Cap. 21

150 14 0
                                    


El sonido del metal chocando resonaba en el aire, mientras Kakashi e Iruka esquivaban y bloqueaban los ataques de Kabuto.

El campo de batalla a su alrededor era un caos, pero en ese momento, lo único que importaba era la figura serpenteante y veloz de Kabuto, que los atacaba sin descanso.

Iruka respiraba con dificultad, sus músculos empezando a tensarse por el agotamiento. Kakashi, aunque más experimentado, también mostraba signos de cansancio, pero sus movimientos seguían siendo precisos.

Kabuto, en cambio, parecía estar disfrutando del enfrentamiento, sus ojos brillando con malicia cada vez que esquivaba o lanzaba un contraataque.

—Tarde o temprano… —dijo Kabuto con una sonrisa torcida mientras deslizaba sus manos llenas de chakra afilado—, los dos caerán. Pueden intentar resistir, pero… —hizo una pausa, sus ojos enfocándose en Iruka—, todos tienen un punto débil.

Iruka sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sabía lo que Kabuto estaba intentando hacer: desestabilizarlos, encontrar un hueco emocional en su defensa. Pero antes de que pudiera responder, Kakashi se movió, colocándose frente a él.

—Kabuto —dijo Kakashi, su voz firme pero cargada de advertencia—, no te equivoques. Iruka no es tu punto débil.

Iruka lo miró con una mezcla de sorpresa y gratitud. Kakashi había dicho aquellas palabras con una certeza que lo hizo sentir más fuerte. No era solo una defensa física lo que le estaba ofreciendo, sino una emocional.

Kakashi no lo veía como una carga, como alguien a quien debía proteger constantemente, sino como un aliado, un compañero con quien luchar hombro a hombro.

—Lo que Kakashi quiere decir —dijo Iruka, enderezándose y mirando a Kabuto directamente a los ojos—, es que no somos débiles. No vas a dividirnos con tus palabras.

Kabuto se limitó a sonreír de manera burlona, y en un rápido movimiento desapareció de nuevo, atacando desde las sombras. Kakashi reaccionó al instante, su Sharingan brillando mientras anticipaba cada movimiento.

Iruka, aunque menos experimentado en este tipo de combates, logró seguir el ritmo de Kakashi, atacando en sincronía con él.

Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, Kabuto no era un oponente fácil de derrotar.

Su habilidad para regenerarse y su velocidad casi inhumana lo hacían difícil de alcanzar. Cada vez que parecía que lo habían golpeado, él desaparecía, reapareciendo desde otro ángulo.

En medio del caos, Iruka notó algo. Aunque Kabuto era rápido y hábil, estaba repitiendo un patrón en sus ataques, siempre flanqueando desde el mismo lado tras desaparecer. Iruka, reuniendo toda su concentración, tomó una decisión arriesgada.

—Kakashi, cuando vuelva a aparecer… atácame —dijo Iruka, casi en un susurro.

—¿Qué? —Kakashi lo miró, incrédulo.

—Confía en mí. Cuando aparezca, ataca como si fuera a golpearme —insistió Iruka, sus ojos mostrando determinación.

Kakashi vaciló solo un instante, pero finalmente asintió, confiando en el plan de Iruka. Se posicionaron, esperando el siguiente movimiento de Kabuto.

Como Iruka había anticipado, Kabuto apareció de nuevo, flanqueando desde el lado derecho, listo para atacar a Iruka.

En un movimiento rápido, Kakashi lanzó su kunai directamente hacia Iruka. Kabuto, creyendo que había engañado a Kakashi, sonrió con satisfacción mientras se preparaba para esquivar el ataque.

Pero justo en ese momento, Iruka se movió, evitando el kunai y lanzándose en dirección opuesta, sorprendiendo a Kabuto.

Antes de que Kabuto pudiera reaccionar, Kakashi ya estaba detrás de él, canalizando una poderosa ráfaga de Raikiri directo a su espalda.

El grito de Kabuto resonó en el campo de batalla mientras el Raikiri de Kakashi lo atravesaba, lanzándolo varios metros hacia atrás.

El cuerpo de Kabuto cayó al suelo, inmóvil por un momento. Sin embargo, Kakashi no bajó la guardia; ambos sabían que este no sería el final tan fácilmente.

—No creo que sea tan simple —murmuró Kakashi, su Sharingan aún activo mientras observaba atentamente el cuerpo de Kabuto.

De repente, el cuerpo de Kabuto comenzó a retorcerse, y una oscura risa emergió de sus labios. La técnica de regeneración de Kabuto se activó de nuevo, y, aunque herido, comenzó a levantarse lentamente.

—¿De verdad pensaron que eso bastaría? —dijo Kabuto, su voz ronca pero llena de desprecio—. Ustedes dos son más fuertes de lo que pensé… pero no lo suficiente.

Kakashi respiró hondo, su mirada volviéndose seria. Sabía que estaban en desventaja; el chakra de ambos estaba empezando a agotarse, y Kabuto seguía regenerándose.

—Iruka, escúchame —dijo Kakashi, bajando su voz—. Necesito que confíes en mí una vez más. Tengo una idea, pero necesitaré tiempo para prepararla.

Iruka asintió, sabiendo que no había lugar para dudas. Se colocó frente a Kakashi, listo para defenderlo mientras él preparaba su próximo ataque.

Kabuto, sonriendo de manera arrogante, avanzó hacia ellos, confiado en que su regeneración lo haría invencible. Pero lo que no sabía era que Kakashi tenía un as bajo la manga.

—Esto no ha terminado, Kabuto —susurró Kakashi, mientras comenzaba a formar los sellos con sus manos.

Iruka, con los nervios a flor de piel, se preparó para el próximo asalto, sabiendo que todo dependía de que le diera a Kakashi el tiempo necesario.

Con una firmeza renovada, levantó su kunai, sus ojos fijos en Kabuto, y se preparó para lo que sería la batalla final.

Con una firmeza renovada, levantó su kunai, sus ojos fijos en Kabuto, y se preparó para lo que sería la batalla final

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ᴀᴛʀᴀᴘᴀᴅᴏ ᴊᴜɴᴛᴏ ᴀ ᴇʟ (ᴋᴀᴋᴀɪʀᴜ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora