37- Enemigos

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§ Narrador.

El demonio con cabeza de televisor se hallaba en su vasta y opulenta oficina, situada en el corazón de su imponente edificio principal. Vox, con un cigarrillo encendido entre sus dedos, exhalaba lentamente el hu0.mo mientras observaba por el enorme ventanal. Afuera, el caos y la decadencia reinaban, con toda clase de pecados desplegándose en las calles del infierno. Sin embargo, su mente estaba lejos de los actos cotidianos de maldad que solían entretenerlo. Una noticia reciente había sacudido su habitual compostura.

Con el ceño fruncido y curiosidad en su mirada, murmuró para sí mismo.

- ¿Con qué saldrá ese idiota ahora?

Esa mañana, al llegar a su oficina, su asistente lo esperaba con una expresión de nerviosismo aún mayor de lo habitual cuando traía malas noticias. Con manos temblorosas, le entregó una carta extraña y sorprendente, proveniente nada menos que del mismísimo Demonio de la Radio. La misiva convocaba a todos los Overlords a una junta, una tarea que normalmente recaía en Carmilla.

Encendió otro cigarrillo, y tras inhalar profundamente, sostuvo el humo en sus pulmones por un momento, como si intentara contener su creciente irritación. Finalmente, exhaló el humo con visible molestia, dirigiendo una pregunta que parecía ir al aire.

- ¿Qué mierda haces aquí?

De repente, una carcajada resonó desde las sombras detrás de él. No estaba solo; alguien había venido a visitarlo en secreto.

- ¡Box, mi buen amigo! (Saludó Alastor, haciendo acto de presencia tras materializarse entre las sombras, su voz estaba impregnada de una siniestra alegría).

- ¡Box, mi buen amigo! (Saludó Alastor, haciendo acto de presencia tras materializarse entre las sombras, su voz estaba impregnada de una siniestra alegría)

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-Deja de llamarme así... (Respondió Vox, mirándolo de arriba abajo con desdén) No deberías estar en este lugar.

-Fue sencillo ingresar (Replicó Alastor, observando sus garras con un desinterés fingido, como si la seguridad del lugar no fuera más que un juego para él).

-Que extraño, el gran demonio de la radio, buscándome (Dijo Vox con sarcasmo y desconfianza).

(Una enorme sonrisa se dibujó en el rostro de Alastor) - ¿No puedo hablar con un viejo amigo?

- ¿Amigos? Vete al carajo, eso se terminó hace demasiado tiempo (Espetó Vox, lleno de resentimiento).

-En vista de tu alterado estado junto a tus socios, veo que mi elección no fue la incorrecta ¿No, Voxy? (Mencionó mientras observaba cómo la tensión se incrementaba en sus ojos).

Vox debía admitir que la alianza con sus socios no era tan placentera como había imaginado. A veces, parecían niños que necesitaban ser cuidados constantemente.

Dear Insanity (Charlastor-Hazbin Hotel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora