Tengo que hacer buena letra.
No quiero que la abuela me siga mirando con cara fea cada vez que cruzo frente a ella.
Esto es importante para Vicky.
Esas son las cosas que me repito mientras camino con dos cajas en brazos hacia la casa del lago que hace solo unos días visité con un fin diferente al de una mudanza. Al parecer, los padres de Lucca compraron la casa para que Landon y Vicky vivieran en ella y así poder tener finalmente su privacidad como pareja; aunque, según Klara, en realidad es porque los empleados de la casa Bianchi ya no soportan recibir órdenes de Vicky las veinticuatro horas al día.
—Esas déjalas ahí, Sara —dice señalando el sofá grande—. ¿Klara qué hace fuera? ¿Fabricando más cajas?
Yo me encojo de hombros y en respuesta ella rueda los ojos claramente molesta.
—Ve a fijarte, tenemos que cargar todas mis cosas hoy y como se ponga de demorada no acabaremos.
Mientras voy en busca de Klara vuelvo a repetirme los motivos por los cuales estoy ayudándola y llego a la conclusión de que el fin no es justificación suficiente para tal sacrificio.
—Victoria va a arrancarte los ojos si sigues demorando en lo que sea que estés haciendo —murmuro acercándome a ella que está sentada en el asiento del copiloto con la puerta totalmente abierta.
—Todo el camino aquí se la pasó quejándose de lo mal que manejo y, ¿ahora quiere mi ayuda? —me mira con las cejas alzadas y regresa la vista a su celular—. Que ni lo piense. Aquí me quedo.
Yo niego con la cabeza, pero no respondo, solo me dirijo a la parte trasera del auto para tomar otras dos cajas y regresar adentro. No puedo enojarme con Klara por dejarme todo el trabajo a mí sola porque en primer lugar ella ni siquiera tendría que estar aquí, se ofreció a venir para que no tuviera que aguantar veinte minutos en coche a solas con Victoria y ya. Nadie mencionó que debiera hacer otra cosa.
—¿Y bien? —pregunta Vicky al verme entrar.
—Le duele la espalda —miento—. Va a quedarse a descansar un rato y luego se nos une.
—¿Quedan más cajas en el auto? —pregunta sin mirarme y yo niego con un sonido apenas audible—. Bien, entonces solo falta llevar estas cajas al piso de arriba y pueden marcharse.
—Son más de veinte cajas, Victoria —mis ojos parecen desorbitarse mientras repaso con ellos todas las cajas esparcidas por el suelo.
—Cuanto antes empieces antes acabarás —suelta ella encogiéndose de hombros.
Mi mente es atacada por la voz de la abuela y antes de que el clásico sermón comience, tomo la caja grande y como puedo la llevo al segundo piso.
La alegría que siento de saber que Vicky podrá estabilizarse en esta hermosa casa y que su hijo o hija crecerá jugando en el jardín, corriendo por la inmensa sala y demás se ve opacada por la rabia que no para de crecer en mí.
De verdad comienzo a creer que me tocó pagar el karma de alguien más.
Ya voy por el séptimo viaje de ida y vuelta al segundo piso cuando se escucha un auto estacionar en la entrada y a los pocos minutos Landon aparece en la casa como si nada.
—¿No se supone que estabas en Italia? —inquiere Vicky cruzándose de brazos.
—Te extrañaba tanto que tuve que regresar antes —se excusa él yendo a abrazarla.
Klara a sus espaldas me mira y agranda los ojos. Ambas somos testigos de que acaba de mentirle descaradamente y sin ninguna señal que lo delate.
—Podrías haber esperado a que regresara para mudarte —dice viendo las pocas cajas que aún quedan en el suelo—. ¿Las ayudo con las que restan?
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Polvo de estrellas [✓]
Romance«Él tendría que traer de advertencia: ¿Te arriesgas a que te rompa el corazón y quedar hecha polvo a cambio de hacerte sentir estrellas?» [BILOGÍA RECUERDOS ESTRELLADOS #1✨️] La vida de Sara era de lo más común; padres perfectos, familia perfecta, c...