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Capitulo veintiocho: buscándola y "mamá"
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Sengoku y Tsuru estaban preocupados por el estado mental de Garp, su amigo y colega de toda la vida. Sabían que el hecho de que su hija, Dragon, hubiera renunciado a la Marina y se hubiera ido sin avisar debía ser un duro golpe para él. Así que, decidieron ir a visitarlo para mostrarle su apoyo y ver cómo estaba.
Ambos llegaron a la puerta de la oficina de Garp y Sengoku llamó a la puerta con firmeza. Esperaron unos momentos, sabiendo que su amigo probablemente estaría en su oficina, pero tal vez se encontraría de mal humor por los acontecimientos recientes.
Al entrar en la oficina de Garp, Sengoku y Tsuru se detuvieron en seco, abrumados por el enorme muro de fotografías que cubría las paredes. Era como si el propio Garp hubiera convertido su oficina en un tablón de detectives, con fotos y notas de algún caso que estuviera tratando de resolver.
Al ver a Sengoku y Tsuru, Garp se animó y se volvió hacia ellos, con entusiasmo.
—¡Llegaron justo a tiempo! Necesito su ayuda para averiguar por qué Dragón dejó la Marina — exclamó, señalando su enorme tablero lleno de fotos y notas.
— vaya, si sabes escribir — Murmuró Sengoku. Tsuru le dio un codazo en las costillas.
— al menos él se corta el cabello.
— ¡Dijiste que te gustaba como lo tenía! — Replicó Sengoku con un toque de indignación en su voz.
Garp escuchó el pequeño intercambio entre Sengoku y Tsuru y se volvió hacia ellos, cruzando los brazos con un gesto molesto.
—¡Ey, oigan! ¡Estoy justo aquí! — exclamó Garp.
Garp sacudió ligeramente la cabeza, aún con un gesto de irritación en su rostro.
—¡Y claro que sé escribir! Y, además, todavía tengo un maravilloso cabello a diferencia de cierta persona — dijo, apuntando a Sengoku con una sonrisa engreída.
Sengoku enarcó una ceja y no pudo evitar sonreír ante la provocación de Garp. Él sabía que Garp disfrutaba sacarlo de sus casillas a veces, pero tampoco le importaba mucho.
— Ya, claro. Tu cabello es tan maravillosamente despeinado que da miedo.
— si pero aún así me veo mejor que tu..— Dice Garp para molestar más a su amigo Tsuru quién observaba todo se ríe un poco divertida por la situación
Tsuru no pudo contener una sonrisa al ver cómo Garp provocaba a Sengoku, quien intentó mantener una expresión seria pero falló miserablemente.
—Ciertamente, tienes tu propio encanto particular — respondió Sengoku, con un toque de sarcasmo —Pero no creo que seas irresistible, Garp. —
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El fruto de lo prohibido
DiversosGarp, el héroe, ocultaba bastantes cosas al mundo, entre ellos su viejo romance con Edward Newgate mejor conocido actualmente como Barba blanca, el yonko y el hombre más fuerte del mundo y el más oscuro secreto de que su linda hija es hija de ese cr...