Cap. 35

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El amanecer llegó a Konoha con un cielo despejado, pero la calma solo era una ilusión. Cada ninja estaba enfocado en su entrenamiento y preparación, sabiendo que la amenaza de Akatsuki y Orochimaru era inminente.

Iruka, después de una noche de planificación, se dirigió a la academia con determinación.

Cuando llegó, encontró a Naruto, Sakura y Sasuke esperando en la entrada, todos listos para comenzar el día.

—¡Buenos días, chicos! —saludó Iruka, intentando mantener el ánimo.

—¡Buenos días, Iruka-sensei! —respondieron al unísono, con energía.

—Hoy comenzaremos a practicar tácticas de equipo. Es importante que sepan cómo trabajar juntos en situaciones difíciles —dijo Iruka, llevándolos hacia el campo de entrenamiento.

Mientras tanto, en una parte más oscura de la aldea, un grupo de sombras se reunía en un lugar aislado. Orochimaru observaba a sus seguidores, un brillo malicioso en sus ojos.

—El momento de actuar se acerca —declaró, su voz suave pero llena de poder—. La destrucción de Konoha es inminente.

Uno de sus seguidores, un ninja de cabellos oscuros y mirada fría, se adelantó.

—¿Cuál es nuestro papel en esto? —preguntó, su voz suave como un susurro.

—Primero, necesitamos infiltrarnos en sus filas. Deberemos dividir a sus defensores. Konoha ha confiado demasiado en sus lazos; eso será su mayor debilidad —respondió Orochimaru, sonriendo con malicia.

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De vuelta en la academia, Iruka dirigía el entrenamiento. Cada equipo practicaba sus tácticas y habilidades. Naruto, con su habitual energía, animaba a sus compañeros.

—¡Vamos! ¡Podemos hacerlo! —gritó Naruto, motivando a todos mientras realizaban una serie de ejercicios de combate.

Sakura se centraba en mejorar sus habilidades médicas, y Sasuke, concentrado, practicaba técnicas de jutsu que podrían ser útiles en batalla.

—Recuerden, la clave es la comunicación —dijo Iruka, observando con atención—. Si uno de ustedes cae, el otro debe estar listo para ayudar.

La práctica continuó, y a medida que avanzaba el día, Iruka sintió una mezcla de orgullo y ansiedad por sus estudiantes.

Sabía que estaban aprendiendo y creciendo, pero la incertidumbre de lo que venía pesaba en su corazón.

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Mientras tanto, Kakashi estaba en una reunión con Jiraiya y los demás jounin en la sede de la aldea, discutiendo los últimos detalles de su plan de defensa.

—Necesitamos establecer patrullas en las fronteras de Konoha y mantener vigilancia constante —explicó Jiraiya—. La última información indica que Orochimaru podría intentar un ataque sorpresa.

—Estaremos listos —respondió Asuma, fumando un cigarrillo mientras miraba a los demás—. Pero no subestimemos a Akatsuki. Ellos son astutos y no dudarán en usar cualquier táctica para lograr sus objetivos.

Kurenai asintió, su expresión seria.

—Deberíamos considerar también el entrenamiento de los estudiantes. Necesitan saber cómo defenderse en caso de un ataque.

Kakashi, que había estado en silencio, levantó la vista.

—Iruka está al tanto de eso. Está entrenando a los genin y asegurándose de que tengan una buena base en trabajo en equipo. Pero necesitamos estar preparados para lo peor.

Jiraiya frunció el ceño.

—No se puede permitir que la aldea caiga. La historia de Konoha está en juego, y debemos proteger lo que hemos construido.

Con la resolución en el aire, los jounin comenzaron a hacer los últimos ajustes a su plan. Sabían que el tiempo estaba en su contra.

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Esa noche, Iruka se encontró nuevamente con Kakashi en el puesto de ramen. La tensión en la aldea era palpable, y ambos necesitaban un momento de tranquilidad.

—¿Cómo va el entrenamiento? —preguntó Kakashi, tomando un sorbo de su tazón.

—Los chicos están mejorando. Pero la verdad es que todos sienten la presión —respondió Iruka, su voz reflejando su preocupación.

—Es normal. El miedo puede ser un motivador poderoso —dijo Kakashi, tratando de consolarlo—. Solo necesitan saber que tienen a alguien en quien confiar.

Iruka asintió, sintiéndose agradecido por el apoyo de Kakashi.

—Sí, pero a veces siento que no estoy haciendo lo suficiente. Quiero protegerlos, pero no estoy seguro de si eso será suficiente —confesó Iruka, su voz temblorosa.

Kakashi lo miró con seriedad.

—Tienes que confiar en ellos. Has sido un gran maestro, y ellos lo saben. Lo que necesitan no es solo poder, sino la confianza en que pueden luchar juntos. Eso es lo que los mantendrá a salvo.

Ambos ninjas continuaron hablando, compartiendo sus pensamientos y preocupaciones mientras la noche caía. A pesar del peligro que se cernía sobre ellos, encontraban consuelo en su conexión.

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Mientras tanto, en la oscuridad, las sombras se movían. Orochimaru y sus seguidores se preparaban para dar el siguiente paso en su plan, y el tiempo se acortaba para Konoha.

La lucha que se avecinaba sería feroz, y todos estaban a punto de enfrentar sus miedos más profundos.

La lucha que se avecinaba sería feroz, y todos estaban a punto de enfrentar sus miedos más profundos

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ᴀᴛʀᴀᴘᴀᴅᴏ ᴊᴜɴᴛᴏ ᴀ ᴇʟ (ᴋᴀᴋᴀɪʀᴜ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora