capítulo 34: Realidad.

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La gravedad no era parte de aquel vacio infinito dónde la oscuridad reinaba, su cuerpo se inundaba en una intensa pesadez, pero al mismo tiempo estaba sostenido en la nada, flotando en un mismo sitio, ahogándose en los pocos recuerdos que su mente intentaba recuperar.

El constante zumbido lo dejaba sin capacidad para escuchar, la venda en sus ojos lo limitaba y recortaba sus posibilidades de saber lo que pasaba a su alrededor, era como estar dormido, pero consciente, algunas veces podia percibirse a si mismo respirando, pero no estaba seguro si aquel sentimiento era real.

Solo podía mantenerse ahí, inmóvil, aferrándose a la poca lucidez que le daba la luz que lo envolvía muy pocas veces, a ese punto ya no tenía noción del tiempo, aunque era posible que nunca la tuviera realmente, todo era confuso en ese sitio.

Sin previo aviso un intenso calor se colo por su pecho y el aire lleno sus pulmones, dejando que percibiera cada parte de su cuerpo, pudo  notar la poca sensibilidad en sus extremidades, su sentido del oído se agudizó más y más hasta dejar atrás el ensordecedor zumbido, permitiéndole contar los latidos de su frenético corazón e identificar su respiración.

— Despierta — le susurró una dulce voz en el oido y una bocanada de aire se colo hasta sus pulmones, quemando incluso su garganta, su espalda se contrajo con brusquedad y la venda en sus ojos fue arrancada con fuerza, dejandolo desorientado.

Por un instante sus pensamientos se aclararon, pero fue entonces que una presión sobre su cuerpo lo domino y lo empujó a través de la nada, siendo consumido por la inmensa oscuridad.

Todo era tan surrealista que se confundía con un sueño, o incluso con la muerte.

Cuando creyó que todo estaba perdido una inestable fuerza lo freno y lo siguiente que pudo sentir fue un extraña estabilidad debajo de el, una corriente de algo parecido al viento removió su cabello y golpeo su rostro.

Con miedo a lo que pudiera estar a su alrededor abrió los ojos lentamente, no recordaba cuando los había cerrado, aunque era difícil saberlo al estar rodeado de solo oscuridad. Parpadeo un poco intentando desaparecer el aturdimiento y recuperar la estabilidad de sus sentidos y sus extremidades.

Cuando lo consiguió, intento saber dónde se encontraba, lo único que podía ver eran árboles y una tenebrosa neblina que cubría todo a su paso, aunque no sentia miedo, solo una particular familiaridad, como si aquel lugar fuera parte de algun capitulo en su vida.

Asegurando un poco la firmeza debajo de el se intentó poner de pie, sus músculos estaban adoloridos, pero parecían lo suficientemente estables para sostenerlo.

Respiro profundo y el aroma a lluvia lo invadió, era como una extraña picazón en la nariz.

La primera gota de lluvia cayo en su frente y miro el cielo, estaba oscuro, pero podía identificar las nubes que cubrían la noche, en realidad nunca había sido fanático de mirar las estrellas, pero le hubiera encantado poder hacerlo en ese momento, los relámpagos comenzaban a iluminar  a su alrededor.

—Harry... — su nombre fue susurrado por el viento y las gotas de lluvia comenzaron a caer, pero su mirada se dirigió al bosque, una extraña sensación invadió su pecho.

—Louis — el nombre escapo de sus labios, tan solo como un suspiro fugaz que se perdió en las tenebrosas ramas que se movían por el viento.

Una corriente de aire lo golpeó llevándolo de espaldas y no pudo sostenerse, aunque al contrario de lo que pensó, sus ojos se abrieron frente a Louis.

No solo para descubrir las oscuras cosas que hacía mientras no era capaz de controlar sus acciones, sino tambien para darse cuenta de lo mucho que Louis lo amaba y lo que estaba dispuesto a hacer por el.

Amor feroz..🐺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora