Cap. 39

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*Tiempo despues*

La aldea estaba en silencio, un silencio que nunca antes había experimentado.

Las calles desiertas, los edificios derrumbados, y el polvo suspendido en el aire narraban la historia de una batalla que lo había cambiado todo.

Iruka caminaba por los escombros, su mirada fija en lo que quedaba de la academia donde había enseñado durante tantos años.

Se detuvo un momento y respiró profundamente. Era desolador ver la destrucción de un lugar que una vez había estado lleno de vida, risas y energía juvenil. Pero, a pesar de todo, había esperanza.

El sonido de martillos y voces lejanas comenzó a llenar el aire mientras los aldeanos se reunían para comenzar la reconstrucción. La aldea de Konoha siempre había sido resiliente, y ahora no sería diferente.

Las manos que alguna vez lanzaron kunai ahora sostenían herramientas, los mismos shinobis que protegieron la aldea en la batalla ahora trabajaban hombro a hombro para levantarla nuevamente.

Iruka se unió a ellos, recogiendo los escombros de la academia, cada piedra que apartaba le recordaba a los estudiantes que habían pasado por allí, las clases, las sonrisas, los sueños que nacieron en ese lugar.

Al principio, el trabajo era pesado, no solo físicamente, sino también emocionalmente. Pero había algo curativo en el acto de reconstruir, en saber que, aunque todo había sido destruido, la comunidad seguía en pie, trabajando juntos para recuperar lo que se había perdido.

—No es fácil ver todo así, ¿verdad? —La voz de Kakashi lo sacó de sus pensamientos.

Iruka lo miró. Kakashi estaba a su lado, con su máscara habitual y su apariencia despreocupada, pero sus ojos contaban una historia diferente.

Eran ojos cansados, de alguien que había visto demasiado, pero que, aun así, seguía adelante.

—No, no lo es —respondió Iruka, agachándose para recoger otro fragmento de lo que alguna vez fue una pared—. Pero, al menos estamos aquí. Eso es lo que importa.

Kakashi asintió y comenzó a trabajar junto a él en silencio. Por momentos, ninguno de los dos habló, pero no era necesario.

Había una comprensión silenciosa entre ellos, una cercanía que no necesitaba ser expresada con palabras.

A medida que el día avanzaba, el paisaje de destrucción poco a poco comenzó a cambiar.

Los cimientos de algunos edificios ya estaban siendo colocados, y la gente comenzaba a sonreír más, aunque las cicatrices de la batalla seguían presentes.

Iruka sentía que, de alguna manera, con cada ladrillo que colocaban, también estaban reconstruyendo sus propios corazones.

Las pérdidas habían sido grandes, pero juntos encontrarían una manera de seguir adelante.

—A veces me pregunto si realmente lograremos que todo vuelva a ser como antes —murmuró Iruka, casi para sí mismo.

Kakashi se detuvo y lo miró. Su única respuesta fue una sonrisa leve, apenas perceptible bajo su máscara.

—Tal vez no vuelva a ser como antes —dijo—. Pero tal vez no tiene que serlo. Lo importante es lo que construiremos a partir de ahora.

Las palabras de Kakashi resonaron en Iruka, y por primera vez en días, sintió una ligera paz. La reconstrucción no era solo de la aldea.

Era de ellos, de sus vidas, de todo lo que habían vivido y perdido. El futuro era incierto, pero estaban juntos en esto.

Al caer la tarde, cuando los aldeanos comenzaron a retirarse para descansar, Iruka y Kakashi permanecieron unos momentos más, observando el trabajo que se había logrado en un solo día.

A su alrededor, las luces de las casas parpadeaban, y las risas tímidas de los niños llenaban el aire. La aldea no estaba completamente restaurada, pero ese pequeño destello de vida era suficiente para mantener la esperanza viva.

—Gracias por estar aquí —dijo Iruka en voz baja, sabiendo que Kakashi entendería que no solo se refería a la reconstrucción de la aldea.

Kakashi miró a Iruka de reojo, y por un segundo, sus ojos parecieron sonreír. Sin decir una palabra, ambos se giraron y comenzaron a caminar juntos hacia el crepúsculo que caía sobre Konoha.

 Sin decir una palabra, ambos se giraron y comenzaron a caminar juntos hacia el crepúsculo que caía sobre Konoha

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ᴀᴛʀᴀᴘᴀᴅᴏ ᴊᴜɴᴛᴏ ᴀ ᴇʟ (ᴋᴀᴋᴀɪʀᴜ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora