Capitulo cuarenta y cuarto: Niños a bordó

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Capitulo cuarenta y cuarto: Niños a bordó.
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Ace y Sabo, los gemelos entusiastas, llamaron a su hermana mayor Robin. Su voz estaba cargada de emoción.

—¡Ven a jugar con nosotros! — pidió Ace. Sabo se unió a su hermano, igualmente lleno de entusiasmo.

Robin se encontró cerca, escuchando a los gemelos con una sonrisa en el rostro. Ella amaba a estos niños con todo su corazón, agradecía haber sido adoptada por Dragon.

Robin se levantó de su asiento, dejando a un lado el libro que había estado leyendo. Su sonrisa se ensanchó mientras se acercaba a sus hermanos menores.  

—Voy, voy — respondió alegremente.  

Sabo, lleno de entusiasmo, se apresuró a explicarse.

—¡Vamos a jugar a los tatuajes! —.  
R

obin levantó una ceja, un poco intrigada y curiosa:  

—¿Tatuajes?"

Ace, entusiasmado, levantó un fibrón permanente con orgullo, mostrando el objeto a su hermana mayor. Aún con sus tres años de edad, la emoción en él era palpable. Con voz llena de entusiasmo, explicó su plan:  

—¡Con este!  — dice mostrando el plumón.

Los tres niños se colocaron en la entrada del cuarto de su padre, quien se encontraba profundamente dormido. El silencio reinaba en el ambiente, a excepción del suave ruido de la respiración del padre. Ace, con una sonrisa traviesa en el rostro, rompió El silencio señaló a su padre con el fibrón y murmuró

—En su cara.

Los niños, llenos de entusiasmo y alegría, comenzaron a dibujar en el rostro de su padre, usando su cara como si fuera una hoja de papel en blanco.

Las risas llenaban el cuarto mientras ellos continuaban con su travesura sin darse cuenta del sueño del padre.

El fibrón permanente era usado con libertad, creando una obra de arte poco convencional en las facciones del hombre dormido. Las manchas de tinta empezaban a cubrir el rostro de Roger mientras los niños se reían y disfrutaban de su divertida actividad.

El sonido de la puerta abriéndose resonó por el cuarto, sobresaltando a los tres niños y haciendo que soltaran los fibrones de forma apresurada cerca de la cama.

Suspirando con alivio, intentaron ocultar lo que estaban haciendo, pero era demasiado tarde. Roger comenzaba a despertarse debido al ruido, y justo en ese momento, Ace tuvo un episodio de narcolepsia.

El fruto de lo prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora