Personaje: Yelena Belova.
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Aquí estaba yo, observando desde una distancia prudente a Yelena Belova, una distancia en la que yo pensaba que ella no me vería, no sentiría mi presencia y es claramente que me equivoqué. Tomé mi café una vez más apartando los ojos un momento de ella, sabía que estaba lista para irse y así fue, me levanté de mi mesa cuando ella iba unos pasos adelante y comencé a seguirla.
Caminé a una distancia muy considerable intentando no ser detectada por ella, pero era muy obvio que sería imposible pues ella era una viuda, miré el gran edificio donde ella se había metido. Un edificio lujoso de apartamentos, al parecer Yelena Belova está teniendo una vida completamente normal, algo que Natasha siempre quiso.
Romanoff... Cómo extraño a la vengadora más fuerte de todo el complejo, suspiré un poco cruzando la calle e ingresando al edificio, sabía de sobra que no me dejarían ingresar detrás de Yelena por ser un edificio privado. Así que simplemente apliqué las enseñanzas que alguna vez adquirí de Natasha, entré a una puerta trasera que daba a la cocina y dejé inconsciente a un cocinero para después colocarme su ropa, salí de la cocina con la tarjeta de acceso del ascensor y subí hasta el piso donde estaba Yelena.
Mi plan era ingresar por la ventana de su habitación, pero en vista que es un edificio muy lujoso y estamos como a unos veinte pisos del suelo, reconsidere la idea de hacerlo. Cuando llegué al piso solo vi a Yelena ingresando por la puerta, salí del ascensor y fui hasta esa puerta para abrirla lentamente, no sé en qué momento de mi cabeza pensé que era gran idea entrar al hogar de una viuda, pero esto no se trataba de mi en lo absoluto. Miré la sala de estar vacía y luego la cocina que se conectaba con dicha sala, la voz de Yelena no tardó en llegar a mis oídos así que saqué mi arma mientras miraba cautelosamente todo el lugar.
- ¿Quién eres y por qué estás en mi casa?- me acerqué a la primera puerta que vi, deduje que era el baño principal así que abrí la puerta lentamente analizando todo con cautela.
- Lo sabrás cuando vengas a hablar- miré el pasillo que estaba oscuro, era el pasillo de las habitaciones y estaba segura que de allí iba a provenir el primer golpe de Yelena.
- ¿Quién te ha dicho que quiero hacerlo?- me acerqué al pasillo y no me equivoqué, Yelena cayó del techo en la misma pose de Natasha, el primer golpe fue una patada en mi arma haciendo que la soltara y después una de esas magníficas maniobras que hacían las viudas para derribarte, en menos de cinco minutos yo estaba en el suelo.
No, no me dolió en absoluto nada y es que no podía dolerme nada al ser un experimento de Hydra, ser la hermana menor de Bucky... James Barnes, ser la hermana de James había traído la consecuencia de mi secuestro y luego la experimentación con sueros, puede que James tuviera su brazo de metal, pero yo tenía mi genética alterada. Me levanté rápidamente esquivando los golpes de Yelena, aquí estaba yo, dejándome golpear por una hábil viuda porque Natasha Romanoff me había pedido un último favor, un favor que no pude negarle ni en un millón de años.
Claro que yo era modificada genéticamente, golpeé a Yelena de una manera normal que se puede golpear a un humano promedio... Resulta que los sueros de Hydra me hicieron tener súper fuerza, pero también me dieron la habilidad de cambiar lo sólido que puede ser mi cuerpo, puedo ser sólida como el acero o sólida como un humano promedio y justo ahora estaba siendo sólida como un humano promedio para que Yelena no sé lastimara. Corrí hasta la sala de estar saltando detrás del sofá cuando Yelena comenzó a disparar, claro que ninguna bala me dañaría, pero si dolería un poco.
- Ven aquí- la ira en la voz de Yelena se escuchó y saltó sobre mi, intentó derribarme y no pudo hasta que yo la derribé en el sofá inmovilizando su cuerpo- ¿Quién eres?- intentaba liberarse.