Peter era un héroe que no le tenía miedo a nada ni a nadie, pero....había un problema, y si,si tenía miedo, miedo de invitar a salir a una chica y ser rechazado cruelmente.
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Era una tarde soleada en la Universidad de Nueva York. Peter Parker, con su mochila llena de libros, se sentaba en un rincón del campus, rodeado de árboles y un par de estudiantes que charlaban y reían. Sus ojos se posaron en Amélie, una chica popular con cabello largo y rizado, que hablaba animadamente con sus amigos. Era difícil no notar su sonrisa brillante y la forma en que iluminaba la habitación. Peter sintió un cosquilleo en su estómago.
Desde que comenzaron el semestre, había intentado encontrar el valor para hablar con ella, pero siempre terminaba dejándolo para mañana. Era una chica increíble, y él, bueno, era solo el chico nerd que hacía experimentos en su tiempo libre y luchaba contra villanos como Spider-Man. ¿Cómo podría tener una conversación normal con alguien como ella?
—¡Vamos, Peter! Solo tienes que acercarte y decirle algo —murmuró para sí mismo mientras se pasaba una mano por el cabello desordenado.
Tomó un profundo respiro y se puso de pie. Se imaginó a sí mismo caminando hacia ella, diciendo algo ingenioso y luego invitándola a salir. Pero la imagen se desvaneció rápidamente, reemplazada por pensamientos negativos.
—¿Y si se ríe de mí? ¿O le dice a sus amigos que me aleje? —dijo, apretando los puños.
Mientras reflexionaba, un grupo de estudiantes pasó junto a él, riendo y lanzando miradas hacia la mesa de Amélie. Esa era otra de sus dudas: ¿cómo podría competir con esos chicos tan seguros de sí mismos? Al final del día, lo único que tenía era su amor por la ciencia y una vida secreta como superhéroe.
De repente, su amigo Ned apareció, sacudiendo la cabeza mientras se acercaba.
—Oye, Peter, ¿qué haces aquí sentado solo? —preguntó, notando la mirada perdida de su amigo.
—Solo... observando a Amélie —respondió Peter, señalando con la cabeza a la chica popular.
Ned frunció el ceño, cruzando los brazos.
—¿Aún no has hablado con ella? ¡Tienes que hacerlo! No puedes quedarte aquí toda la tarde, es una oportunidad. ¿Qué tal si la invitas a una película?
Peter suspiró. —Lo sé, pero... ella es tan popular. ¿Y si no le gusto?
Ned puso una mano en su hombro. —Escucha, no eres solo un nerd. Eres Spider-Man, y tienes un montón de cosas interesantes que contar. Solo sé tú mismo.
Peter asintió, sintiendo un pequeño empujón de confianza. Pero justo cuando estaba a punto de levantarse, vio a Amélie reírse de algo que decía uno de sus amigos. Su corazón se hundió un poco.
—Además, ¿y si ella tiene pareja? —se preguntó, rascándose la cabeza.
—No lo sabrás si no le preguntas —respondió Ned, con una sonrisa alentadora. —Mira, ¿qué tal si lo haces más fácil? Solo dile que te gustaría estudiar juntos o que te gustaría que te ayudara con algo de clase.
