Fay:
Los días parecían volar mientras nos sumergíamos en los detalles finales del Castle Coming. Bridget y Ella estaban emocionadas, y yo trataba de concentrarme en la decoración y la organización para evitar pensar en todo lo demás. Mi corazón estaba dividido, cada vez que veía a Morgie me invadía una mezcla de emociones que no sabía cómo manejar.—¿Crees que los arreglos florales deberían ser más altos o más bajos? —preguntó Ella, sosteniendo dos opciones con una sonrisa brillante.
Bridget, siempre serena, respondió mientras evaluaba los centros de mesa:
—Yo diría que más bajos, para que no obstruyan la vista cuando todos estén sentados. Quiero que el salón se vea mágico, pero también acogedor.
Asentí, tomando nota de sus decisiones mientras intentaba ocultar mis propios pensamientos.
Cada rincón del castillo ya estaba adornado con luces encantadas que parpadeaban suavemente, creando una atmósfera digna de un cuento de hadas.
—Fay, ¿qué opinas? —preguntó Bridget, rompiendo mi burbuja de pensamientos.
—Oh... sí, creo que bajos es una buena idea —respondí distraída, haciendo lo posible por mantener la calma.
Pero mientras me mantenía ocupada, mi mente no dejaba de viajar de vuelta a los recuerdos con Morgie. Había estado intentando alejarlo de mi corazón, pero él seguía ahí, presente en cada rincón de mi mente. Organizar el baile debería haberme distraído, pero a veces me sorprendía a mí misma pensando en sus regalos en mi casillero, en cómo había tratado de buscarme... en cómo aún no estaba segura de perdonarlo.
Morgie:
Cada vez que veía a Fay, el peso de lo que había hecho me aplastaba más. Ella estaba ahí, tan cerca pero tan lejos al mismo tiempo, organizando el Castle Coming como si todo estuviera en orden, mientras yo luchaba con el caos dentro de mí. Sabía que aún no estaba lista para perdonarme, y lo entendía, pero no podía rendirme.La idea de invitarla al Castle Coming rondaba mi mente constantemente. ¿Y si lo intentaba? ¿Y si, a pesar de todo, le pedía que fuera conmigo?
—Solo quedan tres días... —susurré para mí mismo, apoyado en uno de los árboles del jardín, observando el ajetreo en el castillo.
Había hecho todo lo que podía pensar: pequeños regalos, recuerdos de los momentos que compartimos... pero aún no era suficiente. ¿Y si la invitaba al baile? Tal vez no lo aceptaría, pero tenía que intentarlo. Mi corazón lo pedía a gritos.
Mientras tanto, Uliana seguía rondando cerca. No había vuelto a hablarme desde nuestro último encuentro, pero podía sentir su vigilancia. Sabía que si me veía intentar algo con Fay, no dudaría en intervenir.
Fay:
El salón principal del castillo estaba casi listo, con el techo adornado de cintas doradas que caían como cascadas. Las luces mágicas flotaban, reflejando en los espejos y creando destellos que bailaban por las paredes. Sin embargo, mientras colocaba los últimos detalles junto a Bridget y Ella, no podía dejar de pensar en las cartas y los pequeños regalos que seguían apareciendo en mi casillero.Cada uno de ellos llevaba una nota con palabras que resonaban en mi corazón, recordándome los momentos que habíamos compartido, esos pequeños instantes en los que me sentí especial con Morgie. Había una pequeña flor de cristal, una piedra que habíamos encontrado juntos cerca del lago... y ahora, una carta donde escribía que aún pensaba en mí. Me hacía sentir tantas cosas, pero a la vez, no sabía si debía creer en él.
—¿Todo bien, Fay? —preguntó Bridget, siempre atenta a cualquier cambio en mis emociones. Me miraba con esa dulzura que solo ella tenía.
—Sí, solo... pensando —respondí, tratando de sonreír, aunque el peso de las dudas me impedía ser completamente honesta.
