Naruto: El lobo gris del ojo blanco.

E14. Problemas.

Antes de comenzar, aclaro que no soy dueño, ni me pertenecen los/as personajes e imágenes utilizados para la creación de esta historia. Lo único que es de mi propiedad es la historia.

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- Diálogos.-

- Pensamientos.-

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Todos en Konoha tenían miedo, incluso el inexpresivo Danzo, sentía miedo al ver a Hiruzen Sarutobi. El viejo mono estaba más que molesto, cuando se enteró que Uzumaki desobedeció una orden y nunca se presentó a la frontera con el batallón que lo estaba esperando para, preparar las defensas en caso de una invasión.

Nadie sabía dónde estaba Naruto, aunque tenía sus sospechas después de que una patrulla que se desvío de su ruta, encontró al batallón de Iwagakure muerto en sus fronteras con el País de los campos de Arroz. La zona había Sido una masacre total con cadáveres, sangre, armas ninjas y restos de chakra por todo el campo de batalla.

No podía negar su enojo pero tampoco su descontento, Naruto había evitado un conflicto a gran escala, tal vez era ahora de inventar un nuevo rango al rubio que parecía que hacía todo menos, lo que le ordenan. Pidió que solo cuidarán la frontera con Yugakure y en su lugar, el rubio y su escuadrón decidieron unirse a la batalla, declarando la guerra a Yugakure y Kumogakure.

Y ahora esto, por primera vez en mucho tiempo Hiruzen tendría más que una simple plática con el rubio, aunque el anciano había notado como mechones rubio y los pocos destellos de cabello negro, eran cambiados por mechones de color grisáceo. Tal vez Naruto estaba sufriendo demasiado estrés, pero Hiruzen después se preocuparía por eso, ahora necesitaba encontrar al rubio y darle un buen jalón de orejas.

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Mikoto se cruzó de brazos, cuando su padre Kagami Uchiha, entro a su habitación. El hombre prácticamente la había encerrado en su habitación, haciendo de su propia casa una especie de calabozo.

- ¡Ahora que me vas a prohibir hacer! ¿No vas a dejar que salga al baño? ¿Me prohibirían las visitas de las chicas? -

Kagami Uchiha ignoro lo que el consideraba las rabietas de su hija, pero no le daría importancia, ya tenía suficiente tristeza al saber que su hijo menor estaba por ser enviado a la guerra, junto con su sobrino. Tal vez sería bueno salir del retiro.

- Hitomi Hyuga está aquí.-

Kagami no dijo más, se dió media vuelta y salió de la habitación de su hija, para que después entrara Hitomi Hyuga. Piel lechosa, cabello azulado, los caractericos ojos Byakugan, pechos de gran tamaño, una sonrisa angelical, zapatillas negras y un kimono blanco con detalles de flores rosas y algunos toques en color azul claro, apenas perceptible para la vista.

- Miko-chan.- ambas mujeres se abrazaron, Hitomi Hyuga nunca pudo salir mucho del clan Hyuga, por ser una especie de princesa y más con la guerra, según los ancianos del clan, debía ser estrictamente vigilada. Pero gracias a sus encantos y que no había dejado el complejo en años, decidió pedir una última visita antes de salir, en los años próximos.

- Casi no te reconozco, e-estas tan..-

La mujer Hyuga, sonrió a la mujer después de separarse de su abrazo. - No eh salido en 3 años del complejo Hyuga, necesitaba un respiro antes de pasar el tiempo que reste de la guerra ahí.-

La conversación de las mujeres fue interrumpida, por la llegada de una pelirroja atreves de la ventana, reforzada con barrotes de metal por fuera. - ¡Mik!- Kushina se detuvo delante de ambas mujeres y miro con curiosidad a la otra mujer en la habitación, le resultaba familiar su rostro, pero no recordaba a la mujer.