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Fay:
La entrada al salón estaba bañada en una cálida luz dorada, y al cruzar el umbral, me sentí como si hubiera entrado en un cuento de hadas.

Morgie, de la mano, me guió con una sonrisa segura, y en ese momento el murmullo de los demás invitados pareció desvanecerse.

Todos estaban atentos, pero yo solo podía pensar en él y en el latido de mi propio corazón, que parecía sonar más fuerte que nunca.

Mientras recorríamos el salón, mis ojos encontraron an mis dos mejores amigas, Ella y Bridget, que ya estaban disfrutando de la noche.

Ellas se giraron hacia mí, y sus rostros se iluminaron con una mezcla de sorpresa y emoción al verme junto a Morgie.

Morgie:
A mi lado, Fay observaba el salón con una mezcla de fascinación y nerviosismo, y no pude evitar apretar su mano, en un intento de transmitirle tranquilidad. Estaba deslumbrante, y cada detalle en el ambiente parecía volverse más brillante con su sola presencia. Sabía que su llegada causaría impresión, pero me sorprendió la naturalidad con la que ella parecía encajar en este lugar mágico.

Mis ojos se desviaron hacia sus amigas, a quienes había visto pocas veces sin que estuvieran envueltas en algún alboroto de risas o susurros. Esta noche, cada una de ellas irradiaba su propio brillo especial. Ella lucía un vestido turquesa decorado con delicados detalles de mariposas bordadas que parecían revolotear a su alrededor.

Llevaba zapatillas de cristal —una creación mágica de Fay, sabía yo— que captaban la luz y reflejaban suaves destellos en el suelo de mármol. A su lado, Charming la miraba con una admiración que parecía casi infantil, como si no pudiera creer que estaba ahí, tomada de su brazo. Él llevaba un traje blanco impecable con un corbatín a juego con el vestido de Ella, dándole un aire clásico y sofisticado.

Fay:
Miré a Bridget, quien estaba a mi lado, y mi corazón se llenó de alegría al ver lo hermosa que se veía. Su vestido rosa era delicado, decorado con un collar de corazones que resaltaba aún más su naturaleza dulce y radiante. Aunque parecía un poco nerviosa, era evidente que se estaba divirtiendo, y no pude evitar sonreír al ver lo cómoda que estaba en la celebración.

Al poco tiempo, James Hook, con una chaqueta de un profundo color vino tinto sobre una camisa blanca, se acercó a nuestro grupo. No podía negar que tenía una presencia imponente, y al ver cómo se acercaba a Bridget con una sonrisa segura, supe lo que iba a hacer.

—¿Me darías el honor de esta pieza? —le preguntó James a Bridget, extendiendo una mano hacia ella.

Bridget lo miró con los ojos muy abiertos, y luego, con una risa encantadora, aceptó. Sus mejillas estaban teñidas de un leve rubor, pero sus ojos brillaban de emoción al tomar la mano de James y dejarse guiar hacia la pista.

Morgie:
Observé cómo Fay sonreía al ver a sus amigas y cómo el ambiente del baile parecía envolvernos a todos en una especie de hechizo. Sin dudarlo, le ofrecí mi brazo para dirigirnos más al centro del salón.

El ambiente era mágico, lleno de candelabros que colgaban suspendidos en el aire, y la suave música que llenaba cada rincón hacía que el momento se sintiera aún más especial.

Cuando llegamos a la pista, todo se sentía perfecto, como si el mundo fuera solo para nosotros dos. Sabía que Fay había trabajado con mucho esfuerzo en la decoración, y la admiración en su rostro era un recordatorio de lo mucho que este lugar significaba para ella.

—Gracias por venir conmigo, Fay —le susurré mientras nuestras miradas se encontraban—. Créeme, haré todo lo posible para que esta sea una noche que nunca olvides.

Fay:
La música cambió a un suave vals, y antes de darme cuenta, Morgie ya tenía una mano en mi cintura y la otra sosteniendo mi mano. Con una sonrisa segura, me guió al ritmo de la melodía, y aunque al principio me sentía un poco torpe, pronto me dejé llevar. Había algo en sus ojos, en la forma en que me miraba, que hacía que el resto del mundo se desvaneciera a nuestro alrededor.

