Pov Annia
Mi madre me había mentido.
No quería creerlo, pero me costaba hacerlo pasar desapercibido y como no, estaba furiosa. Preparada para que me diera una buena explicación a todo esto en cuanto volviera.
Viví durante 21 años encerrada por su culpa. Con el pánico creciendo en mi interior al escucharla decir que causaría miedo entre las personas, que pondrían precio a mi cabeza y no pararía hasta que me encontraran... Pero, nada fue así.
Este chico se quedó junto a mí. Me acompañó al verme sola y en apenas unas horas habló mucho más conmigo que mi propia madre, revelando cosas tan importantes de las que yo ni siquiera tenía idea. Todos y cada uno de los altos cargos eran parecidos a mí. Ninguno igual, eso estaba claro, seguía siendo un misterio de donde provenía realmente, pero eso no quitaba el resto de la información.
Durante toda la noche mi cabeza me atormentó con un millón de preguntas sin respuesta ¿Pertenecía a la realeza? Por supuesto que no, pero entonces ¿Por qué era distinta? ¿Por qué mi madre me mintió? Lo único que tenía claro, es que no iba a parar hasta encontrar esas respuestas.
Suspiré y me miré en un espejo que había en la pequeña habitación detallando mi rostro. Poseía un nuevo brillo en mis ojos aquella mañana y es que, a pesar de todo, era un día muy importante para mí.
- Feliz cumpleaños. - Sonreí a mi reflejo antes de acomodar mi cabello.
Era oficialmente mayor de edad. Una adulta en un lugar nuevo, cumpliendo sus sueños luego de tanta espera. Lo que me llevó a tener un acuerdo conmigo misma, ya que no estaba dispuesta a dejar que mi mente se centrara en todo eso que me estaba perturbado.
Hoy no.
Luego habría tiempo para buscar mi información.
Tomé prestada una de las armas que tenía el chico misterioso en su pared y me dispuse a cazar sin alejarme demasiado. Aún no sabía las nuevas criaturas que parecían vivir en el bosque, así que debía tener cuidado.
Fue algo difícil, pero logré hacerme un desayuno decente, incluso guardé un poco por si mi nuevo compañero se encontraba hambriento una vez más.
Un compañero...
Conocí a alguien.
Chillé emocionada y justo como si le hubiera invitado, apareció por la puerta con un saco en su mano. Sonrió cuando se percató de mi presencia y saludó.
- Temía que ya no estuvieras aquí.
- Bienvenido de vuelta, chico del bosque. - Saludé con ironía ya que de hecho era su cabaña.
- Traje algunas cosas que creí que necesitarías. - Me entregó lo que traía y abrí un poco para echar un vistazo. - Un vestido, zapatos y una capa nueva. Además, agregué algo de comida ya que no sé lo que hay por aquí, pensé que así podrías estar más cómoda.
- ¿Estás tratando de que no me vaya? Porque vas a lograrlo. Es el mejor regalo de cumpleaños que me han dado hoy. - Fui a cambiarme sin detenerme en lo que dije y solo me reí. Estaba de buen humor y quería compartirlo con él.
- ¿Es tu cumpleaños? - Formulé una afirmación mientras continuaba con lo mío y le escuché sentarse afuera. - Felicidades, es un honor para mí ser su acompañante el día de hoy.
La cabaña era tan pequeña que podíamos hablar a la perfección desde cualquier extremo y le seguiría escuchando. También debía resaltar su buen gusto, porque el vestido era sencillo y muy hermoso, resaltando el color vino con mi piel pálida.
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La chica del caos
FantasyEn lo profundo del bosque, de un mundo donde las personas parecen ser todas similares de apariencia, una joven chica se mantenía oculta en su cabaña a la espera de su libertad. Viviendo día y noche entre el mismo territorio, sin poder ir más allá po...