—Sabes que estamos aquí para ti, ¿verdad? —dijo Ella mientras me abrazaba por el hombro—. No tienes que cargar con esto sola.
—Lo sé —suspiré—. Es solo que... no sé qué hacer. Aún pienso en él, en todo lo que vivimos, pero también en lo que hizo. ¿Cómo se supone que siga adelante con eso?
—Tal vez no tienes que decidirlo ahora —sugirió Bridget, colocando una mano en mi hombro—. Este baile debería ser para despejarte, para disfrutar. Y si no sabes qué hacer con Morgie, está bien. Tómate tu tiempo.
—Podemos organizar una pijamada después del baile —añadió Ella con una sonrisa cómplice—. Nos quedamos hasta tarde, cocinamos más galletas y hablamos de todo menos de chicos.
Eso me sacó una pequeña sonrisa. Estaba agradecida por tenerlas a ellas, por su apoyo incondicional.
Morgie:
El castillo estaba lleno de gente, de preparativos, de risas y conversaciones. Pero todo ese bullicio parecía tan distante, como si no perteneciera a mi mundo. Me encontraba de pie, en el jardín, observando desde lejos cómo Fay, Bridget y Ella se movían por el salón, ultimando detalles. Fay se veía hermosa, incluso con esa sombra de tristeza en su mirada que sabía que yo había provocado.Con cada día que pasaba, sentía que se me escapaba más. No había forma de que ella aceptara mi perdón tan fácilmente. Pero aún así, no podía dejar de intentar.
De repente, escuché unos pasos detrás de mí, y cuando me giré, vi a James. Tenía ese aire despreocupado que siempre lo acompañaba, aunque había algo más en su mirada esta vez.
—¿Sigues sufriendo por Fay? —preguntó, cruzando los brazos mientras me observaba.
—¿Qué crees? —respondí, tratando de no sonar demasiado abatido, pero sabiendo que era inútil con él.
James se quedó en silencio un momento, observando a lo lejos a Bridget, que estaba colocando algunas flores en una mesa. Suspiró.
—Es curioso, ¿sabes? —dijo de repente—. Bridget... ella me causa algo. No sé bien qué es, pero desde que la conocí, hay algo que no me deja en paz.
—¿Y qué piensas hacer? —pregunté, curioso por ver hasta dónde llevaría esto.
—Nada —respondió rápidamente—. No soy tan tonto como para ponerme en medio de los planes de Uliana. Pero... no sé, hay algo en Bridget que no me puedo sacar de la cabeza.
Lo entendía demasiado bien. Sabía exactamente cómo se sentía, porque era la misma situación en la que yo me encontraba con Fay.
—A veces, parece que el destino tiene un sentido del humor cruel —dije finalmente.
James asintió, pero antes de que pudiera decir algo más, volvió a sonreír de manera cómplice.
—¿Y tú qué piensas hacer? El Castle Coming está a la vuelta de la esquina. ¿Vas a invitar a Fay o no?
Suspiré. La idea había estado rondando en mi mente, pero no sabía si era lo correcto.
—No lo sé, James. ¿Y si me rechaza? ¿Y si ya no hay vuelta atrás para nosotros?
—Solo hay una forma de saberlo —respondió él, encogiéndose de hombros—. Pero si de verdad la quieres, no dejes pasar la oportunidad. Yo sé que yo no la dejaría pasar con Bridget, si tuviera esa opción.
Sus palabras me dejaron pensando. El reloj seguía corriendo, y pronto no habría más tiempo para dudar.

ESTÁS LEYENDO
Beyond the wand
FanfictionMerlin Academy, 1985, Fay, una joven y tímida hada madrina que no es buena con la magia, y Morgie, el hijo de la temida Morgana Le Fay, descubren un amor inesperado. A pesar de los legados opuestos que los rodean, su conexión crece, desafiando las...