Peter era un héroe que no le tenía miedo a nada ni a nadie, pero....había un problema, y si,si tenía miedo, miedo de invitar a salir a una chica y ser rechazado cruelmente.
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Era sábado por la tarde y Peter, Ned y Amélie habían decidido ir al cine. Peter había organizado la salida para despejarse un poco y pasar un buen rato con su mejor amigo y su novia. Mientras caminaban hacia el cine, Peter no podía evitar sentirse emocionado por lo que sería una noche relajada, lejos de los problemas de ser Spider-Man.
—Espero que hayan elegido una buena película —bromeó Amélie, caminando entre Peter y Ned mientras miraba el cartel de las películas en cartelera.
—¡Claro que sí! —respondió Ned entusiasmado—. He estado esperando ver esta desde hace semanas. No te vas a arrepentir.
—Eso espero —respondió ella con una sonrisa juguetona, lanzando una mirada a Peter.
Entraron al cine y, después de comprar las entradas, se dirigieron al puesto de comida para abastecerse de palomitas, refrescos y dulces. Mientras Ned cargaba con una enorme cubeta de palomitas, Peter pagaba la comida y sonreía a Amélie, quien lo miraba divertida.
—Gracias, caballero —dijo ella, dándole un beso rápido en la mejilla, lo que hizo que Peter se sonrojara ligeramente.
Ned, que no se perdía ni un solo detalle, los miró con una ceja levantada.
—Ustedes dos son demasiado lindos juntos, ¿lo saben? —comentó Ned, mientras caminaban hacia la sala de cine.
Amélie se rió suavemente mientras entrelazaba su brazo con el de Peter.
—Es parte del trato, ¿no? —respondió ella en tono bromista.
Ya dentro de la sala, se acomodaron en sus asientos. Peter estaba en el medio, con Amélie a un lado y Ned al otro. La película comenzó, pero Peter tenía la mente en otro lado. Aunque el filme era entretenido, no podía evitar estar al tanto de Amélie. Sentía su mano en su pierna, apoyada casualmente, y su cercanía lo ponía nervioso pero de una manera agradable. Por su parte, Ned estaba completamente inmerso en la película, comentando en voz baja algunas escenas.
A medida que la película avanzaba, Amélie se recostó en el hombro de Peter, lo que hizo que su corazón latiera más rápido. Él le pasó un brazo alrededor de los hombros, sintiéndose más cómodo y disfrutando del momento. Los murmullos de Ned sobre la trama se hicieron menos frecuentes mientras él también se concentraba en la película.
Al salir de la sala después de la función, Ned seguía hablando emocionado sobre las escenas de acción.
—¡Esa fue épica! No puedo creer lo bien que estuvo la película. Definitivamente es de las mejores que he visto este año.
Peter y Amélie sonrieron ante el entusiasmo de Ned. Aunque a ellos también les había gustado, lo mejor de la noche no había sido la película, sino el hecho de haberla compartido juntos.
—Me alegra que la hayas disfrutado tanto —dijo Peter mientras salían del cine y caminaban hacia la calle.
Amélie tomó la mano de Peter y le dio un pequeño apretón, sonriendo dulcemente. Aunque el día había sido simple, había algo especial en esa salida.
