ᴀᴛʀᴀᴘᴀᴅᴏ ᴊᴜɴᴛᴏ ᴀ ᴇʟ (ᴋᴀᴋᴀɪʀᴜ)

Cap. 37

El caos continuó desatándose en Konoha, cada rincón de la aldea temblaba bajo el peso de la batalla. Iruka y Naruto luchaban codo a codo, el sonido de sus técnicas resonando mientras se enfrentaban a los ninjas de Orochimaru.

—¡Jutsu clones de sombras! —gritó Naruto, creando múltiples clones que se lanzaron hacia el enemigo, distrayéndolos y dándoles a Iruka la oportunidad de atacar.

—¡Elemento viento: Gran ruptura! —exclamó, desatando un poderoso viento que empujó a varios adversarios hacia atrás.

Iruka observó cómo Naruto brillaba en la batalla. La determinación en sus ojos, el fuego de su espíritu lo llenó de orgullo y nostalgia.

En medio de la lucha, recordaba cuando Naruto era solo un niño inexperto, lleno de dudas, y ahora era un ninja decidido a proteger su hogar.

Kakashi, a la distancia, luchaba junto a Kurenai y Asuma, manteniendo la línea contra las oleadas de enemigos que venían de todas partes.

—¡No podemos permitir que se acerquen más! —gritó Kakashi, utilizando su Sharingan para anticipar los movimientos de los atacantes.

Un grito resonó en el aire, y Kakashi se dio la vuelta para ver a Iruka y Naruto en medio de la pelea, luchando valientemente.

—¡Iruka, ten cuidado! —gritó Kakashi, pero su voz se perdió entre el estruendo de la batalla.

De repente, un enemigo logró flanquear a Iruka. Sin pensarlo dos veces, Naruto se lanzó hacia adelante, bloqueando el ataque con su cuerpo.

—¡No! —gritó Iruka, su corazón latiendo con fuerza.

Pero el impacto fue absorbido por la energía de Naruto. Se levantó rápidamente, su determinación inquebrantable.

—¡No me subestimes! ¡Soy un ninja de Konoha! —declaró, su voz resonando con fuerza.

Las palabras de Naruto provocaron un eco en los corazones de todos los que luchaban. La lucha se intensificó, y los ninjas de Konoha comenzaron a ganar terreno.

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Mientras tanto, Kakashi y sus compañeros luchaban contra la creciente amenaza. En un instante, se dieron cuenta de que Orochimaru había hecho su aparición.

—¡Es hora de que enfrentemos a la serpiente! —dijo Kakashi, ajustándose el protector de su cabeza.

Orochimaru, con su característico aire de confianza, sonrió siniestramente.

—¿Realmente creen que pueden detenerme? —preguntó, su voz fría como el hielo.

La tensión era palpable. Las fuerzas de Konoha se reagruparon, y el espíritu de lucha los unió.

—¡No estás solo aquí, Orochimaru! —declaró Kakashi—. Hoy, Konoha no caerá.

Con un movimiento rápido, Kakashi utilizó su técnica de traslado instantáneo, apareciendo justo frente a Orochimaru y desatando un poderoso ataque.

—¡Raikiri! —gritó, la energía de su jutsu brillando intensamente.

Orochimaru se movió rápidamente, pero no lo suficiente. El ataque lo alcanzó de lleno, haciendo que retrocediera. La batalla se intensificó, y cada ninja luchó con todo lo que tenía.

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Iruka, aún junto a Naruto, se dio cuenta de que el poder del trabajo en equipo estaba cambiando el rumbo de la batalla. Con determinación, se unió a su lado.

—¡Hagámoslo juntos! —dijo Iruka, mientras se preparaba para lanzar su técnica.

—¡Sí! ¡Rasengan! —gritó Naruto, combinado con la habilidad de su maestro.