Sinceramente no tengo ni idea de qué hago con mi vida, solo me dejo llevar por el aburrimiento y la esquizofrenia jaja.
No puedo decir mucho de esta historia, la imagen de portada y el título dicen mucho.
Esto es una Au (universo alterno) por lo que...
Los días siguientes transcurrieron en un torbellino de entrenamiento y preparación. Kakashi e Iruka se esforzaron por mantener el ánimo de los estudiantes en alto, utilizando cada momento disponible para fortalecer sus habilidades y su espíritu de equipo.
Sin embargo, la presión seguía creciendo a medida que el conocimiento de la amenaza de Orochimaru y Akatsuki se expandía.
Una tarde, después de un largo día de entrenamiento, Kakashi se dirigía a su casa cuando notó un grupo de ninjas reunidos en un rincón del pueblo. Intrigado, se acercó para investigar.
—¿Qué sucede? —preguntó, alzando una ceja mientras observaba a los ninjas murmurando entre ellos.
Uno de los shinobis, un joven de cabello corto y oscuro, se volvió hacia Kakashi, su rostro pálido.
—Kakashi. hubo un ataque en la frontera de la aldea. Un grupo de ninjas de Akatsuki apareció y se llevaron a uno de nuestros miembros.
El corazón de Kakashi se aceleró. Sabía que la situación era cada vez más grave.
—¿Dónde está el líder del equipo? —preguntó, ya comenzando a formular un plan.
—No lo sabemos. Desapareció durante el ataque, y los demás están tratando de recuperarse —respondió el joven, mirando a su alrededor con ansiedad.
Kakashi frunció el ceño. Tenía que actuar rápidamente.
—Reúne a todos los disponibles. Necesitamos buscar a ese ninja y averiguar qué está pasando.
Mientras los ninjas comenzaban a dispersarse para cumplir la orden, Kakashi se encontró con la mirada de Iruka a lo lejos.
Su presencia era tranquilizadora, pero también era un recordatorio de los riesgos que enfrentaban.
—Kakashi —llamó Iruka, acercándose con rapidez—. Escuché lo que pasó. ¿Qué vas a hacer?
—Voy a liderar una búsqueda. Necesitamos encontrar al miembro del equipo desaparecido y asegurarnos de que no haya más ataques —dijo Kakashi, sintiendo la urgencia en su voz.
—Voy contigo —respondió Iruka, su expresión decidida. Kakashi abrió la boca para protestar, pero Iruka continuó—. No puedo quedarme aquí, no cuando hay algo tan grave sucediendo. También quiero ayudar.
Kakashi dudó, pero sabía que Iruka no se dejaría convencer fácilmente.
—Está bien, pero debes quedarte detrás de mí. No quiero que corras ningún riesgo —dijo, sintiendo una mezcla de aprecio y preocupación.
Iruka asintió, aliviado de que Kakashi hubiera aceptado su ayuda.
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Mientras el grupo de ninjas se reunía, Kakashi se dirigió a ellos.
—Escuchen, no sabemos cuántos enemigos hay ni qué planean hacer. Nuestro objetivo es encontrar al compañero desaparecido y traerlo de vuelta a salvo. Formaremos equipos y seguiremos la última ubicación reportada.
Los ninjas asintieron, y la atmósfera se volvió más seria. Cada uno sabía lo que estaba en juego.
—Kurenai, tú y Asuma lideren la parte norte del bosque. Guy, tú y yo iremos al sur. Iruka, quédate en el medio y asegúrate de que nadie se quede atrás —ordenó Kakashi, con firmeza.
—Entendido —respondieron todos.
Con un último vistazo a Iruka, quien estaba preparado y alerta, Kakashi sintió que tenían una oportunidad. Con el grupo dividido en equipos, se dirigieron a sus respectivas áreas.
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El bosque del sur era denso y oscuro, y cada sonido parecía amplificarse. Kakashi y Guy se movieron con cautela, atentos a cualquier señal de peligro.
—Esto es raro —dijo Guy, rompiendo el silencio—. No he sentido ninguna presencia enemiga hasta ahora. Es como si estuvieran esperando algo.
Kakashi asintió, sabiendo que no podían bajar la guardia.
—Cuidado, Guy. No subestimes a Akatsuki. Pueden tener estrategias que no conocemos —respondió Kakashi, su mirada fija en el camino por delante.
Justo cuando la tensión parecía estar en su punto máximo, un grito resonó a lo lejos. Ambos ninjas se detuvieron en seco.
—Eso fue Iruka —dijo Kakashi, el corazón latiéndole con fuerza—. ¡Rápido!
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Corrieron hacia el sonido, y al llegar a un claro, encontraron a Iruka en medio de un enfrentamiento. Un grupo de ninjas de Akatsuki estaba rodeando a su compañero desaparecido, mientras Iruka trataba de protegerlo.
—¡Iruka! —gritó Kakashi, y el mundo pareció detenerse por un momento.
Al escuchar su nombre, Iruka se giró y vio a Kakashi y Guy acercarse. Su rostro se iluminó, pero rápidamente se oscureció al ver a los enemigos.
—¡Kakashi! ¡Ayúdame! —gritó Iruka, y en ese instante, Kakashi sintió que su mundo se desmoronaba.
Con una determinación renovada, Kakashi se lanzó al combate.
—¡Guy! ¡Cúbreme! —ordenó mientras se lanzaba hacia la batalla.
La pelea fue intensa. Kakashi y Guy se movían con una sincronización perfecta, mientras Iruka luchaba para mantener a salvo al ninja atrapado.
Sin embargo, los enemigos eran fuertes y astutos, y Kakashi sabía que debían actuar rápido para no dejar que la situación se volviera más peligrosa.
A medida que la batalla se intensificaba, Kakashi lanzó un jutsu que deslumbró a los enemigos, permitiendo que Iruka y el ninja se reagrupasen.
—¡Ahora! —gritó Kakashi, señalando a Iruka, quien entendió al instante y se movió para ayudar a neutralizar a un enemigo.
Juntos, formaron un frente sólido, y la unión de sus habilidades comenzó a inclinar la balanza a su favor.
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Después de lo que pareció una eternidad, el último de los ninjas de Akatsuki cayó al suelo. Exhaustos, pero aliviados, los tres ninjas se miraron entre sí.
—¿Estás bien? —preguntó Kakashi, mirando a Iruka con preocupación.
—Sí, estoy bien —respondió Iruka, aunque su voz temblaba un poco—. Pero el compañero…
Kakashi se volvió hacia el ninja atrapado, quien estaba consciente pero visiblemente herido.
—¿Puedes levantarte? —preguntó Kakashi, inclinándose hacia él.
El joven asintió, aunque le costaba mantenerse en pie. Kakashi y Guy lo ayudaron a levantarse y asegurarse de que pudiera caminar.
—Tenemos que regresar a la aldea —dijo Kakashi, mirando a Iruka—. No podemos quedarnos aquí.
Iruka asintió, sintiéndose aliviado de que habían logrado salvar a su compañero, pero todavía preocupado por el peligro inminente.
Mientras el grupo comenzaba su camino de regreso, la sombra de la amenaza seguía presente en sus mentes. Aunque habían ganado una batalla, la guerra estaba lejos de terminar.
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