Aquellos inusuales ojos se abrieron con demasiada sorpresa al escucharme decir eso. No sabía si era porque no se lo esperaba en lo absoluto o estaba tratando de lanzarme alguna maldición.
- ¿Acaso estoy soñando? - Murmuró aún en su estado de shock. - Es una broma, ¿Cierto?
Por favor dime qué estás bromeando.
- No sabes cuántas veces he deseado que me confirmen eso, pero por desgracia aún no sucede.
- Oh dioses... Mi madre va a matarme. - Se llevó las manos a la cabeza y cerró sus ojos mientras parecía hablar consigo en voz alta. - ¿Dónde me metí?
Tomé los dos platos de comida y me acerqué a dónde estaba para que no tuviera que
caminar con su pie lastimado todavía.
- Siento que hay algo de lo que me estoy perdiendo. - Hablé llamando su atención hasta que dirigió su mirada a mí y pude extenderle su parte. - Pero no quiero entrar ahí todavía, porque yo también tengo cosas que aclarar.
Suspiró al agarrar el plato y aceptó.
- No creo ser de mucha ayuda con las explicaciones que necesites, pero adelante.
- Annia ¿Quién eres tú? - ¿Muy rudo? Sacudí mi cabeza para agregar algo más. - ¿De dónde provienes? Y ¿Por qué jamás había escuchado hablar de ti?
No sucedía de forma muy común que la curiosidad se apoderara de mí, pero ahora... ahora mismo necesitaba saber todo de ella. La cantidad de preguntas que surgieron a raíz de su persona, eran tantas que debía contenerme para no hacerlas todas de golpe.
Mi necesidad por conocer su origen, era mayor que yo en ese momento.
Su ceño se frunció removiendo la carne y luego dirigió esa confusión a mí.
- ¿Escuchar de mí? ¿Por qué tendrías que saber sobre mí? - Relajo un poco su semblante, sin embargo, la duda no se fue. - Ya te lo he dicho. Mi nombre es Annia y lo único interesante que puedo tener es que he vivido en el bosque desde que nací. Lamento decepcionarte, pero no hay mucho más.
Ahora la incredulidad y confusión se pasaron a mí.
Llevaba conociéndola tal vez dos horas y aun así me parecía la persona más interesante que hubiera podido encontrar en este mundo.
- A ver... Entonces, si has vivido toda tu vida aquí en el bosque significa que ¿Eres una clase de ninfa? ¿Alguna criatura con algún nombre que no conozco o una realeza escondida?
No pretendía agobiarla tampoco, pero sentía que podría esfumarse en un parpadeo y no sabría cómo volver a encontrarla. He estado toda una vida estudiando meticulosamente mi entorno. Un segundo bastó, para que ella revolucionara todo lo que creí saber.
- ¿Cómo voy a ser de la realeza? - Comentó indignada dejando el plato de lado para pasar a cruzar sus brazos bajo su pecho. - Además ¿Yo? ¿Una criatura del bosque? ¿Qué te hace pensar algo como eso?
- Bueno es bastante sencillo en realidad. Tu aspecto lo dice todo. Estaba comenzando a creer que mientras más hablábamos, más confundidos terminábamos.
- Un segundo ¿Mi aspecto? - Abrió la boca ofendida. - ¿Qué tiene de malo mi aspecto?
- ¡No! No tienes nada malo, de hecho, es todo lo contrario. Me parece que eres muy hermosa, es solo que...
Traté de corregirme rápidamente, pero preferí callar al ver que solo la estaba cagando más.
Ahora iba a pensar que le había dicho fea a la mujer más jodidamente preciosa que vi en mi vida.
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La chica del caos
FantasyEn lo profundo del bosque, de un mundo donde las personas parecen ser todas similares de apariencia, una joven chica se mantenía oculta en su cabaña a la espera de su libertad. Viviendo día y noche entre el mismo territorio, sin poder ir más allá po...