JIMIN:
—Bonita foto familiar—Taehyung miraba un ejemplar de la revista que nos había hecho una sesión la semana pasada, para saber el secreto del éxito del señor Park.
Rodé los ojos y di un pequeñísimo sorbo al vaso de agua, esperando que mi maquillaje no se arruinara.
Me coloqué a su lado y me apoyé en la barra de nuestra cocina para observar la foto.
No podía negar que era lindo, pero en definitiva detestaba tener que cuidarme siempre las espaldas de los reporteros como si fuesen abejas buscando la miel.
Era terriblemente molesto.
Ahora entendía a la perfección porqué papá los odiaba tanto y solo podía concordar con él. Mis padres se habían enterado de que tenía novio incluso antes de que yo se los dijera y todo porque un reportero nos había captado besándonos en un restaurante.
Eso había sido cinco años atrás y papá todavía me reprendía por no decírselo primero.
—Lo es, pero ya estoy harto de tantas sesiones y reportajes—dije alisando arrugas inexistentes en mi traje para distraerme.
—Es tan cansado ser famoso—se burló Taehyung, al tiempo que yo le acomodaba el tirante oscuro sobre su hombro.
—¿Qué están haciendo aquí todavía? —mi padre apareció en la estancia de pronto, vestido con un traje negro que se ceñía a su cuerpo perfectamente, alto y elegante.
Mi amigo tenía razón: era tremendamente atractivo.
—Taehyung—asintió a modo de reconocimiento y él sonrió nervioso, con sus mejillas pintándose de rojo inmediatamente, como todo un idiota. Se acercó a mí y depositó un beso en mi coronilla—. Te ves hermoso. Ambos.
—Gracias—respondió apresuradamente mi amigo, jugando con sus manos.
—Deberían estar en el salón, los invitados no tardarán en llegar.
—De acuerdo—asentí—. Pero no estaremos mucho tiempo, recuerda que te comenté que después iríamos a una fiesta.
Él enarcó las cejas.
—Dile a ese muchacho que te quiero en casa temprano, Jimin—me advirtió en ese tono autoritario que no dejaba lugar a discusión—. Y no mucho alcohol, sabes lo que pasa cuando...
—Sí, sí. Lo prometo—dije levantando la voz.
—Bien. ¿Has visto a tu madre? —negué y él puso los ojos en blanco, algo que hacía mucho cuando algo estaba relacionado con mamá—. Siempre hace lo mismo, siempre desaparece.
Se despidió con otra inclinación y se dirigió al salón.
Taehyung soltó un largo suspiro.
—Dijo que me veía hermoso—se colocó una mano sobre el pecho, ensimismado—. Prepárate para decirme La madrastra tra tra tra....
Le di un golpe en el hombro.
—Prepárate para la decepción—bufé—. Es más probable que el mundo se acabe mañana a que papá se fije en alguien que no sea mi madre.
—Estás arruinando todos mis sueños, Jimin—dijo mi amigo con indignación y yo sacudí la cabeza, empezando a caminar para llegar al salón.
Entre más rápido termináramos con esto, mejor.
...
Cuando llegamos al salón, el lugar estaba lleno de personas ataviadas en sus mejores trajes. Las mujeres estaban envueltas en vestidos que parecían demasiado caros incluso para usarlos y los hombres lucían sobrios y formales.
Hasta cierto punto, estas fiestas me divertían, porque desde pequeño había desarrollado ese juego mental de contar cuántas sonrisas eran reales y cuántas eran falsas. Con el tiempo, había aprendido a diferenciarlas a la perfección, y sabía que la mayoría eran una farsa.
Me parecía gracioso cómo todos se esmeraban por lamerse el culo unos a otros, y más a mi padre. Al parecer, ser dueño de una empresa que seguía creciendo cada día más tenía sus beneficios, entre ellos, no tener que ir tras nadie.