En ese instante, éramos solo él y yo.

El vestido giraba a nuestro alrededor con cada paso, y podía sentir la calidez de su mano firme, sus ojos completamente enfocados en mí, como si yo fuera la única persona en el salón. Por un momento, todo parecía demasiado perfecto, como un sueño del que no quería despertar.

Morgie:
Bailar con Fay era como estar en un hechizo.

La forma en que sus ojos brillaban, la curva de su sonrisa tímida y el modo en que cada movimiento suyo parecía en sincronía con el mío, me hacían sentir como si, por primera vez, todo estuviera en su lugar.

Cada giro que hacíamos me permitía ver el destello de su falda lavanda y el brillo en su mirada. No podía evitar sonreír, completamente maravillado.

Mientras girábamos en la pista, mis ojos no podían despegarse de ella.

Cada detalle de su expresión quedaba grabado en mi memoria, y su risa suave, al dar una vuelta más rápida de lo esperado, hizo que mi corazón diera un vuelco. Fay era mi vida, y esta noche, con cada nota de la música, sentía que podía ser capaz de todo con tal de mantener su sonrisa.

Fay:
Morgie susurró algo en mi oído mientras seguíamos moviéndonos al ritmo del vals.

—¿Sabes? He imaginado este momento tantas veces desde que te conocí —dijo con una voz baja y sincera—, y tenerte aquí, ahora, es más de lo que podría haber soñado.

Sus palabras hicieron que mi corazón latiera con más fuerza. Antes, me costaba imaginarme en una escena como esta, pero ahora, me sentía como en casa a su lado.

Su mano en mi espalda y la suavidad con la que me guiaba me hacían sentir segura, algo que no esperaba volver a sentir con él.

Entonces, la música cambió de nuevo a una melodía aún más lenta y romántica. Morgie me acercó un poco más, y aunque me sentía un poco nerviosa, me dejé llevar.

Alrededor de nosotros, los demás invitados seguían bailando, pero yo apenas podía notarlo. Solo existía el calor de su mano y su mirada intensa que parecía hablar sin palabras.

Morgie:
Mientras el baile continuaba, bajé un poco la mirada y me acerqué aún más, lo justo para que Fay pudiera escucharme sin que nadie más lo hiciera.

—Fay... —murmuré con toda la sinceridad en mi voz—, lo que siento por ti no se compara con nada. Eres mi luz en la oscuridad, mi esperanza cuando todo parece perdido. No te imaginas cuánto significas para mí.

La miré esperando ver alguna reacción en su rostro, y al notar el brillo en sus ojos, supe que mis palabras habían llegado a su corazón. Apreté su mano con suavidad, como queriendo decirle que estaba dispuesto a hacer todo lo necesario para ganarme su confianza, paso a paso.

Fay:
Mientras escuchaba sus palabras, una mezcla de emociones me invadió. Las heridas aún estaban allí, pero había algo en su sinceridad, en la forma en que me miraba y me hablaba, que hacía que poco a poco mi corazón se abriera de nuevo. Lo miré, sin saber qué decir, pero con la esperanza reflejada en mi sonrisa.

—Gracias, Morgie... —respondí, dejando que mis palabras fueran tan sinceras como las suyas—. Nunca pensé que estaríamos aquí, así, pero esta noche... es perfecta.

Nos quedamos en silencio, solo permitiendo que la música nos envolviera. En ese momento, sentí que la noche apenas comenzaba, y estaba decidida a disfrutar cada instante.

Narrador omnisciente:
A lo lejos, Bridget y James bailaban también, y cualquiera que los viera podría notar el rubor en las mejillas de Bridget, quien reía con una mezcla de nervios y emoción mientras James la guiaba en la pista. Ella y Charming giraban en sincronía perfecta, con la gracia que solo un príncipe y su princesa podrían tener.

La noche seguía su curso, y el salón entero se llenaba de risas y alegría.

El Castle Coming se había convertido en una noche inolvidable para todos, pero especialmente para Fay y Morgie.

En medio de la multitud y las luces, ambos sentían que esta noche era solo para ellos, una noche que les daba la oportunidad de comenzar de nuevo.

Beyond the wand Donde viven las historias. Descúbrelo ahora