capitulo diecisiete:Cita y celos

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Capitulo diecisiete:Cita y celos
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Ambos habían decidido ir a una playa después del incidente con el toro.

Dragon ahora se encontraba tratando de quitarle a Roger un pulpo que se le pegó en la cabeza.

"¿Quitarle un pulpo a tu cita es normal?" Era lo único que podía pensar, la joven Roger. Parecía bastante divertido por la situación, Dragon algo preocupada de que sea una venenosa, y los espías se aguantaban la risa.

Rayleigh sentía pena por la joven y vergüenza de su capitán y ya en serio, ¡¿cómo carajos llegó el pulpo a su cabeza?! 

—Ya... ¿Roger, cómo ese pulpo llegó a tu cabeza? ¿Nadaste muy al fondo? — pregunta Confundida Roger, que le quita despacio al pulpo.

—No me metí tan, tan al fondo, tampoco me di cuenta de que este amiguito me había atrapado. ¡Qué gracioso! ¡Ja, ja, ja! — Al mayor le resultaba muy gracioso, casi todo parece. Dragón negó con la cabeza, sonriendo: "Este tipo era todo un personaje", pensó la joven — y bien que tal si comemos, Takoyaki —el pulpo tembló.

—¡Es una gran idea, por ella hay un puesto de Takoyakis! — El pulpo agradeció no ser comido hoy — y le damos al pulpo para que lo cocine. —El pulpo ahora se quedó en shock del susto.

—Es joda, te salvaste por hoy — Dragon toma al pulpo y lo regresa al mar — ¡Te cuidas! 

Roger ve con hambre en la dirección del puesto de Takoyakis y sin pensarlo mucho tomó de la mano a Dragon quien al sentir el contacto con la mano del otro se sonrojó mucho, se dejó llevar por el mayor Feliz de tomar su mano.

Al llegar el dueño de la tienda vio a un hombre que le resultaba haber visto antes, pero reconoció al instante a su acompañante era nadie más que Dragon ella siempre veía cuando visitaba la isla o en sus vacaciones aunque normalmente ella venía con su padre, hermanos o con sus amigos este tipo era alguien nuevo que recuerda haber visto de algún lugar, pero no lo recuerda.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el recién llegado Roger.

—¡Hola, quisiera todos sus Takoyakis! 

—Eh… ¿Todos? — pregunta sorprendido el hombre.

—¡Sí! Como puedo ver, estoy con una hermosa dama y nos gustaría comer todo. — Dragon se sonrojó más que antes y el hombre del puesto se sorprendió. Conocía hace mucho a Dragon desde que una bebé cuando Garp la traía y jamás, pero jamás la vio así, parecía un tomate maduro.

El fruto de lo prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora