E30. Ruinas.

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Antes de comenzar, aclaro que no soy dueño, ni me pertenecen los/as personajes e imágenes utilizados para la creación de esta historia. Lo único que es de mi propiedad es la historia.

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- Diálogos.-

- Pensamientos.-

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- En el capítulo anterior -

¡BUMM!

Naruto sintió miedo al ver el cuerpo quemado de Kushina en el suelo.

- !Extraer al Kyubi antes de que muera!.-

Jamás sintió cuando se movió a una velocidad anormal, todos los ninjas que no fueran el Gyūki y estaban alrededor de kushina, Kurenai y Hana. Fueron atravesados por un pico de obscuridad pura que salió del suelo.

Naruto se dejó caer arrodillado, a un costado del cuerpo de Kushina.

- ¡Kushina!. ¡Hablame!.- No podía controlar las lágrimas que escurrían por sus ojos.

De la boca de Kushina, salió un pequeño gemido, casi imperceptible. El adolescente pudo ver cómo, el Kyubi hacía todo lo posible para mantenerla con vida.

El rugido que salió de la boca del Gyūki, llamo la atención de Naruto.

- ¡Te voy a matar!.-

Chakra Meiton puro, salió del cuerpo de Naruto y comenzó a formar su propia capa de chakra, tomando la forma de un lobo que era totalmente negro, lo único que era de un color diferente era el ojos Byakugan, en la cuenca derecha de lo que ahora era Naruto, una bestia que al igual que el Gyūki, tenía la necesidad de masacrar todo a su paso.

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( Imagen de referencia, solo imagina que solo tiene el ojo derecho)

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( Imagen de referencia, solo imagina que solo tiene el ojo derecho)


Naruto soltó un gruñido bestial hacia el Gyūki. La tensión es palpable, el viento parece detenerse y la tierra retumba con cada movimiento de los combatientes.

El ojo blanco del lobo brillaa con una intensidad sobrenatural, su mirada fija en su oponente, el coloso de ocho colas que se enfrenta a él: el Gyūki, el imponente bijū con la forma de un toro con tentáculos de pulpo. El Gyūki no podría estar en toda su gloria, pero era la segunda bestia más poderosa de las nueve.

El lobo, rodeado por su dominio de las sombras, comienza a moverse en un parpadeo, desapareciendo y reapareciendo entre las sombras, sus colmillos brillando con la luz de la luna. El Gyūki, con su vasto poder, observa con calma, pero sus colas se agitan nerviosamente, esperando el ataque.

De repente, el lobo se sumerge en la sombra, desapareciendo completamente, pero Gyūki no se deja engañar. En un giro de sus colas, lanza un chorro de energía negativa que oscurece el campo, deshaciendo la neblina de sombras que el lobo había creado. Las colas del bijū están en constante movimiento, como si intentaran anticipar cada movimiento de su adversario.

Naruto: El lobo gris del ojo blanco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora