23 | Prioridad.

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Coloco la última vela encima de la manta y miro mi trabajo orgullosa. He pasado las últimas dos horas encima de este trailer preparando todo para nuestra cita y puedo decir que el resultado realmente lo vale.

Me tomó el jueves entero pensar qué haría para esta noche, había decidido que quería que cenaramos, eso seguro, pero no sabía dónde ni qué. Busqué varios restaurantes del pueblo, pero ninguno me convencía, así que finalmente decidí que todo iba a hacerlo yo.

Le pregunté a Klara qué lugar del pueblo era ideal para lo que tenía en mente y con un chillido aseguró que podía dejar la tarea del lugar en sus manos, que no iba a defraudarme y así es como acabé subida a un trailer en un parque de remolques.

Mi celular suena y al ver su nombre en la pantalla sonrío.

Estoy en la entrada.

¿Dónde estás tú?

No respondo, simplemente bajo del trailer y me dispongo a caminar hacia la entrada del parque. Diviso las luces de su auto a la distancia y él también parece verme porque sale del auto y empieza a caminar hacia mí.

—Hola, rubia —su mano rodea mi cintura atrayendo mi cuerpo al suyo mientras sus labios presionan los míos en un beso corto—. ¿Qué estamos haciendo aquí?

—Es una sorpresa —lo vuelvo a besar solo para ver su sonrisa—. Cierra los ojos.

Lo hace y comienzo a caminar con él tomado de mi mano hacia el trailer, no obstante, a mitad de camino me pongo detrás de él y le cubro los ojos con mi mano porque no confío en que vaya a hacerme caso hasta que de verdad pueda dejar de mirar.

—Es raro esto —suelta de repente.

—¿Qué? ¿Que te cubra los ojos?

—No —gira su cuello hacia atrás y yo le destapo los ojos para que pueda verme—. Es raro sentirme tan emocionado por ver qué preparaste. Estas cosas no suelen gustarme.

Toma una de mis manos y la lleva a su pecho.

—El corazón me va a mil por segundo y eso únicamente lo provocas tú.

Vuelvo a cubrirle los ojos sin decir nada y continuo caminando mientras mis mejillas arden.

—No debería confiar tanto en tí, rubia. En las películas cuando una chica linda te lleva a un lugar a solas teniendo los ojos cubiertos es porque definitivamente va a matarte.

—Quizá vaya a hacerlo —digo a la vez que nos enfrentamos al trailer y quito mi mano de sus ojos

—¿Por qué nos detenemos? —me mira con el ceño fruncido.

—Hay que subir —señalo la escalera del trailer a sus espaldas y su ceño se frunce aún más.

—Tú primero —anima haciéndose a un lado.

Le sonrío y pongo un pie en la escalera comenzando a subir. Una vez arriba me siento junto a uno de los cojines que he preparado y aguardo hasta que él también sube. Sus ojos primero dan con el mini picnic a mi lado y luego recaen sobre mi rostro.

Su mirada brilla y su sonrisa ladina me confirma que le ha gustado. Sin embargo, no dice nada y los nervios dentro de mí comienzan a descontrolarse.

—¿Qué pasa? —pregunto con una sonrisa boba en mis labios.

—Estoy tratando de entender lo que siento —suelta sentándose a mi lado—. No sé qué me has hecho, rubia, pero esto es raro.

—¿Te gustó?

Polvo de estrellas [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora