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Fay:
El caos del salón se sentía irreal, como si estuviera atrapada en una pesadilla de la que no podía despertar. A través del hechizo que me mantenía inmóvil, veía cómo mis amigos se enfrentaban a Uliana y sus aliados con una valentía que nunca había imaginado. El esfuerzo por protegernos nos había unido a todos, héroes y antiguos enemigos, y esa solidaridad me llenaba de fuerza.

Mi mirada se posó en Morgie, que avanzaba decidido, su rostro marcado por una mezcla de furia y determinación. Sabía que él no se detendría hasta rescatarme, hasta que todo estuviera bien otra vez. Y esa certeza me dio un respiro en medio de la angustia.

Morgie:
Di un paso hacia Uliana, sintiendo el peso de la tensión en cada movimiento. La mirada de Uliana, fría y calculadora, se posó en mí con una arrogancia que me llenaba de ira. Pero esta vez no iba a retroceder. No después de todo lo que ella había hecho.

—Libéralas, Uliana, y termina con esto. — Mi voz resonó con una furia controlada, pero clara. No había nada que me hiciera dudar en ese momento.

Uliana esbozó una sonrisa maliciosa.

—Oh, Morgie, ¿tan dispuesto estás a arriesgarlo todo por ella? Eres más ingenuo de lo que pensaba. Esto solo acaba de empezar.

En ese momento, Charming avanzó con su espada en alto, logrando que Maléfica retrocediera. Ella lanzó un hechizo en su dirección, pero él lo esquivó con habilidad. A su lado, Ella se posicionó junto a Bridget, su expresión decidida y segura mientras sostenía una espada con firmeza. Era extraño ver a Ella de esa manera, pero también inspirador. La valentía surgía en los momentos más inesperados.

Fay:
Atrapada en el hechizo, me resultaba imposible moverme, pero la escena que se desarrollaba frente a mí me llenaba de esperanza. Cada uno de mis amigos estaba allí, luchando por nosotros, por un final justo.

Sentía que la fuerza de Morgie, de Charming, de Ella, y hasta de James, me envolvía y me daba valor.

Entonces, nuestras miradas se cruzaron.

Morgie me observaba con una mezcla de amor y promesa, como si con solo su mirada pudiera prometerme que todo estaría bien.

Noté cómo extendía su mano, acercándose a mí, decidido a romper el hechizo que me tenía atrapada.

Morgie:
A cada paso, sentía la adrenalina correr por mis venas. Uliana intentaba mantener el control, pero en el fondo sabía que estaba perdiendo su ventaja. Con una energía que apenas entendía, proyecté mi propia magia contra el hechizo que atrapaba a Fay, intentando romperlo. Mi corazón latía desbocado; sabía que, aunque arriesgado, era la única manera de liberarla.

—Voy a sacarte de aquí, Fay — susurré, sabiendo que tal vez ella no podía escucharme, pero que mis palabras llevaban una promesa.

Sentí cómo el hechizo comenzaba a debilitarse. Las chispas de magia se disolvían poco a poco hasta que, finalmente, se desvanecieron. Sin esperar un segundo, Fay se lanzó a mis brazos, rodeándome con un abrazo lleno de alivio y gratitud. A nuestro alrededor, la batalla seguía, pero en ese momento, solo existíamos ella y yo.

—Gracias, Morgie. — Su voz era apenas un susurro, pero el peso de sus palabras me envolvió por completo. La estreché más fuerte, como si ese abrazo pudiera protegernos de cualquier mal.

Fay:
Sentir sus brazos alrededor de mí era un alivio indescriptible, como si su cercanía fuera la única cosa que me anclara a la realidad.

Miré a mi alrededor y vi cómo Charming y Ella continuaban enfrentándose a Maléfica y a Hades, mientras James se unía, decidido y sin miedo, en el lado correcto de esta batalla.

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