23-Es una tortura

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§ Narrador

Al cabo de algunos días, el Hazbin Hotel se había tornado en un real infierno, valga la redundancia. Y todos los residentes ahora se habían convertido en creyentes, pues, no había quien no rezará por la pronta recuperación de Charlie. Dado que, Alastor estaba fuera de sí y nada, ni nadie lograba calmar a aquella bestia sin control que se había desatado.

Gracias a Angel, Husk y Vaggie, hizo un gran sobre esfuerzo en no liquidar a todos los residentes del Hotel, ganas no le faltaron. Lograron convencerlo de no asesinarlos, al menos por un tiempo...pero tratándose de Alastor...no sabían cuanto duraría, con la excusa de que Charlie no se lo perdonaría y después de todo, ella confiaba en él para cuidar del hotel eso logró contenerlo. Pero, en cambio, él ahora no confiaba en ni uno de los ellos, nunca lo hizo realmente. Sin embargo ahora, los quería alejados de ella, por si existía otro futuro atentado en su contra.

Por razones obvias, su ira se acumulaba con el paso de los días, cada día que ella seguía sin despertar empeoraba la situación. Alastor se paseaba por el Hotel con un porte amenazante, tenía mucha frustración acumulada en su interior, todo se debía a aquel demonio que atentó contra Charlie, el tal Rack, lo maldecía inmensamente...debido a que, para suerte de ese desgraciado, se había muerto y no a manos de él.

Alastor no fue capaz de lograr su tan deseada tortura, su sangre ardía de la cólera. Tenía tantas expectativas y planes para aquel demonio, ansias de torturar y oírlo suplicar misericordia... "Oh, la inexistente misericordia" Pensaba para sí mismo. Ahora, ese deseo solo quedaría en el olvido.

La muerte de Rack había ocurrido al día siguiente, después del atentado a Charlie. Cuando las cosas se calmaron un poco y ella quedara resguardada en su habitación, al cuidado de Niftty. Junto con Umbra, habían ido a buscar a aquel pecador para torturarlo hasta que confesara su motivo. Pero al ingresar al cuarto donde lo tenían cautivo, este yacía en el piso en un enorme charco de sangre, con su garganta abierta de par en par.

Alastor se carcajeó...pues su poca paciencia acababa de desaparecer, su ira era tal que solo podía reír y maldecir entre dientes. Pero también, reía porque aquel tonto que asesinó a su presa, se había entregado voluntariamente sin siquiera saberlo.

Chasqueó sus dedos y del rincón del cuarto, de las sombras. Una pequeña criatura se hizo presente, uno de los tantos esbirros de Alastor, unas criaturas de muy baja estatura, con cuerpos completamente negros y cabeza, que se asemejan a cráneos...con amplias sonrisas y pequeños cuernos, no son muy inteligentes, pero le son obedientes en simples tareas. Esta en particular tenia el trabajo de mantener sus ojos en Rack.

 Esta en particular tenia el trabajo de mantener sus ojos en Rack

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- ¿Lo has visto? (Preguntó irritado)

La pequeña criatura se carcajeaba y asintió con la cabeza.

-Entonces, guíame.

Fue tras los pasos de su esbirro, hasta que este se detuvo frente a uno de los salones de terapias. Alastor empujó bruscamente la puerta, haciéndola golpear contra la pared.

Dear Insanity (Charlastor-Hazbin Hotel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora