3

212 15 39
                                    

Fay:
A la mañana siguiente, la charla con Morgie seguía dándome vueltas en la cabeza. No era común que los villanos se acercaran a nosotros, y mucho menos alguien como él. Todo había sido tan repentino que no podía evitar pensar que había algo más detrás.

Mientras caminaba por los pasillos, el murmullo de los estudiantes llenaba el aire. Las conversaciones triviales sobre clases, tareas, y la aproximación del Castle Coming eran el tema del día. Mis amigas, Bridget y Ella, caminaban a mi lado, discutiendo emocionadas sobre los vestidos y las decoraciones del baile, pero yo estaba demasiado distraída para seguirles el ritmo.

-¿Te sientes bien, Fay? —preguntó Bridget, mirándome con curiosidad—. Has estado un poco callada hoy.

Parpadeé, volviendo al presente, y le sonreí para no preocuparla.

-Sí, estoy bien, solo... pensando en algunas cosas, —dije con un tono casual.

Ella no insistió, pero podía ver la preocupación en su mirada. Aún así, no quería arruinar el buen humor del día, así que hice un esfuerzo por prestar atención a lo que decían. Aunque, en el fondo, todavía me preguntaba qué había hecho que Morgie decidiera acercarse a mí.

Llegamos a la clase de alquimia avanzada justo a tiempo. El director Merlin, ya había comenzado a escribir las instrucciones en la pizarra mágica. Nos acomodamos en nuestros asientos, y fue justo entonces cuando sentí una presencia a mis espaldas. Me giré levemente, solo para encontrar a Morgie sentado varias filas atrás, mirándome con una expresión que no podía descifrar.

Intenté ignorarlo y concentrarme en la clase, pero era imposible no sentir sus ojos en mí de vez en cuando. ¿Por qué me estaba mirando? ¿Qué era lo que quería?

Morgie:
Desde mi asiento en la parte trasera de la clase, observaba a Fay en silencio. Había sido un error acercarme a ella tan pronto, lo sabía. Pero algo en su forma de ser me hacía sentir que no podía esperar más.

No era que estuviera cambiando de bando ni mucho menos. Sabía exactamente cuál era mi misión, y el tiempo se estaba agotando. Fay era la clave para conseguir ese maldito libro de recetas que Uliana necesitaba para su venganza contra Bridget. Pero cuanto más la observaba, más difícil se me hacía pensar en ella simplemente como un medio para un fin.

"Concéntrate", me dije a mí mismo, apretando los puños bajo el escritorio. Uliana no era conocida por su paciencia, y Hades ya me había dejado claro que estaba bajo presión. Si fallaba, no solo sería mi cabeza la que rodaría, sino que perderíamos la única oportunidad de destruir a Bridget y devolverle a Uliana lo que sea que haya perdido... aunque fuera por su propia culpa.

El director Merlin seguía explicando los ingredientes de la poción del día, pero mi mente estaba en otro lado. Miré a Fay una vez más, y vi cómo Ella le susurraba algo al oído, haciéndola sonreír. Esa sonrisa me desconcertaba más de lo que debería.

Tenía que mantener el foco. No podía permitirme pensar en Fay de esa manera. Era solo un trabajo, una misión que debía cumplir.

-¿Ya tienes un plan? —escuché la voz de Uliana en mi cabeza, su tono frío y calculador como siempre.

Solté un suspiro, sin girarme hacia ella. Uliana no estaba en la clase, pero eso no la detenía. Sabía cómo hacer que su presencia se sintiera, incluso a distancia.

-Lo estoy trabajando, —respondí en voz baja, para que nadie más me oyera.
-Mejor que lo hagas rápido, —replicó ella, con un toque de impaciencia—. No tenemos todo el tiempo del mundo, Morgie.

Sabía que tenía razón. Y aun así, algo en mí no podía dejar de cuestionar lo que estaba haciendo. Fay no era parte de esto, no tenía por qué verse involucrada en nuestras luchas. Pero sabía que no podía decirle eso a Uliana. No si quería sobrevivir.

Beyond the wand Donde viven las historias. Descúbrelo ahora