La noche había caído sobre Konoha, y la aldea estaba envuelta en un silencio que contrastaba con la tormenta interna que sacudía el corazón de Sasuke Uchiha. Después de la pelea en la azotea, su mente no había dejado de girar alrededor de un solo pensamiento: la abrumadora superioridad de Naruto.
Se encontraba sentado en el borde de su cama, en su habitación oscura, con la única luz proveniente de la luna que se filtraba débilmente por la ventana. Su mirada estaba perdida, fija en el suelo, mientras sus pensamientos se sumergían cada vez más en la oscuridad de su frustración.
"Naruto... ¿Cómo es que él...?"
El recuerdo del tanque destrozado seguía fresco en su mente, como un fantasma que lo atormentaba una y otra vez. La imagen del Rasengan de Naruto perforando el metal y dejando el tanque completamente destruido lo asfixiaba. A pesar de todo su esfuerzo, a pesar de la fuerza de su Chidori, había quedado claro que Naruto lo había superado. La amargura y la rabia comenzaban a crecer en su interior como un veneno.
"No puede ser," murmuró, con los puños apretados. "Yo soy un Uchiha... no puedo quedarme atrás."
La Marca de la Maldición en su cuello palpitaba con una extraña intensidad, como si respondiera a la oscuridad de sus pensamientos. Era un recordatorio constante del poder que había aceptado, del camino que había tomado para volverse más fuerte, y sin embargo, no era suficiente. Naruto estaba avanzando, dejando a Sasuke atrás, y eso era algo que no podía soportar.
"No puedo perder... no puedo quedarme atrás," repitió, susurrando para sí mismo, mientras las sombras de la habitación parecían envolverlo.
A la mañana siguiente, Sasuke salió de su casa temprano, con los ojos oscuros por la falta de sueño. Había pasado la noche entera pensando en su pelea con Naruto, en la distancia creciente entre ellos, y en cómo eso solo lo hacía sentir más impotente. A medida que caminaba por las calles de Konoha, podía sentir las miradas de los aldeanos, pero las ignoraba por completo.
"No importa lo que piensen... lo único que importa es el poder," pensaba, mientras avanzaba con pasos decididos.
Al pasar cerca del campo de entrenamiento, Sakura lo vio desde lejos y se acercó corriendo, preocupada por su estado mental. Había notado cómo Sasuke se había vuelto cada vez más frío y distante, pero después de lo que sucedió en la azotea, estaba más preocupada que nunca.
"¡Sasuke-kun!" llamó Sakura, alcanzándolo. "¡Por favor, espera! Quiero hablar contigo."
Sasuke la miró con indiferencia. "No tengo tiempo para hablar."
"¡Espera!" insistió Sakura, colocándose frente a él para bloquear su camino. "Sé que estás molesto por lo que pasó, pero Naruto no lo hizo con mala intención. Todos estamos entrenando y mejorando, incluido tú. No deberías dejar que esto te afecte tanto."
Sasuke apretó los dientes, con la mirada dura. "¿No lo entiendes, Sakura? Esto no se trata solo de mejorar. Se trata de ser el más fuerte. Si no soy el más fuerte, no podré cumplir mi objetivo. Y ahora... Naruto se está alejando. Me está dejando atrás."
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Naruto: El Shinobi Maldito
Fanfiction"Seré el más fuerte", se prometía a sí mismo, casi como un mantra. No porque deseara poder, sino porque necesitaba una razón para seguir. Para Ryomen Sukuna, la humanidad había sido un error que merecía ser destruido. Pero Naruto... Naruto no sabía...