Taehyung se mantuvo a mi lado la mayor parte del tiempo, principalmente porque así podía estar cerca de mi hermano, quien no le prestaba mucha atención, pues toda su concentración estaba en Chaewon, su novia.
Después de un rato sin que Eunwoo apareciera, me acerqué a mis padres para hacerles saber que me iría con Taehyung a otro lugar.
Me coloqué a su lado, pero estaban demasiado ocupados charlando con personas que no conocía de nada, pero que me saludaban y alababan como si fuera la personificación de Afrodita en la Tierra.
Mi madre se reía constantemente y mi padre la reprendía por los comentarios tan imprudentes que él tanto adoraba hacer y que la mayor parte del tiempo, terminaban en carcajadas.
Admiraba que mi madre no necesitaba que alguien más la halagara o la reconociera, porque había sido él quien se había construido un camino y conocía su verdadera valía; decía lo que pensaba sin más y se pasaba por el Arco del Triunfo todos los comentarios falsos de los otros y, sobre todo, los regaños de mi padre.
Oh, esos más que nada.
Entre tantas risas forzadas y argumentos ensayados de empresarios que buscaban una alianza con las empresas Park, estaba desesperándome, así que le hice una seña a papá para informarle que mi tiempo ahí se había terminado. Estaba por responderme—o reprenderme— cuando alguien lo interrumpió.
—Park—saludó un hombre a su espalda y todos fijamos la vista en él automáticamente.
La sonrisa de mis padres desapareció al instante y fue reemplazada por un semblante impasible.
—Gong-Yoo—reconoció mi padre y después fijó sus ojos en la alta y delgada mujer, de porte altivo y expresión férrea—. Ye-Ji Seo.
A su lado estaba Jungkook, quien me miraba fijamente y me sentí más que incómodo, porque parecía estarme escrutando, como si quiera llegar a lo más profundo de mí.
Lo miré de vuelta por un momento, sólo para apreciarlo en traje y tuve que reconocer que se veía bien.
Jodidamente demasiado bien.
Era todo ángulos y líneas duras, y el traje se ceñía a la perfección a su trabajado cuerpo.
Desvié mi atención y me centré en nada en particular, sólo para no parecer demasiado interesado.
—Pensé que ya no tendríamos la dicha de verlos—dijo mi madre con sarcasmo y Ye-Ji bufó.
—Hay muchas cosas desagradables que no se pueden evitar—respondió y me miró entonces. No, corrección, me escaneó de pies a cabeza con expresión agria, como si verme fuera el mayor de los insultos.
—En eso estamos de acuerdo—volvió a decir mamá y caí en cuenta de que Jungkook, su hijo, compartía con él muchos rasgos; entre ellos, los profundos ojos y su piel nívea, ligeramente bronceada.
El hombre carraspeó.
—Park, necesito discutir algunas cosas contigo.
Mi padre asintió y se alejaron de la sala.
Mi madre y la mujer se miraron con recelo por segundos que parecieron años y la atmósfera se sintió cada vez más cargada.
No tenía ni la más remota idea de qué era lo que había sucedido entre ellos, ni tampoco tenía esperanzas de que mis padres me lo contaran alguna vez, porque siempre cambiaban de tema cuando a Yeonjung o a mí se nos ocurría preguntar, así que simplemente asumimos que no se agradaban solo porque sí.
Me rasqué el cráneo, nervioso y me despedí con una rápida inclinación.
Podía sentir los ojos de Jungkook pegados en mi culo, pero lo ignoré, porque él ya me desconcertaba lo suficiente.
Su imagen imponente y elegante se quedó impresa en lo más profundo de mi mente, incluso aunque quise apartarla llenándola con un millón de cosas banales.
Permaneció anclada a mí cabeza durante esa noche y mil más.
...
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MI PERFECT☯ ERR☯R
FanficQue harías si, tu vida perfecta se ve "arruinada" por un minúsculo "error" Lo que pasa en las Vegas, se queda en la Vegas... Cierto? Y si no...