Capítulo 24

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- ¡Carter! Espera. - Traté de alcanzarlo, pero al ser más alto que yo y tener piernas más largas, iba mucho más rápido. - Joder... Necesito retomar el ejercicio.

Se detuvo en seco al escucharme, dándome tiempo de respirar, giró a dónde estaba y caminó hacia mí de manera muy seria e intimidante. Me hubiera encogido en mi lugar de no ser porque era él, así que solo levanté mi rostro observando sus ojos enojados antes de que tomara mi mano mandando corrientes eléctricas por mi columna.

Ni siquiera agregó una palabra cuando comenzó a llevarme a donde sea que quisiera ir, mucho menos le prestó atención al resto de personas que estaban cerca.

Este chico a veces podía comportarse muy raro.

Al principio quería abrir la boca para hablar, sin embargo, sentía su frustración a flor de piel y estaba de más aclarar que eso me hizo seguirlo en completo silencio. Mi madre siempre decía que era mejor dejar a la gente en sus pensamientos a causarles más disgustos conversando, pero la verdad es que la curiosidad me estaba matando.

Antes de darme cuenta ya estaba subida en un caballo junto con él, saliendo del castillo hasta llegar a la panadería en la que estuvimos el día en que llegué. Compró algunas cosas, tomó mi mano de nuevo y en menos de un parpadeo retomamos el camino.

Okey, debía admitir que ya empezaba a ser extraño, pero no podía apartarlo para pedir explicaciones. Mi cuerpo reaccionaba por sí solo siguiendo sus pasos y dejando que hiciera conmigo lo que quisiera. Además, ya habíamos llegado hasta aquí, al menos debía conocer el resto de la historia.

Dejó el caballo a unos metros del bosque y nos internamos a pie aún en completo silencio, con mi garganta picando por romper esa burbuja a cada paso que dábamos. Noté que se dirigía al sitio donde celebramos mi cumpleaños, ese prado escondido que parecía volverse un lugar seguro para hablar con sinceridad como antiguos conocidos.

Cuando nos sentamos en el suelo, supe que era hora de decir algo.

- ¿No pensabas contarme? - Me miró sorprendido en cuanto dije eso.

- ¿Q-qué? - Balbuceó. - ¿De qué estás hablando?

- Sobre tu cumpleaños, es dentro de muy poco y no me habías dicho ni una sola palabra.

- ¿Mi cumpleaños? - Su confusión era tan evidente que incluso me hizo dudar de la información.

- ¿Sí? - Salió más como una pregunta que una respuesta. - Ya están listos casi todos los preparativos e incluso ayudé un poco.

Tomé uno de los postes que trajimos en lo que hablaba para desviar la atención de mis palabras.

- No puede ser... Tengo la cabeza en cualquier lado, ya ni siquiera recordaba de qué se trataba la celebración. - Pasó una de sus manos por su cabello mientras suspiraba con los ojos cerrados. - Últimamente todo es discusiones con mi padre, deberes y actos que debo realizar antes de convertirme en rey, responsabilidades que cumplir, es sumamente agotador y no he tenido tiempo ni de disfrutar una comida.

- Podemos olvidarnos de toda esa carga que tenemos, al menos por una vez. - Intenté reconfortarle un poco. - Estamos aquí ¿No? Solo tú y yo, es todo lo que importa ahora.

Claramente no tenía ni la menor idea de lo que era prepararse durante toda una vida para liderar un reino, pero al menos podía ser su apoyo en el proceso, aunque el tiempo parecía correr en nuestra contra.

- No sé cómo terminamos aquí, siendo sincero tenía una reunión en unos minutos, pero te vi ahí y mi mente no procesó algo más. - Rio ligeramente haciéndome sonreír también al ver que estaba mejorando. - Agradezco mucho que me siguieras.

La chica del caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora