliana, las secuelas emocionales eran visibles en todos. Los pasillos de la academia estaban extrañamente silenciosos, como si incluso las paredes intentaran asimilar lo que había ocurrido.

Fay:
Al abrir los ojos, la luz del sol se filtraba suave a través de la ventana, y sentí una paz inesperada. La batalla y la tensión parecían haber quedado atrás, pero la sensación de vulnerabilidad persistía. Me estiré lentamente, aún recordando la expresión de Morgie mientras defendía a Bridget y a mí.

Su entrega, su valentía... parecía haber renunciado a su pasado en ese momento, eligiéndonos a nosotras por encima de todo.

Me vestí y salí al pasillo, encontrándome con Ella y Bridget en la sala común. Ambas estaban sentadas juntas, como si compartieran un silencio que no necesitaba palabras.

—¿Cómo estás, Bridget? —pregunté, tomando asiento a su lado.

Bridget me miró con una sonrisa leve, aunque se veía agotada.

—No fue la noche que esperaba, pero... supongo que todo salió bien al final, ¿no?

Ella le dio un suave apretón en el hombro.

—Definitivamente. Morgie y los demás hicieron todo lo posible para protegernos. Creo que incluso James estaba decidido a arriesgarlo todo por mantenernos a salvo.

Una calidez me llenó el pecho al recordar cómo Morgie había estado a mi lado. Tal vez el haber enfrentado esta prueba juntos había fortalecido la conexión entre todos nosotros, héroes y villanos incluidos.

Dos horas más tarde...

Morgie:
Caminaba por los jardines, buscando una oportunidad para ver a Fay. A pesar de que nos habíamos unido en el baile y habíamos peleado juntos, sentía que le debía una disculpa.

Todo lo que ella había pasado, y aun así había tenido la generosidad de darme una segunda oportunidad.

La encontré en el borde de la fuente, contemplando el agua con una expresión tranquila pero concentrada. Me acerqué despacio, tomando aire para calmar mis propios nervios.

—¿Esperando a alguien? —dije en un tono suave, intentando no sobresaltarla.

Ella levantó la vista y me sonrió.

—Supongo que sí... aunque parece que ese alguien ya llegó.

Me senté a su lado y dejé que el silencio hablara por un momento.

La brisa nos envolvía, y el ambiente entre nosotros era sereno, casi como si estuviéramos en un pequeño refugio alejado de todos los problemas.

—Quería agradecerte, Fay. —Mis palabras eran sinceras, pero sentía que no eran suficientes. Todo lo que ella había hecho, el hecho de que se quedara conmigo cuando más la necesitaba...— Sin ti, no sé cómo habría tenido el valor para enfrentar a Uliana. Tú me diste la fuerza.

Ella tomó mi mano, y el contacto fue un recordatorio de que, a pesar de todo, ella seguía ahí.

—Creo que ambos aprendimos a ser más fuertes gracias al otro, ¿no crees? —Su voz era suave, pero en sus palabras había una profundidad que me llenó de una esperanza renovada.

Antes de que pudiera decir algo más, escuché unos pasos acercándose. Me giré y vi a Bridget y a James, seguidos de Ella y Charming. Nos miraron con una expresión amable, y Bridget, con esa sonrisa tan dulce, se acercó y me tomó de las manos.

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